domingo, 31 de octubre de 2010

ESCRITORES

Estos últimos días hemos asistido a polémicas acerca de Sánchez Dragó y Pérez Reverte, contra los que han arremetido los representantes de la cultura oficial, que no pueden contener su irritación ante dos escritores, no marginales sino bastante conocidos y leídos, que se niegan a alinearse con los dogmas progresistas. Porque éste y no otro es el pecado que han cometido. No se les perdona su rechazo a buena parte de las vulgaridades que para los progres son verdades eternas; sobre todo no se les perdona tener éxito y no ser clasificables fácilmente en las categorías que utilizan para descalificar a quien no piensa como ellos.

Desde luego ninguno de los dos se puede considerar un nuevo Cervantes, pero tienen un nivel infinitamente superior a la basura políticamente correcta subvencionada. Esto tampoco se les perdona y es fácil adivinar los estallidos de bilis que provoca a nuestra ministrilla de subcultura, que ha sacado a relucir un inconfundible ramalazo estalinista y un incoercible deseo de homologar a la sociedad entera. Su ideal de vida cultural debe parecerse a los congresos del PCUS en tiempos de la Unión Soviética: los delegados de pie aplaudiendo rítmicamente, todos exactamente en el mismo momento:


Las palabras de la ministra no tienen pérdida: “Uno no puede extralimitarse amparándose en la libertad de expresión”...eata frase la suscribiría tranquilamente cualquier dictador histórico y la misma Santa Inquisición. La libertad de expresar ideas afines al sistema ha existido siempre; por otra parte todo poder reprime las ideas que realmente lo combaten. Lo que no todos tienen es la hipocresía de presentarse como campeones de libertad y tolerancia mientras exhiben este afán censorio y esta voluntad de homologar la sociedad, agravados por un repugnante moralismo que se pretende entrometer en cada rincón de nuestras vidas. Según la ministra “Las obligaciones y valores de un escritor no son distintas de las de cualquier otro miembro de la sociedad” precisando a continuación que tales obligaciones son aceptar los valores que ellos proponen, como la igualdad o la no discriminación.

Pues no, señora, para mí estos que usted llama "valores" no son más que basura y me niego a reconocerlos. Son trampas verbales diseñadas para criminalizar a quien opina de forma contraria. lEn otras ocasiones he escrito acerca de todo ello.

Continúa con su vomitiva disertación alegrándose porque "ha habido un cambio en la sensibilidad social" y porque ahora hay una "percepción de género"   indicando con esta curiosa expresión que ahora un hombre es condenado por la sociedad si dice algo que molesta a las feministas; en la práctica si las feministas escuchan algo por boca de un hombre que no sean sus propias opiniones. En parte este cambio en la sensibilidad social  es auténtico porque la machacona propaganda a que nos han sometido ha conseguido volver gilipollas a buena parte de la sociedad. En parte, naturalmente, la ministrilla confunde la opinión pública con lo que los periodistas escriben en los medios.

Hablemos de Sánchez Dragó. He leído un sólo libro de él "Y si habla mal de España es español" que considero bastante recomendable aunque desigual: a ratos pesado, a ratos brillante, dice muchas verdades como puños y al final diría que merece la pena. No es que tenga una alta opinión del personaje; excesivamente narcisista, a primera vista parece tener mayor profundidad de la que en realidad tiene; uno no acaba de entender si desea transmitir algo o simplemente satisfacer un ego inflado. Hasta el punto de que uno se pregunta si las doctrinas orientales que dice seguir -cuyo sentido no es la potenciación del ego sino todo lo contrario- son algo seriamente cultivado o nada más que un complemento en su "dieta vital". Pero quizá estoy siendo hipercrítico: comparado con la bazofia y el ínfimo nivel de gran parte de lo que está de moda y sobre todo de la cultura subvencionada es un genio de las letras. Sobre todo tiene el grandísimo mérito de no doblarse ante el dogma feminista y de pinchar a estas víboras cada vez que tiene una oportunidad. Con sus límites y defectos, como todos nosotros, es un hombre libre y es lo que cierta gente no puede tolerar.

De otra manera no puede explicarse el revuelo que se ha montado. ¿Y todo por qué? ¿Porque hace cuarenta años, teniendo él treinta, se acostó con dos zorritas de trece años en Japón? O dice que lo hizo. Porque no está claro el grado de verdad del suceso, o si ha montado este pollo para promocionar su libro, si se le ha escapado de las manos...asumamos que esta anécdota es real, lo que me parece bastante verosímil. Si mantiene actualmente esta predilección por las chicas tan tiernas, como mucho sería motivo para no invitarle a casa o para evitar que se acerque mucho a las propias hijas adolescentes si uno las tiene. Pero que por ello pretendan considerarle un apestado es demencial. En este caso los progres están haciendo gala de un moralismo digno del mejor puritanismo victoriano. Lo que tiene cojones porque se trata de la misma gente que fomenta actualmente que las adolescentes sean efectivamente unas zorras, la eliminación de cualquier freno y limitación en la vida sexual, los adalides de la revolución  sexual y del pansexualismo. La misma gente que activamente fomenta la homosexualidad entre los adolescentes con su "Educación para la Ciudadanía"...se les ve el plumero demasiado y con su actitud revelan claramente que el pecado del señor Dragó es ser un escritor no alineado.

Hablemos ahora de Pérez Reverte...a diferencia de las inclinaciones reales o presuntas de Dragó, estoy totalmente de acuerdo con los comentarios que ha hecho sobre Moratinos; ha sido siempre un mierda como ministro y su forma de irse, efectivamente como un mierda, ha sido el corolario lógico y coherente de su penosa actuación. La falta de dignidad y de sentido del rídiculo del personaje son apabullantes. ¿Pero qué dignidad y qué sentido del ridículo puede tener un ministro que ha permitido que Gibraltar se nos ría en la cara no una sino repetidas veces? sería pedirle peras al olmo. El señor Pérez Reverte simplemente ha dicho que un ministro debería tener otro aplomo, que ese lloriqueo lamentable es indecente. En una figura pública y en general en un hombre. Esto último, especialmente, forma parte de los valores que, transmitidos al hombre en una sana educación viril, el feminismo quiere extirpar. Quiere un hombre llorica, desea el desparrame de sentimientos exhibidos a los cuatro vientos y la falta de personalidad en el hombre para poder dominarlo mejor. En resumen desea que el hombre sea un perfecto mierda.

De hecho esto es lo que no se perdona a Pérez Reverte, el ser un escritor hombre y escribir desde un punto de vista masculino negando cualquier reconocimiento a la melaza mental progresista.

Acerca de su calidad como escritor, me parecen bastante entretenidos algunos libros que he leído, para quien aprecie la novela histórica son bastante amenos y no me parecen mal escritos. Es un autor más listo que profundo o comprometido, en el sentido de que cuida su popularidad y sus ventas prestando bastante atención al tipo de ideas y posiciones que defiende; esencialmente sin embargo mantiene una línea clara.

Ciertamente sus libros están escritos más para hombres aunque seguramente haya bastantes mujeres entre sus lectoras. He leído por ahí que sus libros están "llenos de testosterona" como si fuera un pecado mortal y ello descalificara su obra. De hecho éste es un punto fundamental: este tipo de crítica muestra claramente que toda la mentalidad progresista es enemiga de la masculinidad por principio, que algo les parece censurable porque esté dirigido a los hombres o asuma un punto de vista masculino. No se podrían revelar más claramente las raíces ocultas -pero no tanto- de toda esta concepción del mundo, su deseo de anular la masculinidad y reducir el hombre a un fantoche sin personalidad dominado por la mujer.

A mí nunca se me ocurriría descalificar y negarle su valor a un libro sólo porque esté "lleno de estrógenos" o dirigido a la mujer. Simplemente no me interesa leerlo, me aburro leyéndolo o encuentro que no me dice nada.

Lo que pretende el progresismo es vaciar a los hombres de testosterona y llenarlo de estrógenos, convirtiéndoles en peleles. Este es el hombre del siglo XXI que están intentando plasmar. Un proyecto que necesita para ser realizado un alineamiento en la comunicación social, una delimitación  y un control de las ideas admisibles en todos los ámbitos, desde la educación al simple entretenimiento hasta la cultura y el pensamiento. Necesita una uniformidad de discurso que cierre los horizontes mentales de la sociedad y haga sentirse aislados a quienes a pesar de todo sienten dentro de sí un instintivo rechazo hacia este lavado de cerebro y esta degradación del hombre. Por ello se reacciona con una rabia incontenible contra quien se niega a alinearse.

Saludos del Oso

viernes, 29 de octubre de 2010

LICENCIA PARA MATAR

Hoy voy a ocuparme de una reciente sentencia judicial y de sus implicaciones: hablo de la absolución de una mujer que matò a su marido de una cuchillada. He aquí un par de enlaces:

El jurado absuelve a una mujer que mato a su marido

Ambos artículos, escritos por la misma persona, son indicativos del sectarismo feminista y el doble rasero que utilizan los medios de comunicación al afrontar estos temas: la primera preocupación es absolver a la mujer y justificar lo que ha hecho de todas las maneras posibles; se comienza el reportaje no con la noticia sino con la condición de mujer maltratada de la asesina, y luego se nos da masticada la línea de pensamiento que debemos seguir para sentirnos buenos ciudadanos.

Naturalmente si los roles hubieran estado invertidos, con una mujer que hacía la vida imposible al hombre y éste hubiera reaccionado, no con un homicidio sino con  violencia física de mucha menor entidad, podemos dar por descontado que la periodistilla habría escrito un artículo muy distinto, sin admitir ningún tipo de atenuante para el varón y presentando a la mujer como víctima al 100%.

Pero el sectarismo de los medios de comunicación es una cosa y el de la justicia –con minúsculas porque no merece más-  otra muy distinta y grave. Como ya sucede con el tema de la violencia doméstica, con el “acoso” sexual, con las separaciones, todos somos iguales ante la ley pero algunas son más iguales que otros. La sentencia en cuestión nos termina de aclarar que también a la hora de enjuiciar un asesinato las mujeres son más iguales que los hombres.

No se trata naturalmente de ponerse del lado de uno u otro sino de aplicar un principio de justicia y la definición de un delito según la ley. Posiblemente la víctima era un violento y efectivamente trataba mal a su mujer: los hijos se han puesto de parte de ella y se han alegrado por la absolución. Asimismo los medios han pintado al hombre asesinado de la manera más negra posible, aunque esto último no signifique nada, pues todos sabemos la clase de basura manipulada que son los medios de “información”, esta auténtica mafia de profesionales del engaño.

Todo ello puede ser verdad; incluso uno podría aprobar a nivel personal y justificar la reacción de esta mujer. Yo aprobaría también, desde un punto de vista purament epersonal, un homicidio en otro tipo de situación: un hombre arruinado y empujado a un callejón sin salida por las denuncias falsas de una hija de puta y por la persecución legal hacia los hombres, imposibilitado de obtener justicia, que le pegue un tiro a la hija de puta, a la abogada feminista y a quien haga falta.

Pero naturalmente para la ley este homicidio debe ser un crimen y ha de ser castigado, porque significa tomarse la justicia por su mano. Yo respetaría profundamente al hombre que cometiese una acción así y después asumiese su responsabilidad sin pretender ser absuelto del delito. Si las leyes estableciesen que un hombre tiene derecho a matar en esta situación uno podría hablar de licencia para matar otorgada a los hombres.

Y esto es exactamente lo que ha sucedido, al revés naturalmente. A nadie se le escapará que la señora ha sido absuelta exclusivamente porque es mujer. Si las partes hubieran estado invertidas habríamos tenido durante una semana manifestaciones de protesta contra la violencia machista en la ciudad y por supuesto una dura condena para el asesino.

Porque lo evidente es que ha sido cometido un homicidio, intencional o no, sin que haya sido defensa propia, a menos que una cuchillada se considere como una reacción proporcionada contra una bofetada.

¿Alguien duda de lo que hubiera pasado si la mujer hubiera, no abofeteado al marido, sino roto platos en su cabeza, y el marido la hubiera no acuchillado, sino empujado para defenderse con el resultado de caída y moratón para la mujer?

Está bien claro: cárcel para el hombre y orden de alejamiento.

Éstas son la justicia y las leyes que tenemos.

Estoy de acuerdo en que la ley no debe ser rígida en extremo y debe tener en cuenta las situaciones particulares; para ello existen los atenuantes y la flexibilidad de las penas,  existen los beneficios carcelarios y varios modos de ser clementes manteniendo un principio de justicia elemental: que si un delito se ha cometido se debe pagar por ello.

Podría haberse condenado a esta mujer teniendo en cuenta su situación, si es que su situación era en verdad tan dramática, de varias maneras. Reconociendo que de homicidio se trata, aunque fuera  no intencional, se podía aplicar la pena mínima, reconocer atenuantes…no estoy versado en Derecho pero ciertamente existen modos de hacer esto y si el marido era realmente un bestia estoy muy de acuerdo con ello. Sin embargo la absolución significa que la mujer no ha cometido un homicidio, significa que la mujer que ha sido maltratada o que dice haberlo sido puede quitarle la vida a un hombre y eso no es homicidio.

Llamando a las cosas por su nombre se trata de una licencia legal para matar.

Como en ciertos períodos históricos en los cuales la clase dominante tenía licencia para matar a los siervos sin tener que responder por ello. Hoy la clase dominante son las mujeres y los siervos los hombres, en este repugnante Occidente feminista.

Quien acepte esta situación y sus implicaciones, los pobres gilipollas domesticados sin dignidad y con el cerebro lavado, que vivan sus vidas como sombras y muertos vivientes, como el fantasma de un hombre. La misma vida que llevan es el castigo que se merecen por su indignidad, aunque sean demasiado estúpidos para comprenderlo.

Para los demás, es hora de mirar de frente la realidad en que vivimos y sacar conclusiones. La justicia, las leyes y las instituciones son enemigas de los hombres y por tanto no merecen ni respeto ni adhesión. Deben naturalmente ser temidas por su poder sobre nuestra vida y sus instrumentos de represión. Pero temer y respetar son dos cosas muy distintas.

Deben ser consideradas ilegítimas en cuanto expresión de un poder enemigo, el poder feminista que las ha ocupado. Exactamente como cuando un invasor extranjero ocupa las intituciones del propio país con un gobierno títere.

Abajo esta justicia infame. Abajo la tiranía feminista.

sábado, 23 de octubre de 2010

¿ADIÓS AL MINISTERIO DEL PRIVILEGIO FEMENINO?

En esta entrada comentaré brevemente los cambios que ha introducido Zapatero en el gobierno y su significado.

Sustancialmente cambia poco: les han quitado el juguete a dos de las ministrillas más inútiles, probablemente porque sus necedades empezaban a ser embarazosas hasta para su misma gente. El "hombre fuerte" -pase el abuso de lenguaje- es ahora Rubalcaba, y hay algún otro cambio.
 
Pero quizás lo que más sorprenda es la abolición del Ministerio del Privilegio Femenino, llamado de Igualdad por la propaganda feminista y cuyo objetivo es atacar a los hombres y perjudicarles, colaborando en el terreno político a la guerra que el feminismo ha declarado a la masculinidad.


El tema del feminismo sabemos que ha sido siempre central para Zapatero, este hombre con alma de mujer y enemigo feroz de todo lo masculino; el necio de mirada limpia y soñadora que repite como un papagallo hasta el último de los tópicos progresistas. Inútil e incompetente en todo, incapaz de resolver un problema, nulidad absoluta como hombre de Estado, ha arrastrado por el fango el prestigio de España y conseguido que hasta una colonia extranjera como Gibraltar se ría de nosotros. Sin embargo todo elllo le da igual: imbuido de estupideces igualitarias, feministas y políticamente correctas, para él lo fundamental es transformar la sociedad según su enfermiza ideología.

Entonces, ¿Por qué ha suprimido el infame ministerio quitándole el juguete a la niñata inútil? ¿Es que ZP va a cambiar su política de lameovarios?

De ninguna manera. Ni por un momento creamos que se vayan a abandonar las políticas feministas y de persecución al hombre, porque esta gente y sus ideas siguen siendo lo mismo de antes.  El ministerio era infame y su titular una incapaz integral sin la más mínima cualificación; esto lo sabía todo el mundo, pero no es por ello que lo han abolido. Simplemente van a volver menos visibles sus campañas antimasculinas, van a levantar un poco el pie del acelerador y tomarse un respiro, evitando el sectarismo y la virulencia demasiado evidentes mientras siguen puteando a los hombres de todas las maneras posibles.

Evidentemente porque se han dado cuenta de que tanto fanatismo feminista se ha empezado a volver contra ellos; los excesos, la injusticia y las aberraciones acumuladas empiezan a ser demasiados, la exhibición pública de estupidez e incompetencia imposible de ignorar, hasta para una masa de borregos y para la multitud oceánica de gilipollas domesticados que pululan en nuestro país, como en todo Occidente.

Por tanto no veo razón alguna para modificar mínimamente la consideración que merece el gobierno ZP; se trata de una corrección táctica de ruta que sin embargo nos da la medida de su preocupación: no debe haber sido fácil para él renunciar al Ministerio, debe haber pesado bastante la consideración del rechazo que está empezando a producir en la sociedad; y habrá pensado que es mejor mantener un perfil bajo por el momento, para intentar engañar a despistados y a quienes entre sus propias filas han empezado a perder la paciencia.

Acerca de los demás cambios, como he apuntado los incapaces de antes siguen, todos se seguirán riendo de España y el proceso de disgregación nacional continuará, como continuarán los nefastos efectos de las políticas de esta gentuza: la reducción de las Fuerzas Armadas (que siempre han odiado) a un ejército de muñequitas, la destrucción del sistema educativo, la degeneración social y la corrupción de menores impulsada activamente desde el Gobierno.

Antes de concluir un comentario sobre los comentarios del alcalde de Valladolid acerca de la Pajín y la reacción desproporcionada que han producido, con el linchamiento mediático de este señor.

Ciertamente no voy a moralizar sobre excesos de lenguaje considerando el tono que a veces me gusta emplear en este blog, pero en una figura pública estos comentarios denotan una acusada caída de nivel y reflejan la actual degeneración de la política. Además el lenguaje fuerte debería usarse de manera más incisiva y con un blanco más ambicioso, si es que pretende ser crítica política; los comentarios del alcalde no pasan del nivel de  charlas de bar o de vestuario de gimnasio...

Ahora bien, dicho esto, la reacción que se ha producido es totalmente anormal y diría patológica: este señor parece que es el mismo Diablo, se ha pedido su dimisión,  se propone tratarlo como un apestado... ¿Por què? ¿Por un comentario desafortunado? ¿Por un simple exceso verbal? Cosas infinitamente peores ha hecho la gentuza que nos gobierna y en general la clase política. Robar a manos llenas, aprobar leyes injustas y dañinas, acabar de destrozar el sistema educativo, engordar la clase de los parásitos incompetentes que viven a costa de quien trabaja...la lista es interminable. Por no hablar de tantas declaraciones de nuestros gobernantes que, aun sin usar lenguaje soez, equivalen a eructos y ventosidades cerebrales. Todas cosas infinitamente más censurables que un comentario por desafortunado que sea.

Pero este comentario ha sido hecho por un hombre y ha ofendido una mujer, es más una mujer que se dedica a la política. Esto, en la tiranía feminista en que vivimos, es un delito de lesa majestad, es imperdonable. No está permitido a un hombre criticar a una mujer porque es machista. Esta es la sociedad de mierda en que vivimos.

Por esta razón merece nuestra completa solidaridad al alcalde de Valladolid, no en apoyo a sus palabras sino en nombre del rechazo al repugnante diktat feminista que quiere reducir al silencio a los hombres.

Saludos del Oso.

martes, 12 de octubre de 2010

ZARDOZ

En esta entrada, primera de una serie dedicada al cine, voy a comentar una curiosa película de ciencia ficción del año 1974, dirigida por John Boorman, poco conocida excepto entre los amantes del género. Género problemático en el que la mayor parte de las producciones son auténtica bazofia, o envejecen precozmente y muy mal, o consisten únicamente en exhibiciones de efectos especiales sin la menor idea detrás, o bien son excusas para películas de acción a menudo deleznables...tno voy a negar todo ello pero es posible también encontrar algunas joyas como ésta, aunque ciertamente no haya que buscarlas entre las superproducciones que todos conocemos.



Que sea una "joya" es por supuesto una afirmación muy subjetiva. No es una película para todos los gustos, aunque tampoco sea especialmente escabrosa ni violenta, sobre todo comparado con lo que se ve hoy, y además tales aspectos no son nunca gratuitos sino esenciales en la trama. Digamos que es bastante freakie, hecha con pocos medios y muchas ideas; sin llegar a ser una Serie B es algo cutre. Eso sí, el diseñador de vestuario y el mismo director se merecen un castigo corporal por haberle puesto a Sean Connery uno de los atuendos más horteras e impresentables que he visto en mi vida. Por si no se viera bien en la imagen de arriba aquí está el detalle:



Bueno, aparte de cosillas como ésta es una excelente película, bien construida y con bastante profundidad por el tema conductor y la manera de abordarlo. La realización podría ser mejor, el ritmo también, pero en definitiva lo principal no está ahí.

La ambientación es una Tierra desolada en la cual existe una sociedad de inmortales, que habitan unas zonas ("Vortex") inaccesibles para los escasos habitantes del exterior, que viven precariamente y que además son perseguidos y masacrados por los "Exterminadores", raza controlada por los inmortales y genéticamente seleccionada por un miembro del Vortex, cuyos verdaderos motivos se revelan al final de la película.

No se trata de una lucha de clases o del clásico guión de la rebelión de los oprimidos , según he podido leer en risibles comentarios y presentaciones de la película, sino de algo muy distinto.

El tema de la película es la relación de la vida y la muerte, la estrecha dependencia de una y otra, la necesidad de la muerte para que la vida pueda continuar. En el Vortex se ha desterrado la muerte y sus habitantes se han aislado de un mundo en crisis abocado al colapso, constituyendo una élite que se ha dado la inmortalidad y abandonando el resto de la humanidad a su destino. Los fundadores del Vortex han salvado todo el conocimiento y el arte del pasado, creando una sociedad en la cual los privilegiados se dedicarán al perfeccionamiento continuo, al cultivo de las artes y las ciencias, a la búsqueda del conocimiento en una utopía de felicidad eterna.

Esta utopía sin embargo se va revelando tras un cierto tiempo por lo que es: una condena y una negación de la vida, una interrupción del flujo y la alternancia natural de vida y muerte. El Vortex se va estancando y adquiere los rasgos de una tiranía de las cuales son víctimas los propios fundadores. Cualquier impulso vital y motivación real para vivir se extingue, la sexualidad desaparece y el ideal de progreso indefinido en la inmortalidad se revela un callejón sin salida y una trampa.

Porque el Vortex no permite elegir la muerte. Sus habitantes pueden morir, pero en poco tiempo un cuerpo regenerado se crea y el sujeto se reencarna con todos sus recuerdos. Tampoco puede ser destruido porque sus creadores se han precavido contra la posibilidad de que sus descendientes quieran renunciar a al inmortalidad. De modo que es una prisión y una condena, en la que una apatía general domina a sus habitantes, aunque afirmen vivir en el mejor de los mundos posibles y en una sociedad perfecta, engañándose a sí mismos y no reconociendo el secreto deseo de muerte que llevan dentro.

En efecto están en un círculo cerrado, del cual no pueden salir con sus propios medios, que sólo puede ser quebrado por un elemento externo que penetra en el Vortex, instrumento de profundas fuerzas, contra las que los creadores del Vortex han cometido el pecado, la injuria suprema de bloquear el flujo de la vida. De hecho las últimas secuencias, con el acertado uso de la música de Beethoven, comunican de manera muy sugestiva la idea central.

Espero haber transmitido lo suficiente de esta cinta sin haberlo contado todo, desde el principio hasta el final. Por si alguien se anima a verla.

No es sorprendente que la película no sea muy popular y produzca una reacción de rechazo en quien está imbuido de las ideas dominantes en el Occidente actual, que rechaza la idea de la muerte, pretende alejarla y esconderla en lo posible: el ideal del "Vortex" es uno de los motivos conductores de nuestra sociedad individualista; es el ideal racionalista e iluminista del paraíso combinado con la promesa tecnológica de la inmortalidad individual. Las tendencias y pulsiones que están a la base del Occidente moderno, llevadas a su extrema consecuencia lógica, constituyen el ideal del Vortex. Y esta película es una bofetada en la cara de esta concepción del mundo, porque nos dice que el Vortex representa la libertad sino la esclavitud, que detrás de ello no hay más que el vacío y un rostro distinto de la muerte, no aquélla que deja paso a la vida sino una muerte perenne y sin futuro, como la de los seres en las películas de zombies.

Sin más el Oso se despide hasta la próxima.

sábado, 9 de octubre de 2010

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO

Con esta expresión se suele indicar un dilema o una situación que no tiene ninguna solución satisfactoria, porque es fruto de deseos, aspiraciones, pretensiones incompatibles, entre ellas y con la realidad. Como el cazador del proverbio oriental que quiere cazar a la vez una liebre y un ave, fracasando en ambas cosas.
Me estoy refiriendo en esta entrada a la pretensión de la mujer moderna, adoctrinada por el feminismo, de dedicarse a una carrera profesional, de la misma manera, con las mismas pautas y parámetros que el hombre, y por otro lado cumplir su misión de ser madre. Misión que está dictada por la biología de la especie humana, porque no somos amebas, ni vegetales, ni peces ni reptiles, aunque muchos parezcan haberse quedado en estas etapas o haberlas erigido a ideal de vida.

Como todo el mundo sabe, o sabía antes de que las imbecilidades igualitarias enturbiaran los juicios y reblandecieran los cerebros, existe una asimetría fundamental en el cuidado de la prole: el recién nacido exige una dedicación total por parte de la madre y no por parte del padre. El llevar un hijo en el vientre, alumbrar y dar el pecho necesariamente tiene implicaciones fundamentales en los roles del padre y de la madre: inicialmente una total prevalencia de la figura materna, que poco a poco va atenuándose mientras el padre entra en escena y se va reforzando como figura. Precisamente una de las más importantes funciones del "trabajo" de padre correctamente  realizado, es contarrestar la natural tendencia femenina a la hiperposesividad, a considerar los hijos como algo que le pertenece físicamente, como si siguiera existiendo un "cordón umbilical" psicológico. Sin extenderme en ello, es evidente que la diferencia de roles entre padre y madre es natural y necesaria para un correcto desarrollo humano, y su fundamento es la polaridad masculino-femenino.

Varias veces me he disculpado por escribir cosas evidentes pero, como he repetido también a menudo, cuando vivimos inundados por una avalancha de mentiras y propaganda, orquestada por degenerados cuyo objetivo es la degradación de la sociedad humana, uno está obligado a repetir continuamente que 2+2=4; que hombres y mujeres son radicalmente, profundamente distintos.

El que pueda hablarse de total simetría entre ambas figuras, que tal aberración se pretenda imponer por ley, lo puedo entender sólo como índice de la más profunda estupidez, de una total ceguera producida por la ideología o de mala fe.

El adoctrinamiento feminista en este punto además constituye un engaño y una traición hacia la mujer, porque la está llevando a un callejón sin salida. La ha llevado a odiar el papel de ama de casa y en muchos casos la misma maternidad, para lanzarla a una competición con el hombre en todos los terrenos, convenciéndola de que su liberación consiste en masculinizarse y competir con  el hombre.

No se trata naturalmente de proponer vueltas al pasado: ello es imposible y si no lo fuera, serviría sólo para reproducir las condiciones que han llevado al presente. Pero la mujer moderna en vez de buscar un camino original, basado en valorizar las diferencias, ha elegido la confrontación y competición con el hombre, pretendiendo neciamente una imposible igualdad en todos los terrenos.
Pretensiones e ideología que condenan doblemente al hombre y a la mujer cuando se convierte en la idea dominante de una sociedad. Tanto si es sostenida con buena fe por los mentecatos igualitarios, como si es sostenida con la mala fe de las víboras feministas, que la utilizan como arma en su guerra contra los hombres.
Leyendo el artículo siguiente del diario El País, redactado naturalmente según la habitual óptica del victimismo feminista, podemos aquilatar el fracaso y la crisis que esperan a la mujer moderna cuando se dé realmente cuenta de que ha abandonado familia e hijos por algo que de ningún modo la va a "realizar", por usar la jerga corriente:


Bueno, chica, tu "madre en los setenta" con casi total seguridad era bastante más feliz que tú, no se hacía las pajas mentales que te haces tú, no se quejaba continuamente porque la realidad no se adaptaba a sus deseos o caprichos...en resumen: en vez de pseudoproblemas tenía hijos y era respetada, como mujer y como madre. Evidentemente piensas que es una esclavitud ser un ama de casa en vez de embrutecerse en un trabajo de oficina ocho horas al día, pero esta opinión -que es la de millones de mujeres- sólo denota tu pobreza de horizontes y en definitiva lo limitado de tu concepto de "realización". Si piensas que vas a ser una maruja por cuidar de una familia, es que seguramente lo eres y lo serás siempre, aunque vayas con tailleur a la oficina y tengas un gran despacho...

De pasada, notemos en el artículo la demencial frase "la realidad es sexista". ¡Es sexista porque las mujeres tienen  hijos y los hombres no! Y se presenta esto como una injusticia. Manda cojones...

Es en detalles como éste donde se le ve el plumero a la locura igualitaria, donde su pulsión oculta sale a la luz: la negación, el odio hacia todas las diferencias. Y es aquí donde se revela como ideología de muerte, porque la vida está basada en las diferencias y la polaridad. Esta gente quiere que el mundo sea un lugar de completa igualdad, sin conflictos, sin diferencias.

Pero este lugar existe ya. Se llama  cementerio.