viernes, 17 de mayo de 2013

LA DICTADURA MUNDIAL (I): Abolir el dinero en efectivo



Como todos sabemos una gran parte de las compras y las transacciones económicas tienen lugar sin utilizar dinero en efectivo. Con transferencias bancarias, tarjetas de crédito y medios electrónicos en general, es como tiene lugar la práctica totalidad de los intercambios entre empresas. En las transacciones personales, sin embargo,  seguimos utilizando el efectivo aunque cada vez menos.

Esto no es sólo resultado de los avances tecnológicos y de la mayor conveniencia de las transacciones electrónicas, pues los gobiernos y los bancos fomentan activamente esta tendencia e introducen limitaciones cada vez más severas a las transacciones en efectivo, usualmente con el pretexto de combatir la eocnomía sumergida y luchar contra el fraude fiscal. En Italia actualmente el límite a las transacciones en efectivo es de 1.000 euros, en varios otros países de 2.500 y se habla constantemente de reducirlos.

Límites destinados a endurecerse progresivamente, pues el objeto de esta campaña es abolir el dinero en efectivo y para que la gente no proteste mucho lo hacen poco a poco. Para preparar el terreno acompaña a estas medidas una abundante propaganda en los medios por parte del ejército de los habituales expertos, movilizados para implantar en la opinión pública las directivas decididas mucho más arriba. Estas campañas-vaselina tienen, en un sentido prácticamente literal, la función del conocido lubricante.

El objetivo final de la abolición total del dinero en efectivo –por tanto de toda la economía informal y de todo lo que no pase por el sistena bancario- ya se ve venir. En Suecia, país piloto y laboratorio de la dictadura mundialista que está llegando, como se comentará más adelante, parece que se han decidido a dar el paso final:



El dinero ya es por sí mismo una ficción, algo cuyo valor es solamente abstracto y condicionado, que tiene una cualidad inmaterial, como magistralmente analiza Massino Fini en su obra “Il denaro, sterco del demonio” de la cual traduje amplios fragmentos en EL velo rasgado: economía El paso al dinero virtual es por tanto la última fase de un proceso de desmaterialización que está en la naturaleza misma del dinero; realizado este paso ya ni siquiera tenemos algo en la mano, monedas o billetes, tenemos sólo memorias de ordenador. Es por tanto un sistema frágil en grado extremo, existente únicamente en un mundo virtual y vulnerable a todo tipo de accidente, sabotaje, fallo. Un sistema que no tiene más consistencia y solidez que las nubes, un mundo artificial en el cual ciertamente habrá quien se sepa mover bien, pero un mundo fuera del humano e irreal, y que de una manera u otra probablemente acabará mal, como el mismo Fini advierte. Pensemos en qué sucedería si por hipótesis hubiera un apagón total del sistema.

Sin embargo este aspecto, aunque es importante y por sí solo desaconseja eliminar totalmente el efectivo, no es el más importante. El problema no es el posible mal funcionamiento del sistema o su peligrosidad; el problema son los mismos guardianes del sistema.

En efecto, se puede observar cómo las campañas contra el dinero en efectivo y las restricciones a las transacciones reciben un impulso particular en ciertas situaciones. Por ejemplo cuando en el poder está un banquero que gobierna directamente –como cuando en Italia estaba Monti- en vez de hacerlo por medio de los políticos como es habitual; o cuando el país está en una crisis de deuda y por tanto en un estado de particular debilidad frente a los usureros internacionales. En tales coyunturas se observa una curiosa urgencia y un empeño notable en aprobar este tipo de medidas. Esto nos indica claramente cuál es la naturaleza de estas políticas y su verdadero objeto, que es servir a los intereses corporativos de la casta bancaria.

Los bancos cobran comisiones y gastos por cualquier transacción realizada a través de ellos, mientras no sacan tajada cuanto nosotros usamos monedas o billetes. El beneficio asociado es inmenso y una parte importante de los balances de la banca. Es claro que cuando más dependamos de ellos para todo más van a ganar; no sólo, sino que podrán imponernos condiciones y comisiones abusivas en total impunidad, aprovechando que no podremos prescindir de ellos, de que no quedará ni siquiera un resquicio de economía informal donde ellos no lleguen.

Pero como el lector seguramente ha intuido, tampoco este aspecto es el fundamental. La verdadera cuestión de fondo aquí es otra, no es ni la fragilidad de un sistema puramente virtual, ni que nos obliguen a pagar más comisiones a los bancos. La cuestión es el poder. La existencia de un poder que va revelando cada vez más su verdadero rostro y que, como un gigantesco pulpo, va extendiendo sus tentáculos sobre el planeta. Un poder cuyo objetivo final es la instauración de una dictadura mundial, que aspira a alcanzar un dominio total, capilar, por medio de la tecnología y que no está dispuesto a tolerar nada que escape a su control.

Los motivos normalmente declarados para que aceptemos este sistema – la vaselina de que hablaba antes - como el control de la evasión fiscal, la lucha contra la economía sumergida, el dinero negro de las mafias, la corrupción no son más que pretextos.

Si el problema es saciar el hambre insaciable de dinero del Estado, endeudado hasta las cejas con los usureros y arrasreando una carga impresionante de sanguijuelas, los recursos que se pueden extraer eliminando del fraude y la economía sumergida serán bastante limitados y sobre todo jamás resolverán las causas de fondo. Que son en primer lugar la estafa y el escándalo de la moneda gestionada por bancos privados, por cuyo uso debemos pagar todos un interés, y en segundo lugar las gigantescas burocracias y castas parasitarias, inútiles. Esta es la receta para generar la deuda irredimible, estructural, eterna, que es el instrumento para dominar sobre las naciones. No será desde luego eliminando el efectivo y toda la economía sumergida como se resolverán estos problemas. Al contrario, muy bien pudiera ser el golpe de gracia para muchas actividades económicas o pequeñas empresas que en la penosa situación actual consiguen malvivir de alguna manera haciendo también alguna trampa. En este caso el remedio sería peor que la enfermedad y contribuiría a hundirnos aún más. Porque es evidente que los recursos obtenidos de la economía sumergida no serían utilizados en beneficio de la economía y de la nacion, sino sólo para dar unas gotas más de sangre a la casta chupóptera y para pagar a los usureros, como ha sucedido hasta ahora y seguirá sucediendo con semejante clase política.

Si el problema es luchar contra los malos, contra las mafias, la evasión, el dinero negro y las actividades ilegales, abolir el efectivo le va a quitar el aire para respirar sólo a los peces pequeños y al grueso de la población que no tiene los recursos suficientes para aprovechar las oportunidades que el sistema ofrece. Porque la tecnología vale para todos, no sólo para el Estado sino para los malos, y quien de verdad tiene dinero, las grandes fortunas, los delincunentes a gran escala, encontrarán siempre la manera de moverse. Naturalmente siendo un sistema hipertecnológico, totalmente virtual y opaco, sólo se lo podrán permitir quienes tengan la capacidad técnica y monetaria suficiente, pero sobre todo sólo quienes estén dentro del sistema y gocen de la protección y la copertura adecuada.

Mafias y corrupción por tanto no desaparecerán, el dinero negro y las operaciones poco limpias seguirán existiendo, pero sólo con la aprobación de quienes controlan el sistema bancario internacional, sistema que es de propiedad privada, incluyendo los Bancos Centrales que emiten el dinero, y sobre el cual los gobiernos elegidos no tienen ningun poder.  En breve, sólo serán permitidas las mafias que estén bajo este paraguas. A quien está dentro del juego se le permite todo, quien está fuera no puede salirse del camino ni un milímetro.

Esto naturalmente ya es así en gran medida, pero sin dinero en efectivo el control será total y capilar. Cualquier intento de supervisión por los poderes “democráticos” está destinado a ser una farsa risible y un paripé, porque todo el sistema estará en manos de la casta invisible, ya de por sí una asociación de bandidos que ha conseguido redefinir como legales sus trapicheos y está llegando a lo que, evidentemente, es el resultado final de sus esfuerzos. La vigilancia total, sofocante y capilar. La construcción de un sistema en el que todos estamos en una situación de dependencia, de un poder que no representa más que a sí mismo, que no responde a nadie más que a sí mismo.

Un poder bancario internacional que aspira a dominar completamente la economía y los intercambios, que no permite la existencia de otros poderes ni que haya algo que se le escape, en un delirio paranoico de control total que deja en una vulnerabilidad e indefension absoluta a quien se ponga fuera del sistema.

Se podrá combatir inmediatamente cualquier intento de soberanía por parte de un país con el chantaje, cualquier fuerza política que sea juzgada contraria al sistema e incluso contra cualquier individuo aislado. Si ya esto es así en buena medida, las posibilidades de control y represión en un sistema totalmente virtual, en el cual lo único que tenemos son impulsos electrónicos en memorias de ordenador, son vertiginosas.

Se nos podrá privar de nuestros ahorros en cualquier momento y sin posibilidades de defensa, seremos completamente vulnerables sin que tengamos la posibilidad de defendernos, frente a atracos legales, a “fallos” del sistema o a simple represión administrativa. Con un click del ratón se nos podrá expulsar efectivamente de la sociedad. Fuera del sistema virtual, no podremos ni siquiera comprar una barra de pan o tomar un autobús, quedando obligados a vivir de expedientes o a agachar la cabeza y aceptar una humillante sumisión al Gran Hermano todopoderoso que, ahora sí, es una posibilidad muy real y a la vuelta de la esquina.

No es difícil imaginar cómo un elemento antisocial, subversivo o politicamente incorrecto puede ser expulsado de la sociedad incluso sin haber cometido delitos –aunque los delitos de opinión por otra parte son cada vez más- por vía simplemente administrativa.

Se trata de la tiranía definitiva. Tiranía que debemos combatir por todos los medios.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, es muy cierto el panorama que describes. Un futuro donde el ciudadano cada vez es menos dueño de su dinero, convertido en un esclavo de los intereses de la gran banca. Tu análisis es bueno, pero, ¿como se puede luchar eficazmente contra ese proceso, y donde está la alternativa que nos saque de esa ciénaga?

Y es ahí, donde no veo alternativas claras en los blogs identitarios que consulto.

Lucman

Max Romano dijo...

La alternativa yo estoy convencido de que se puede construir, otra cosa es la dificultad política, enorme pues estamos prácticamente en régimen de ocupación.

Construirla y no buscarla en el pasado ni en la nostalgia, que es el problema y el límite de muchos identitarios. Evidentemente al centro está la soberanía monetaria y la supremacía de la política como principios, pero se deben resolver problemas nuevos para aplicarlos en el mundo actual.

En las sucesivas entregas de esta serie intentaré hacer alguna reflexión sobre esto, aunque desde luego no tengo "la solución". Sin embargo comprender la naturaleza del sistema en que se vive es un primer paso, necesario, para poder pensar en cambiarlo.

Por lo pronto, cualquier propuesta de soberanía monetaria, aunque se a nivel de moneda local - quizá haya que empezar por ahí - como ocasionalmente se ha intentado es un ataque directo al sistema cuyo corazón está el control total de la economía y la moneda. por eso los experimentos de moneda local, propiedad de la comunidad y por tanto libre de interés y de las garras de los usureros, han sido siempre combatidos aunque fuera en una aldea.

Se puede y debe recuperar la soberania jurídica y militar, negándose a utilizar las tropas como mercenarios de los banqueros internacionales, rechazando que las leyes internacionales tengan prioridad sobre las nacionales.

Estas son las cuestiones clave y el criterio para identificar si una fuerza política lucha contra este sistema o, en cambio, es sólo una válvula de escape para engañar a la gente.

Anónimo dijo...

Fiesta de la diversidad en Husby, Estocolmo: http://avpixlat.info/2013/05/20/just-nu-kravaller-och-bilbrander-i-husby/#more-58504
Husby en el extrarradio de Estocolmo con un 85% de población ha celebrado la multiculturalidad con fuegos artificiales y montones de coches. Según la prensa generalista del país, el vivaz comportamiento, conciliante y tolerante como siempre, de los inmigrantes estalló en una alegre y simpática fiesta multicolor en respuesta al trato brutal de un policía racista que habría tildado de "negro" o "moreno" a un supuesto delincuente.

Anónimo dijo...

Los altercados de Husby en un idioma inteligible, parece ser que los jóvenes se revoltaron por la muerte de un loco con un machete que amenazaba a la policía y se confirma que la policía ha dicho "negro" varias veces según ellos: http://rt.com/news/stockholm-riots-police-shooting-537/

Max Romano dijo...

Ya, Suecia. No me extraña. Precisamente en la tercera parte de esta serie me ocuparé de Suecia, desgraciado país "laboratorio"

Sigue al conejo blanco dijo...

Saludos. Sigo su blog desde hace meses. Me gustaría que dedicase una entrada al tema del geNOcidio blanco.
Creo que es una causa que merece que se difunda porque nuestras ciudades empiezan a correr la misma suerte que Londres, donde los blancos ya son minoría.Estamos asistiendo a la destrucción del hombre blanco y a los pocos nacionalistas europeos que seguimos expresando nuestras ideas nos están oprimiendo y forzándonos al suicidio, como estos días atrás ha ocurrido con Dominique Venner. Se esta llevando a cabo una persecución contra militantes de partidos nacionalistas, o simplemente personas que defiendan nuestra identidad. Enhorabuena por su blog. "Antirracista" es una palabra en clave para antiblanco.

Max Romano dijo...

Bienvenido "seguidor del conejo blanco"

Publiqué una entrada hace tiempo sobre el racismo antiblanco (si vas a Abril del 2012 la encuentras) y probablemente aborde de nuevo el tema. Te recomiendo sobre estos temas los artículos de Lucio Peñacoba en Verbo y Acción (seguramente conoces la revista, está enlazada en el blog) sobre "La huida blanca" y "El voto racial".

Dominique Venner merece ser recordado, para que su gesto sirva de algo y no sea olvidado.

ART dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ART dijo...

No. No existen medios de combate contra algo que es "el combate" en sí mismo.
Existen medios de salida del sistema.
"De Salida", no "de combate", porqué este sistema cobrará, también, por combatir a quienes lo combatan, con cargo a quienes no lo hagan. Y en una circunstancia cómo esa, no es posible victoria ninguna, ni total ni parcial, a no ser que el 51% lo hiciera. Pero es imposible llegar a esa cantidad cuando por cada pelea, el sistema se cobra un impuesto que le abastece de fondos ¡para el combate! sin límite.
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No hay otra forma de victoria que no sea salir del sistema, hacia la creación y autogestión de todo: la comida, la medicina, la comunicación y La Cultura.