domingo, 28 de marzo de 2010

EL LAMEOVARIOS

Se me personará el neologismo, de elegancia más que dudosa, pero me parece adecuado al personaje.


Creo que mis lectores estarán de acuerdo en que nuestro amigo se lo merece: el término lameculos le queda estrecho y además no es lo suficientemente específico: éste es un lameculos de mujeres, específicamente de feministas. Su pensamiento se resume en pocas palabras: ellas siempre tienen razón, los hombres no valen nada y su papel en el mundo es servir a al mujer.  A la abyección del lameculos y su falta de dignidad éste añade la humillación de género, se arrastra por el suelo reptando y pidiendo disculpas por haber nacido varón. Helo aquí en un congreso feminista, el único hombre -si es que merece tal calificativo-  presente,  para quemar su grano de incienso en el altar de su religión feminista.  O diría incluso para oficiar un rito, como el antiguo culto de la diosa Cibeles era oficiado por sacerdotes eunucos, castrados. No es un comentario gratuito sino una analogía profunda.

Repite como un papagallo el principal tópico de la propaganda feminista: que la historia no es más que una ininterrumpida e injusta opresión del hombre sobre la mujer. Para esconder el verdadero objetivo del feminismo que no es sino el dominio de la mujer sobre el hombre,  con la consecuente  reducción de éste último a un fantoche. En efecto el proyecto -o la pulsión uterina- feminista sólo puede ser conseguido  destruyendo la identidad masculina: durante el llamado dominio masculino el hombre tenía de frente mujeres de verdad; nunca pretendió destruir la identidad femenina ni asimilar la mujer al hombre. El dominio femenino que persigue el feminismo necesita anular al hombre, reducir la población masculina a una masa de castrados  mentales, asimilar el hombre a la mujer, feminizarlo, porque no podría nunca ejercitarse sobre hombres de verdad.

El personaje sigue defendiendo a capa y espada sus infames leyes feministas, cuyo objetivo es castigar a los hombres y ponerles a merced de la mujer, reducirles a ciudadanos de segunda categoría. Con la propaganda de la violencia de género ha introducido una de las leyes más injustas que existen. Tomando como pretexto abusos reales cometidos en países semisalvajes -y falseando también aquí como si las mujeres fuesen siempre las únicas víctimas- pretende introducir aquí todavía más privilegios para la mujer, más lavado de cerebro, más castigo para el hombre.

Y se le ve mucho el plumero cuando dice que "no habrá satisfacción posible mientras exista una sola víctima de la violencia machista en este país". Evidentemente para el no es un problema la violencia si la víctima no es una mujer: le da igual -si es que no se regodea en ello- cúantas mujeres maten a sus hombres o a sus niños, cuántos hombres vean arruinada su vida por acusaciones falsas, cuántos haya en la cárcel injustamente y cuántos niños se vean privados de su padre por venganza o posesividad uterina. En resumen: la mujer es intocable y el hombre es basura que se puede patear. Esa es la "satisfacción posible" de la que habla.

Este individuo desde que ha llegado tiene una idea fija: combatir todo lo que sea masculino. Llevar a cabo una campaña implacable contra el hombre y los valores masculinos. Colaborar en la lucha de clase que el feminismo ha emprendido contra el hombre. Es el tonto útil de las víboras feministas. Está hundiendo el país porque es un inútil que no vale para nada, pero le da lo mismo porque para él lo importante es continuar la guerra contra el hombre. Sin olvidarnos de su otra idea fija: cambiar el resultado de la guerra civil y borrar toda la memoria del anterior régimen. Mas no es éste por el momento un tema que desee introducir en el blog.

No sé qué le pasa a este sujeto. Tanta saña contra los hombres, tanto odio por la masculinidad, tanto deseo de humillarse y rebajarse, de arrastrarse como un gusano de frente a la mujer...el presidente que nos ha caído es despreciable más allá de lo que pueden expresar las palabras.

Pero es una válida muestra del hombre del Siglo XXI en el que nos quieren convertir a todos. El nuevo modelo de masculinidad que las feministas pretenden que adoptemos.

¿Es éste el tipo de hombre que realmente quieren las mujeres?

Lo dudo pero me importa una puta mierda, porque el valor del hombre no se mide con el criterio de la utilidad para la mujer. Mucho menos para la mujer degenerada de la sociedad occidental moderna.

El momento en que vivimos nos impone una elección. Es hora de decidir si uno quiere ser hombre o...

lameovarios

Saludos del Oso

viernes, 19 de marzo de 2010

DÍA DEL PADRE Y FEMINISMO

A quien siga con atención las nefastas actividades de las víboras feministas, anidadas en el Ministerio del Privilegio Femenino, no se le habrá escapado que esta semana han estado muy activas; sin el mínimo pudor ni sentido del ridículo han alcanzado nuevos niveles de delirio, en un crescendo de demencia que no parece tener fin. Y no lo tendrá mientras no les paremos los pies, mientras una parte tan grande de la población masculina siga siendo una masa de borregos y gilipollas domesticados, mientras los hombres sigamos amedrentados y dominados por la tiranía feminista.

Un momento de reflexión ha sido suficiente para comprender el porqué de tanto celo esta semana.

Hoy es el 19 de Marzo, Día del padre.

El hecho de que se celebre todavía un día dedicado al padre debe haber provocado en sus mentes retorcidas una descarga adicional de bilis y para celebrarlo por todo lo alto han preparado una "Semana del Odio" al estilo del 1984 de Orwell. Libro que no me cansaré jamás de recomendar.

Acompañando la Semana del Odio, aquí y allá han ido saliendo en la red y los medios comentarios y artículos varios, preguntándose si esta fiesta no está ya está obsoleta dada la difusión de los nuevos  modelos de familia.

Pues no está obsoleta, por más que les pese a las odiadoras profesionales de los hombres, y a los pobres mentecatos que las siguen con el rabo entre las piernas. No lo estará mientras haya un solo padre que crea en su misión y tenga la libertad interior para mandar a tomar por culo a tod@s. Y a sus nuevos modelos de familia, que no representan más que caprichos elevados a derechos.

Entre paréntesis, primera y última vez que utilizo el gilipollesco @ para referirme a imbéciles e imbécilas. Sólo para mencionar el tema porque no lo había comentado nunca.

Veamos un par de noticias
 
Hace un par de días la ministrilla orwelliana de Igualdad se superó a sí misma con la propuesta de introducir en la Universidad el feminismo


No les basta con las campañas continuas de propaganda contra el hombre, pagadas por todos nosotros. No les basta con el lavado de cerebro en el colegio desde la más tierna edad. Tienen que adoctrinar con su basura también en la universidad y degradarla aún mas de lo que está; les importa un comino la caída en picado de la calidad de la educación, que es un hecho evidente para cualquiera que tenga un mínimo de perspectiva. Aunque ellos por supuesto lo niegan: el iluminado de la ceja que habla de la generación "mejor preparada de la historia"...este hombre debe vivir en un mundo irreal de fantasía y es incapaz ya de distinguir la realidad de su enfermiza propaganda.

Caída en picado que es consecuencia directa de la destrucción del sistema educativo que ha llevado a cabo la pedagogía progresista, que ha destruido cualquier idea de autoridad, de rigor, de aspiración a la mejora de sí mismo y a la auto-superación a través del esfuerzo personal; que  ha condenado la meritocracia e impuesto la igualdad en la ignorancia y la mediocridad. Que es la única igualdad posible,  en éste como en cualquier otro campo. Pero todo ello debe ser justamente lo que querían los progres; la escuela y la universidad pueden ser una fábrica de burros semianalfabetos, con un lenguaje apenas por encima del lenguaje de los monos, pero lo importante es que se salga de allí con cuatro vulgaridades políticamente correctas metidas en la cabeza y que se enseñe el feminismo.

Más cosas: la ridícula y estomacante campaña "tarjeta roja al maltratador" presentada ayer por la citada ministrilla con la colaboración de un enjambre de parásitos subvencionados,  pertenecientes al círculo de amiguetes de la progresía que en España pasa por ser el "mundo de la cultura":


Lo que se pretende, lo que esta gente en realidad persigue en su proyecto infame, es sacar "tarjeta roja" a todos los hombres que no estén domesticados por el feminismo, que se nieguen a ser unos monigotes sin voluntad a la merced de sus mujeres; en los vomitivos anuncios televisivos para esta campaña queda claro que maltrato no es sólo violencia física sino también levantar la voz, decir algo desagradable, criticar a la mujer, discutir con ella o expresar de forma vehemente un desacuerdo. Naturalmente el mensaje implícito es que todo ello es maltrato sólo si lo hace el hombre. Si lo hace la mujer no lo es; es más, en estas situaciones ella por supuesto tiene razón, porque seguramente ha sido provocada o vejada por el hombre.

Asociando en un montaje manipulador y deshonesto -con caras ridículamente, gilipollescamente serias y dramáticas- al verdadero maltrato el maltrato psicológico así tendenciosamente definido, lo que se pretende es desarmar a los hombres, volverles incapaces de reaccionar y de oponerse a los atropellos de estas víboras. Que acepten sin rechistar ser ciudadanos de segunda categoría, ser culpabilizados por ser hombres y ser reducidos al nivel de unos muñecos de trapo sin  personalidad. Que se sientan culpables sólo por pensar en rebelarse y reivindicar su dignidad masculina, que estén tan castrados mentalmente que sean incapaces de cuestionar, de reconocer  siquiera, el lavado de cerebro y la tiranía que poco a poco nos han impuesto.

Este es el nuevo hombre que las feministas pretenden,  el repugnante traje de harapos que han confeccionado para nosotros y que un hatajo de pobres mentecatos reivindican como una conquista y un nuevo modelo de masculinidad.

No señores. Esta no es masculinidad, es renunciar a ser hombre, es ser un gilipollas domesticado. Es basura que un hombre libre no podrá aceptar jamás. Que se metan por donde les quepan sus tarjetas rojas y sus nuevos modelos de hombre del siglo XXI.