domingo, 20 de marzo de 2016

DÍA DEL PADRE Y OCCIDENTE ANTIPATERNO


Repugnante cartel de colaboracionistas en la guerra feminista contra el varón y contra el Padre


Medios de comunicación como espejo de la sociedad: de la incalificable manera de tratar el Día del Padre en el los despreciables medios de comunicación donde se forma la opinión pública.

Ayer fue el día de San José, Día del Padre. Es la ocasión en fiesta tan entrañable e importante de felicitar a los padres; a los que aún quieren serlo o les dejan serlo, que son cada vez menos. Pero menos numerosos aún son los que entienden el papel del Padre y su importancia. Del Padre verdadero quiero decir; símbolo de autoridad, contrapeso y complemento de la Madre, fuente de orden y disciplina, primer forjador del carácter viril en el muchacho y ayuda indispensable en la formación del carácter femenino en la muchacha.

El Padre de toda la vida. El de verdad. No la mierda pinchada en un palo que nos venden como el padre moderno y la nueva paternidad: los tristes padres igualitarios, los siniestros padrazos políticamente correctos, los trágicos fantasmas que reivindican como un ideal la carencia de hombría, los que no existen sino como un apéndice de la madre; en una palabra, todos los infelices con el cerebro lavado por esa alianza impía de feministas, medio-hombres y fracasados en la masculinidad que, con negro odio se ha propuesto acabar con la figura del Padre. El mismo odio que destila, desde hace más de dos siglos, el progresismo occidental contra la figura del Padre.

No toda la culpa, sin embargo, es de los infelices con el cerebro lavado. La paternidad, su significado auténtico, su valor, son continuamente denigrados y cubiertos de fango por la alianza impía de chusma antes mencionada. Se presentan modelos de paternidad  miserables, ridículos o aberrantes, con el objeto preciso de intoxicar las mentes y borrar cualquier noción de la misión y el valor de la paternidad, toda representación de una figura digna y válida de Padre, para sustituirla con una colección de modelos que van desde lo grotesco a lo abyecto. Así se destruye la figura paterna, así se pudre la sociedad. Y entre todos los eunucos mentales servidores del monstruo parricida que quiere destruir al padre, los juntaletras de los medios de comunicación ocupan un lugar de privilegio.

Ya los conocemos en su agitprop dedicada al Día del Odio Antimasculino y al Día del Privilegio Femenino (“día contra la violencia de género” y “día de la mujer” en la jerga mentirosa de la secta) pero pensé que sería interesante verlos en acción en el Día del padre, ver qué atención le han reservado y qué importancia le han dado. Naturalmente ya sabía de antemano lo que me podía esperar de los órganos de opinión de una sociedad como ésta: no sólo que al tema se le prestara una atención infinitamente menor que a los dos infames días anteriormente mencionados (que en realidad son semanas completas dedicadas a la agitación feminista) sino también que los artículos publicados fueran de una extrema indecencia.

Aun a sabiendas del estercolero que me iba a encontrar, pues, decido pasar un mal rato y consultar los artículos dedicados en los tres principales diarios españoles al tema de la paternidad en este día tan señalado.

En el primero hay dos textos, de pequeño tamaño (los textos son siempre de pequeño tamaño, en todos los diarios, al contrario de lo que sucede con los rebuznos feministas en los días dedicados a su propaganda). Uno es una felicitación del Día del Padre a los dos “papás” de una de esas niñas víctimas de adopciones homosexuales, esa locura de gente maldita que se va imponiendo cada vez más en  nuestras sociedades enfermas. Por lo visto así la niña disfruta doblemente del día del padre. Luego otra vomitiva pieza defendiendo la patética figura del padre feminizado que no es más que un pobre pelele. En otro diario encontramos un asqueroso muestrario de padres políticamente correctos, amos de casa, mequetrefes que educarán a sus hijos para que no tengan actitudes sexistas, otros que cogen parte del permiso de maternidad de la mujer, seres que están contentos porque la maternidad ayuda a su mujer a reorientar su carrera.

Tras leer tales cosas como celebración del Día del Padre, a duras penas logramos reprimir las arcadas y los conatos de vómito cada vez más violentos, no obstante nos obligamos a continuar con la cobertura mediática para encontrar más de lo mismo y siempre en la misma tesitura. Para el final, sin embargo,  hemos de dejar el peor de todos, publicado en el diario oficial de la izmierda española. Para celebrar la festividad de San José no han encontrado nada mejor que un artículo para decir que la figura del padre en la cultura mediterránea es la de un personaje “torpe, marginal e inútil” que no pinta nada y compensa su insignificancia doméstica con una fachada de superhéroe en la arena pública. Todo ello desde tiempos inmemoriales.

Debo decir que la lectura me ha devuelto el buen humor, estimulado por un rebuzno tan sonoro cuya carga de ignorancia es sólo comparable al odio contra el padre, y a toda civilización virilmente orientada. He aquí de un plumazo liquidado el mundo griego y romano, que como todos sabemos fue obra de varones fracasados porque contaban como un cero a la izquierda en su casa; lo mismo para las demás civilizaciones mediterráneas y –se deja entrever- cualquier otra civilización. Menciono esto no porque valga la pena detenerse sobre esta insignificante pieza de basura escrita por un indocumentado, sino por el valor de símbolo que tiene.

Y es que, aun en el poquísimo espacio reservado al Día del Padre, la sociedad occidental (de la cual España es alumno tardío pero aventajado, porque ha querido recuperar el tiempo a marchas forzadas) no pierde la ocasión de vomitar su odio y desprecio por la figura paterna. Esta conclusión la sacamos de muchas otras fuentes y hemos llegado a ella ya por muchos otros caminos, porque es la misma atmósfera malsana que se respira en la sociedad de hoy. El tratamiento en los basurmedios de comunicación es un signo importante y –para los que aún no se han dado cuenta- una señal clarísima, pues los periodistas son los voceros de la mentalidad común y los ejecutores de las directivas de quienes nos están envenenando y pudriendo por dentro.

Pues bien, que lo oiga bien toda la canalla antipaterna, todos los analfabetos y consumidores de basura intelectual, todos los hombres fracasados y mujeres fallidas que han conseguido lavar los cerebros en gran escala, todos los imbéciles que tragan la cultura basura de la sociedad actual y forman sus opiniones en los diarios, todos los mentecatos que berrean contra el patriarcado. El patriarcado es la fuente de toda civilización superior; el principio de orden y jerarquía, masculino y patriarcal es lo que nos eleva sobre el primitivismo y el nivel de los animales, mal que les pese a los semideficientes mentales que babosean y berrean contra el patriarcado. Pandilla de hijos degenerados de una civilización decadente, ceros a la izquierda espirituales, culturales y mentales que no valen para nada, no son nada más que la pus y los líquidos malolientes que segrega esa pústula repugnante, maligna y destructiva que llamamos Occidente moderno, degeneración de la civilización de Europa.

En la misma Grecia y Roma, que están en los mismos orígenes de Europa, y según el indocumentado de antes creadas por varones inútiles y frustrados que no valían para nada, el parricidio era un crimen capital. Y como crimen capital merece la pena capital.

El Occidente moderno ha matado al Padre, en la familia, en la conciencia de las personas, en la psique de los hijos y en muchos otros sentidos. Como sociedad parricida, por tanto, merece morir y morirá.

Max Romano

viernes, 4 de marzo de 2016

LA EUROPA LIBERTICIDA DE LOS TRAIDORES EN EL PODER





Cuando escribo estas líneas, acaba de arrancar en Alemania comenzar el segundo intento de ilegalizar el partido patriota NPD, después del fracaso del primero hace unos años. Este segundo ataque al pueblo alemán es parte de la guerra contra los pueblos de Europa que llevan a cabo sus gobiernos, y tiene lugar en un momento particular y para ellos delicado, uno de esos momentos donde está en juego el destino.

En efecto, arrecia la invasión de inmigración ilegal disfrazada como flujo masivo de refugiados. Poco a poco, demasiado lentamente, una parte de los europeos empieza a comprender lo que está pasando, a tomar posición en contra, a despertarse de la hipnosis colectiva en que la han sumido quienes odian a Europa y la quieren destruir.

Porque estos enemigos de Europa existen, les dan instrucciones a la mayor parte de los gobiernos europeos y controlan los mayores medios de comunicación. No sólo existen sino que planifican y actúan la destrucción de Europa, a través tanto de la degeneración social como de la invasión inmigratoria y la sustitución étnica de los europeos. Esto no quiere decir que si desaparecieran de golpe (aunque sería por cierto una excelente profilaxis) el problema se resolvería: los desequilibrios de riqueza y natalidad, así como las guerras y el terrorismo fomentados por Israel, Estados Unidos y sus gobiernos fantoche generan necesariamente una muy fuerte  presión migratoria hacia Europa en cualquier caso. Pero además de ello esto existe un fomento deliberado de la invasión y, sobre todo, una campaña de traición sistemática contra los europeos desde dentro de Europa. De este modo lo que es una presión migratoria se transforma en inmigración masiva porque no hay voluntad política de contenerla.

Sin embargo una parte de Europa sí que quiere defenderse; hay quien comienza a organizarse, quien comienza a despertar del sueño envenenado. Naturalmente se trata de la parte mejor de los europeos; la que aún siente por lo menos una traza de amor y orgullo por su tierra y a su cultura, la que aún tiene sentido común y gracias a ello ve la realidad, en medio de la niebla tóxica de mentiras sistemáticas y desinformación.

Desgraciadamente muchos, demasiados, jamás reaccionarán porque están perdidos para siempre. No hablo de la escoria despreciable de los que odian a Europa y quieren que sus pueblos y su historia desaparezcan: ésos, son el enemigo. Hablo de los incontables que están tan envenenados por dentro que ya no son recuperables: víctimas del terrorismo intelectual y las toxinas mentales del antirracismo, el igualitarismo, el progresismo y todas las ideologías basura del sistema; con los instintos de autodefensa castrados, llenos de abyectos complejos de culpa por ser europeos y blancos. Hay muchos que no tienen remedio, sus mentes tan arruinadas que ya no sirven para nada. Salvo transmitir sus genes, pero parece que ni eso saben o quieren hacer, si consideramos la bajísima natalidad europea.

Sin embargo, para muchos todavía es posible una desintoxicación y para muchos más aún el veneno no ha llegado realmente en profundidad; los emponzoñadores de la mente han logrado, sí, confundirles, intimidarles quizá, ocultarles la verdad,  pero en su fuero interno son sanos. Con mayor o menor lucidez y conciencia, el núcleo de los europeos aún decentes y válidos empieza a reaccionar. Crece el apoyo a partidos patriotas, nacen movimientos políticos, grupos de autodefensa e identidad; realidades que representan a los pueblos que no quieren morir, que se niegan a desaparecer.

Y este despertar es lo que el poder criminal que gobierna Europa quiere cortar y aplastar: partidos como NPD o el Frente Nacional francés, movimientos como Pegida, cualquier atisbo de genuina reacción política que se oponga al infame designio. Cuando el sistema fraudulento que han montado empieza a tambalearse, cuando se comienza a atisbar el engaño sistemático, que presenta como pluralidad y democracia de partidos a lo que es un solo partido con varias corrientes y camarillas, entonces todas las baterías de la falsa democracia apuntan al objetivo: demonización y desinformación, ilegalización, criminalización sistemática, propaganda en las escuelas.

Esta falsa democracia es un sistema liberticida porque su principal objetivo es reprimir y anular la libertad auténticamente política, mientras la población (el enemigo interno) se distrae con seudolibertades estúpidas, insignificantes o dañinas, como un burro que sigue la zanahoria que se le pone delante.

Y la libertad política no es votar a uno u otro de los payasos y las caras bonitas que ponen delante de la televisión quienes tiran de los hilos, sino la de organizarse para luchar y lograr un objetivo como comienzan a hacer los patriotas europeos, arrojando al aire la baraja trucada de la falsa democracia que no es más que un sistema de clientelas organizadas, nido repugnante de oportunistas y traidores a Europa.

Esta es la única libertad real a nivel político, y es la que la secta de odiadores de Europa quiere sofocar, para que sea ya demasiado tarde cuando los europeos despierten.


Aprendamos a identificar y combatir a los enemigos desde ahora, no sólo a los segundones que dan la cara sino a los verdaderos y más dañinos canallas: las lenguas de serpiente que intentan introducir la inmundicia en nuestras mentes, y en las mentes de nuestros hijos.

Max Romano