viernes, 31 de mayo de 2013

LA DICTADURA MUNDIAL (III): El laboratorio sueco


[Esta entrada fue preparada antes de las jornadas de disturbios raciales en Suecia, fenómeno creciente en Europa, que ya bien conocen Francia e Inglaterra, y destinado a agravarse con el tiempo. Resultado de una política particularmente suicida de inmigración indiscriminada, impuesta a los gobiernos por quienes están construyendo la tiranía mundial de la que se ocupa esta serie de artículos. Como comentario, aunque el tema de esta entrada sea el país nórdico como modelo de degeneración social y pueblo decadente, evidentemente ello no se aplica a los suecos patriotas que intentan luchar contra esta situación. No conozco las posiciones de los “identitarios” suecos sobre estos temas, en particular si, además de la inmigración, les preocupa la inmensa degradación de su sociedad, modelo de corrección política y progresismo es decir de la peor basura que ha producido la humanidad hasta la fecha. Como mínimo habrá que darles el beneficio de la duda.]




Tras las consideraciones realizadas en la segunda parte sobre la sociedad de la vigilancia total y la seguridad, volvamos a la abolición del dinero en efectivo, que como se comentó en la primera parte es un paso decisivo en la construcción de sistema de control total de la economía, de la política e incluso de la vida de las personas, que dependen totalmente de un mundo virtual en el cual están sujetas al arbitrio de los gestores y por tanto vulnerables frente a una represión capilar. El instrumento es el sistema bancario internacional, el poder que representa, con su epicentro en el mundo angloamericano, internacional y con la vocación de englobar todo el mundo.

Un poder que favorece el sistema democrático como se ha implantado en Occidente, en cuanto es el sistema que mejor logra penetrar; habiendo logrado la independencia del poder político, es capaz de dictarles su ley a los gobiernos porque los políticos democráticos en el sistema de partidos son figuras de paja a las que fácilmente se puede comprar, careciendo éstos de cualquier ideal y horizonte temporal que vaya más allá de sus privilegios, de los tiempos electorales, de su propia existencia. La cuestión de si es posible una democracia distinta, una representacion que exprese un poder político soberano, que no esté al servicio del gobierno de los usureros mundiales, es otro tema y queda abierta.

Como existe la posibilidad que fuerzas políticas nuevas, dentro del marco actual, logren hacerse con el poder. Existen en efecto partidos políticos que abiertamente denuncian esta situación, en algunos países – como el nuestro lamentablemente - minoritarios o minúsculos, en otros cada vez más fuertes. Siempre demonizados por el sistema, impresentables como suele decirse, es siempre posible – y deseable en el máximo grado - que en un futuro es concebible que logren desafiar seriamente el poder mundialista Pero en el sistema de la democracia actual y de los partidos la situación es la que he indicado más arriba.

El primer país con visos de abolir realmente el dinero en efectivo y por tanto instaurar, en el ámbito económico, este sistema de control total es Suecia como se comentó en el primero parte de estos artículos. Esto no es una casualidad, porque el país nórdico es el primero no sólo en esto sino en otras cosas.

El modelo de sociedad sueca es menudo indicado por los “progresistas” como ejemplo a seguir y paradigma de sociedad avanzada. Lo cual quiere decir naturalmente que en ese país las fuerzas que traen la disolución y la degeneración social son especialmente fuertes, han encontrado menos resistencia y por ese motivo se ha convertido en un laboratorio privilegiado para la ingeniería social.

Dominio total del feminismo
Suecia es la peor tiranía feminista de Europa con diferencia, donde las leyes punitivas misándricas, la indefensión jurídica del varón, el proceso de castrado mental de los hombres, el odio antimascuñino explícitamente proclamado, alcanzan niveles no vistos en otros países europeos, que aunque gravemente afectados por la lacra del feminismo aún no han llegado a ese nivel.

Sociedad persecutoria del varón cuya obsesión feminista llega a niveles grotescos, humorísticos –si tuvieran sentido del humor - como el detalle de capar el león macho que figuraba en el emblema heráldico del ejército sueco. El cipote leonino era apenas visible en el escudo, sin embargo estaba ahí, impertinente, y a las mujeres soldado les molestaba.

No se puede decir más claro y fuerte qué es lo que odian y también es un triste, preciso símbolo de lo están haciendo con todos los pueblos de Europa. El lector puede imaginar fácilmente el tratamiento que les reservarían a los toros de Osborne, esparcidos por toda la geografía española (menos en Cataluña donde prefieren el borrico identitario, pero si es macho no le va a ir mejor).

Lo anterior no quita que las suecas sean frecuentemente violadas por inmigrantes  - responsables de la mayoría de estos crímenes – muchos de los cuales son violentos y abiertamente consideran a las suecas blancas como legítima caza y poco menos que basura; mientras sus propias mujeres no reciben ese tratamiento, a menos que abandonen las costumbres y la moral de su comunidad.

Es el precio que se paga por ignorar una realidad antropológica elemental: que son los hombres, sanos, vigorosos, quienes defienden a sus mujeres. La línea que han perseguido tan tenazmente las suecas, en cambio, es la de castrar mentalmente a los hombres con sus leyes y sus tribunales feministas. Error grave y que están pagando caro, el de pensar que sus tribunales de género y el blablabla progresista las iban a proteger de unas poblaciones que, serán primitivas y violentas, pero tienen su vitalidad y sus instintos intactos; poblaciones que ven en la sociedad blanca sueca un montón de putas promiscuas que dominan sobre una masa de medio-hombres incapaces de defenderlas.

La arrogancia y la prepotencia no se detienen con leyes y con palabras, sino cuando se encuentran ante quien tiene la voluntad y la capacidad de defenderse. Esto es lo principal; las leyes y las palabras vienen después y forman parte de los medios, que si no son suficientes dejan paso a otros más enérgicos.

En efecto el tema de las violaciones étnicas y la creciente inseguridad general está ligado estrechamente a otros dos campos en los cuales Suecia es de las primeras de la clase si no la primera: la inmigración masiva y el racismo antiblanco. Lo primero ha convertido muchos lugares en inseguros, invivibles; lo segundo ha impuesto el tabú por el cual el carácter racial de la violencia y en particular el carácter racial de las violaciones no se puede divulgar; para quien lo haga está siempre lista la acusación de racismo. El mantra no escrito blanco malo - inmigrante bueno tiene plena vigencia, tapa bocas para que no hablen, oídos y ojos para que no escuchen ni vean, apaga cerebros para que no saquen conclusiones.

Inmigración masiva y descontrolada
Durante años, si no décadas, los gobiernos suecos han fomentado la inmigración masiva con una política de puertas abiertas, lavando el cerebro de sus ciudadanos a conciencia, e ignorando la opinión de una buena parte de la población. En 2011 el 27% de la población era de origen parcial o totalmente extranjero, de la cual aproximadamente la cuarta parte de países musulmanes, que es la que da problemas. Para ocultar la realidad y mejor engañar a la opinión pública el gobierno sueco, según una práctica habitual en Europa, no hace estadísticas según el origen étnico.

Racismo antiblanco al poder
Sobre el racismo antiblanco, el país nórdico está también a la vanguardia. Intensa es la propaganda encubierta o explícita contra los suecos autóctonos, culpables de tener la piel demasiado blanca. Abierta la hostilidad de los políticos traidores contra su propia gente, continuo el lavado de cerebro de los antirracistas.

Intervención y control estatal
También es un país con impuestos extraordinariamente altos, que se usan en parte para subvencionar las políticas de inmigración masiva y el racismo antiblanco, obligando a los suecos a financiar políticas contra ellos dirigidas.

Naturalmente no todo el dinero se va ahí. La mayor parte de este dinero vuelve a las familias y a los contribuyentes en la forma de ayudas y subvenciones de todo tipo. El resultado de esto, naturalmente, es que la economía está en alto grado controlada y dirigida por el Estado a nivel personal y familiar. El Estado quita mucho y es verdad que también da mucho, pero lo da como, cuando y para lo que quiere el Estado que así tiene una herramienta potentísima para - por ejemplo - imponer el tipo de educación que desea, o en general para reprimir y controlar de cerca, por simple vía administrativa, a sus ciudadanos.

Ideología de género
Suecia es también el país donde la ideología de género es más fuerte, es nación pionera en la implantación de los repugnantes jardines de infancia asexuados en los que se reprimen sistemáticamente las diferencias sexuales y se intenta “educar” de manera neutra. Es el país donde es doctrina de Estado hacer jugar a los niños con muñecas y a las niñas con metralletas. Nuevamente, estas aberraciones se exienden por toda Europa pero es Suecia el país piloto y donde tienen más fuerza estas perversas ideas.

Recapitulando, se trata de una sociedad donde se observan unas líneas maestras que forman un diseño preciso, unas ideas y unas políticas que, más que en cualquier otra parte, triunfan y gozan del apoyo sistemático de sus clases dirigentes.



Feminismo, inmigración masiva y sin límites, racismo antiblanco, intervención y control estatal sobre la economía individual y familiar, ideología de género.



Con semejante, inaudita concentración de basura en una sola nación, se comprende perfectamente porqué el desafortunado país nórdico representa el ideal de los progresistas y los Zapateros de todo el mundo.

La convergencia en Suecia de esta serie de fenómenos degenerativos no es casual. Al contrario denota una profunda unidad que está debajo, una única fuente, un único significado.

Volviendo a la primera parte de esta entrada sobre la abolición del dinero en efectivo como parte de un proyecto de dominio mundial, precisamente es en Suecia donde parece que se va a implantar en primer lugar. Esto no es una casualidad, muy al contrario es una circunstancia reveladora que debemos poner en relación con todo lo comentado antes.

Comprendemos entonces, a través del laboratorio sueco, cuál es la estrategia en su conjunto, se nos muestra un cuadro más claro y se nos revela la que todo esto forma parte del mismo diseño. La instauración de un sistema de control total por parte del sistema bancario internacional, que nos deja a la merced de los gestores de un mundo totalmente virtual, y el conjunto de fuerzas que trabajan para la degeneración social, la decadencia cultural, la caída demográfica de Europa.
Una serie de líneas convergentes que indican un punto central y delinean claramente el proyecto de la tiranía del gobierno mundial, sus métodos y sus estrategias.

Naturalmente se trata de pruebas indirectas, circunstanciales. Pero suficientemente reveladoras para quien tenga ojos para ver. No tendremos nunca un documento donde quede expuesto el proyecto y la estrategia global según las líneas aquí ilustradas, pero basta observar la realidad e ir atando los cabos para entender lo que está sucediendo. Por otra parte quien se niega a ver la realidad, seguirá sin verla aunque la tenga delante de las narices.

No es difícil comprender, puesta en relación una cosa con otra, el porqué del inmenso poder de las lobbies feministas, inmigracionistas y de la ideología de género, la actitud de racismo antiblanco de los medios y los políticos democráticos - es decir comprados por las lobbies - y porqué hay tanta gente que puede permitirse trabajar a tiempo pleno para las lobbies de la degradación. Tienen el grifo del dinero siempre abierto para ellos, todo el que necesitan.

Demasiado bien entendemos, llegados a este punto, qué es lo que hacen con el dinero que extraen a la sociedad los usureros internacionales y porqué nunca tienen bastante.

domingo, 26 de mayo de 2013

LA DICTADURA MUNDIAL (II): Vigilancia y seguridad







Retomamos el tema de la dictadura mundial en fase de implantación. En la anterior entrada La dictadura mundial (I): Abolir el dinero en efectivo se comentaba la gradual abolición del dinero en efectivo, que desemboca en una economía totalmente virtual  bajo el férreo control y supervisión de los guardianes del sistema.

Los posibles desarrollos de este sistema de control total están a la vuelta de la esquina, no sólo en el campo económico; como aviso tenemos el chip biométrico que ya se aplica a mascotas en Estados Unidos y, si se implanta en los humanos, permitirá tenernos bajo vigilancia constante y monitorizados. También aquí se nos dora la píldora con argumentos sobre la conveniencia y la seguridad, más falsos aún que en el caso del dinero, siendo el objetivo real y no declarado controlarnos a todos de la manera más estrecha posible.

Ya hoy existe una campaña de propaganda y preparación de la opinión pública para que la población se acostumbre a ser controlada; campaña sibilina, que utiliza los falsos pretextos ya comentados y entre líneas deja entender que quien no quiera ser controlado y vigilado, quien muestre signos de rebelión, es sospechoso sólo por esto.

Se estigmatiza por tanto a quien aún tiene el sentido de la libertad y se niega a ser una abeja en una gigantesca colmena. Es decir a quien aún quiere ser auténticamente humano y no un código de barras.

Personalmente, y no creo estar solo, no quiero que me controlen por mi bien, no necesito estar vigilado constantemente, no quiero mis movimientos bajo la supervisión del Estado y tampoco que mi vida esté en manos de los bancos. Quiero y acepto vivir en un sistema que me castigue si cometo un delito, con el justo rigor, pero es repugnante estar monitorizado en cada movimiento.

Seguramente serán muchos los que, con mentalidad de borregos, acepten esta tiranía de la vigilancia total y pensarán que vale la pena pagar este precio, vivir en la sociedad del Gran Hermano en nombre de la seguridad y la tranquilidad. Pero por desgracia para ellos, están destinados a ser defraudados. Podemos valorar lo que vale el pretexto de la seguridad si consideramos que hasta ayer, en nuestro país y en cualquier otro, cuando no había ni cámaras ni internet ni trazabilidad informática, se vivía con más seguridad. Simplemente porque las leyes se hacían cumplir, los delincuentes eran castigados con el justo rigor, los elementos antisociales y dañinos eran apartados de la sociedad si eran autóctonos, y expulsados sin mayores miramientos si venían de fuera.

Es así de simple. La monitorización constante de los ciudadanos no sirve para hacernos vivir más seguros sino para dominarnos mejor.

Y los ingenuos que aceptan ser vigilados y controlados en nombre de la seguridad están destinados a sufrir una gran decepción. Porque un sistema que necesita controlar a sus ciudadanos hasta ese punto, obsesivamente - porque evidentemente los considera el enemigo interno - necesita también para mejor guiar el rebaño que las ovejas no vivan nunca del todo tranquilas. Que vivan en el temor del lobo que en cualquier momento puede asomar las orejas.

Podemos estar seguros de que siempre habrá alguna atrocidad, alguna matanza, algún loco o enemigo de la sociedad que consiga filtrarse entre las mallas de la vigilancia. Porque el sistema del control total los necesita. Existirán siempre, por tanto, los lobos solitarios o las Al Qaedas de turno y sus acciones atroces. Si no aparecen se los inventarán, porque los necesitan, y naturalmente los malos serán atrapados enseguida de manera muy edificante para los ciudadanos. Así se matan dos pájaros de un tiro: por un lado la gente tendrá siempre algo de miedo y así se la controlará mejor, por otro lado todos quedan convencidos de que es necesario que el Estado nos vigile a todos. En la novela de Orwell – a la cual es forzoso referirse una y otra vez - de vez en cuando caían bombas sobre la ciudad, por obra del mismo gobierno, para que la gente no olvidase que estaba en guerra.

Las mismas ideas fueron expresadas hace ya mucho por Benjamin Franklin - que por lo demás me cae algo gordo pero aquí tenía razón - cuando afirmaba que quienes sacrifican la libertad en aras de la seguridad no merecen ni la una ni la otra, y acabarán sin tener ni libertad ni seguridad.

Palabras sabias siempre olvidadas por la estupidez humana, que parece atraída una y otra vez, fatalmente, por los proverbiales caminos pavimentados de buenas intenciones que llevan al infierno.

miércoles, 22 de mayo de 2013

DOMINIQUE VENNER Y EL SUICIDIO HEROICO



Quienes no sean lectores de la revista El Manifiesto quizá no sepan quién era Dominique Venner, patriota europeo y en el lenguaje de la corrección política agitador de la extrema derecha gala según El País cuando ha dado la noticia de su suicidio en la catedral de Notre Dame, hoy mismo 21 de Mayo de 2013.


Un suicidio que tiene un significado político, de protesta y testimonio, a la manera de Yukio Mishima al cual dediqué una entrada en este blog


Esta forma de suicidio como acción política, es más común en Oriente que entre nosotros, y perfectamente en línea con aquellas culturas; mencionemos por ejemplo las protestas de los monjes tibetanos contra el dominio chino. O recordemos también, en tiempo de guerra, las acciones de los kamikaze japoneses o la última batalla del acorazado Yamato, enviado en misión suicida con carburante sólo para el viaje de ida.

Pero también en Europa Dominique Venner ha tenido precedentes en esta acción extrema. Recordaremos entre otros a Jan Palach, el estudiante checo que se inmoló en 1969 contra la intervención soviética en la “Primavera de Praga” y al pastor Oskar Brüsewitz en la RDA, que hizo lo mismo en protesta contra la represión comunista. Las conmemoraciones de ambos fueron prohibidas por el poder, en un intento de borrar su recuerdo y hacer inútil su sacrificio.

Como de idéntica manera fue prohibida en Alemania la conmemoración de Reinhold Elstner, ex soldado e ingeniero de 75 años que se pegó fuego en Munich el 25 de Abril de 1995 para protestar contra el “Niágara de mentiras” vertidas contra el pueblo alemán acerca de su historia reciente. Se prohibió incluso la deposición de flores en el lugar de su inmolación, así como la difusión de su última carta que se puede leer en español  aquí.

Dominique Venner ha querido concluir su vida de esta manera, tras una existencia de militancia y entrega a su patria francesa y europea y después de ver cómo la degradación y la basura avanzan por doquier. Sin embargo no ha sido un suicidio por desesperacion o enajenación mental, ni cualquier otra de las “explicaciones” con la cual se pretenderá quitar su valor y significado a este gesto. Esto lo podrá comprobar el lector que siga el enlace al final del artículo en el cual se reproduce la última declaración de Venner.

Gesto ciertamente discutible, pues además has sido realizado en una catedral, y la religión católica expresamente prohíbe el suicidio. Habrá sensibilidades que se puedan sentir ofendidas por la acción y el lugar, y es comprensible, pero opino que por encima de esto se debe considerar el significado de este gesto, porque el momento para Europa es crítico. Y con toda franqueza, considero que la catedral de Notre Dame es profanada más por las hordas de turistas cosmopolitas, que ni sienten ni viven la tradición que hay detrás de esas piedras, que por un patriota europeo que ha puesto fin a su existencia con esta acción para intentar despertar las conciencias y los corazones.

Dominique Venner ha publicado en España el libro “Europa y su destino” además de algunos artículos en la revista “El Manifiesto” sobre temas variados. En esta revista se puede enocntrar su última declaración y enlaces a sus artículos:


Quizá hubiera podido seguir escribiendo y luchando por sus ideas, pero pensó que ya había dicho lo suficiente con la pluma y escogió este otro medio, para expresar como él creyó mejor lo último que le quedaba por decir. Ha tomado su decisión, nosotros podemos sólo recordarlo y comprenderlo, para que su último gesto no caiga en el vacío, que no sea olvidado y su memoria no sea cubierta de fango, que es lo que más desean sus enemigos, que son los enemigos de Europa.


viernes, 17 de mayo de 2013

LA DICTADURA MUNDIAL (I): Abolir el dinero en efectivo



Como todos sabemos una gran parte de las compras y las transacciones económicas tienen lugar sin utilizar dinero en efectivo. Con transferencias bancarias, tarjetas de crédito y medios electrónicos en general, es como tiene lugar la práctica totalidad de los intercambios entre empresas. En las transacciones personales, sin embargo,  seguimos utilizando el efectivo aunque cada vez menos.

Esto no es sólo resultado de los avances tecnológicos y de la mayor conveniencia de las transacciones electrónicas, pues los gobiernos y los bancos fomentan activamente esta tendencia e introducen limitaciones cada vez más severas a las transacciones en efectivo, usualmente con el pretexto de combatir la eocnomía sumergida y luchar contra el fraude fiscal. En Italia actualmente el límite a las transacciones en efectivo es de 1.000 euros, en varios otros países de 2.500 y se habla constantemente de reducirlos.

Límites destinados a endurecerse progresivamente, pues el objeto de esta campaña es abolir el dinero en efectivo y para que la gente no proteste mucho lo hacen poco a poco. Para preparar el terreno acompaña a estas medidas una abundante propaganda en los medios por parte del ejército de los habituales expertos, movilizados para implantar en la opinión pública las directivas decididas mucho más arriba. Estas campañas-vaselina tienen, en un sentido prácticamente literal, la función del conocido lubricante.

El objetivo final de la abolición total del dinero en efectivo –por tanto de toda la economía informal y de todo lo que no pase por el sistena bancario- ya se ve venir. En Suecia, país piloto y laboratorio de la dictadura mundialista que está llegando, como se comentará más adelante, parece que se han decidido a dar el paso final:



El dinero ya es por sí mismo una ficción, algo cuyo valor es solamente abstracto y condicionado, que tiene una cualidad inmaterial, como magistralmente analiza Massino Fini en su obra “Il denaro, sterco del demonio” de la cual traduje amplios fragmentos en EL velo rasgado: economía El paso al dinero virtual es por tanto la última fase de un proceso de desmaterialización que está en la naturaleza misma del dinero; realizado este paso ya ni siquiera tenemos algo en la mano, monedas o billetes, tenemos sólo memorias de ordenador. Es por tanto un sistema frágil en grado extremo, existente únicamente en un mundo virtual y vulnerable a todo tipo de accidente, sabotaje, fallo. Un sistema que no tiene más consistencia y solidez que las nubes, un mundo artificial en el cual ciertamente habrá quien se sepa mover bien, pero un mundo fuera del humano e irreal, y que de una manera u otra probablemente acabará mal, como el mismo Fini advierte. Pensemos en qué sucedería si por hipótesis hubiera un apagón total del sistema.

Sin embargo este aspecto, aunque es importante y por sí solo desaconseja eliminar totalmente el efectivo, no es el más importante. El problema no es el posible mal funcionamiento del sistema o su peligrosidad; el problema son los mismos guardianes del sistema.

En efecto, se puede observar cómo las campañas contra el dinero en efectivo y las restricciones a las transacciones reciben un impulso particular en ciertas situaciones. Por ejemplo cuando en el poder está un banquero que gobierna directamente –como cuando en Italia estaba Monti- en vez de hacerlo por medio de los políticos como es habitual; o cuando el país está en una crisis de deuda y por tanto en un estado de particular debilidad frente a los usureros internacionales. En tales coyunturas se observa una curiosa urgencia y un empeño notable en aprobar este tipo de medidas. Esto nos indica claramente cuál es la naturaleza de estas políticas y su verdadero objeto, que es servir a los intereses corporativos de la casta bancaria.

Los bancos cobran comisiones y gastos por cualquier transacción realizada a través de ellos, mientras no sacan tajada cuanto nosotros usamos monedas o billetes. El beneficio asociado es inmenso y una parte importante de los balances de la banca. Es claro que cuando más dependamos de ellos para todo más van a ganar; no sólo, sino que podrán imponernos condiciones y comisiones abusivas en total impunidad, aprovechando que no podremos prescindir de ellos, de que no quedará ni siquiera un resquicio de economía informal donde ellos no lleguen.

Pero como el lector seguramente ha intuido, tampoco este aspecto es el fundamental. La verdadera cuestión de fondo aquí es otra, no es ni la fragilidad de un sistema puramente virtual, ni que nos obliguen a pagar más comisiones a los bancos. La cuestión es el poder. La existencia de un poder que va revelando cada vez más su verdadero rostro y que, como un gigantesco pulpo, va extendiendo sus tentáculos sobre el planeta. Un poder cuyo objetivo final es la instauración de una dictadura mundial, que aspira a alcanzar un dominio total, capilar, por medio de la tecnología y que no está dispuesto a tolerar nada que escape a su control.

Los motivos normalmente declarados para que aceptemos este sistema – la vaselina de que hablaba antes - como el control de la evasión fiscal, la lucha contra la economía sumergida, el dinero negro de las mafias, la corrupción no son más que pretextos.

Si el problema es saciar el hambre insaciable de dinero del Estado, endeudado hasta las cejas con los usureros y arrasreando una carga impresionante de sanguijuelas, los recursos que se pueden extraer eliminando del fraude y la economía sumergida serán bastante limitados y sobre todo jamás resolverán las causas de fondo. Que son en primer lugar la estafa y el escándalo de la moneda gestionada por bancos privados, por cuyo uso debemos pagar todos un interés, y en segundo lugar las gigantescas burocracias y castas parasitarias, inútiles. Esta es la receta para generar la deuda irredimible, estructural, eterna, que es el instrumento para dominar sobre las naciones. No será desde luego eliminando el efectivo y toda la economía sumergida como se resolverán estos problemas. Al contrario, muy bien pudiera ser el golpe de gracia para muchas actividades económicas o pequeñas empresas que en la penosa situación actual consiguen malvivir de alguna manera haciendo también alguna trampa. En este caso el remedio sería peor que la enfermedad y contribuiría a hundirnos aún más. Porque es evidente que los recursos obtenidos de la economía sumergida no serían utilizados en beneficio de la economía y de la nacion, sino sólo para dar unas gotas más de sangre a la casta chupóptera y para pagar a los usureros, como ha sucedido hasta ahora y seguirá sucediendo con semejante clase política.

Si el problema es luchar contra los malos, contra las mafias, la evasión, el dinero negro y las actividades ilegales, abolir el efectivo le va a quitar el aire para respirar sólo a los peces pequeños y al grueso de la población que no tiene los recursos suficientes para aprovechar las oportunidades que el sistema ofrece. Porque la tecnología vale para todos, no sólo para el Estado sino para los malos, y quien de verdad tiene dinero, las grandes fortunas, los delincunentes a gran escala, encontrarán siempre la manera de moverse. Naturalmente siendo un sistema hipertecnológico, totalmente virtual y opaco, sólo se lo podrán permitir quienes tengan la capacidad técnica y monetaria suficiente, pero sobre todo sólo quienes estén dentro del sistema y gocen de la protección y la copertura adecuada.

Mafias y corrupción por tanto no desaparecerán, el dinero negro y las operaciones poco limpias seguirán existiendo, pero sólo con la aprobación de quienes controlan el sistema bancario internacional, sistema que es de propiedad privada, incluyendo los Bancos Centrales que emiten el dinero, y sobre el cual los gobiernos elegidos no tienen ningun poder.  En breve, sólo serán permitidas las mafias que estén bajo este paraguas. A quien está dentro del juego se le permite todo, quien está fuera no puede salirse del camino ni un milímetro.

Esto naturalmente ya es así en gran medida, pero sin dinero en efectivo el control será total y capilar. Cualquier intento de supervisión por los poderes “democráticos” está destinado a ser una farsa risible y un paripé, porque todo el sistema estará en manos de la casta invisible, ya de por sí una asociación de bandidos que ha conseguido redefinir como legales sus trapicheos y está llegando a lo que, evidentemente, es el resultado final de sus esfuerzos. La vigilancia total, sofocante y capilar. La construcción de un sistema en el que todos estamos en una situación de dependencia, de un poder que no representa más que a sí mismo, que no responde a nadie más que a sí mismo.

Un poder bancario internacional que aspira a dominar completamente la economía y los intercambios, que no permite la existencia de otros poderes ni que haya algo que se le escape, en un delirio paranoico de control total que deja en una vulnerabilidad e indefension absoluta a quien se ponga fuera del sistema.

Se podrá combatir inmediatamente cualquier intento de soberanía por parte de un país con el chantaje, cualquier fuerza política que sea juzgada contraria al sistema e incluso contra cualquier individuo aislado. Si ya esto es así en buena medida, las posibilidades de control y represión en un sistema totalmente virtual, en el cual lo único que tenemos son impulsos electrónicos en memorias de ordenador, son vertiginosas.

Se nos podrá privar de nuestros ahorros en cualquier momento y sin posibilidades de defensa, seremos completamente vulnerables sin que tengamos la posibilidad de defendernos, frente a atracos legales, a “fallos” del sistema o a simple represión administrativa. Con un click del ratón se nos podrá expulsar efectivamente de la sociedad. Fuera del sistema virtual, no podremos ni siquiera comprar una barra de pan o tomar un autobús, quedando obligados a vivir de expedientes o a agachar la cabeza y aceptar una humillante sumisión al Gran Hermano todopoderoso que, ahora sí, es una posibilidad muy real y a la vuelta de la esquina.

No es difícil imaginar cómo un elemento antisocial, subversivo o politicamente incorrecto puede ser expulsado de la sociedad incluso sin haber cometido delitos –aunque los delitos de opinión por otra parte son cada vez más- por vía simplemente administrativa.

Se trata de la tiranía definitiva. Tiranía que debemos combatir por todos los medios.

viernes, 10 de mayo de 2013

SIRIA, LAS ARMAS QUÍMICAS Y EL DIOS DEL FÓSFORO BLANCO

Hace tiempo dediqué una entrada de este blog a la guerra civil que actualmente aflige Siria, consecuencia de la desestabilización terrorista contra el país árabe por parte de un Occidente utilizado por Israel – no hay que ser un lince para entenderlo – para combatir sus guerras, en la entrada Acoso a Siria

Como interesante documento publiqué en el blog de textos la crónica Viaje a Siria aparecida en la revista italiana L'Uomo Libero 

Pero a diferencia de Libia, donde meses de constantes bombardeos dieron la victoria a los rebeldes, quienes – lejos de representar al pueblo libio – pudieron triunfar sólo avanzando sobre la alfombra de bombas extendida por la OTAN, en Siria parece que Rusia ha hincado los pies en el terreno y no les ha permitido repetir la jugada. La evolución posterior del conflicto está viendo el ejército sirio lentamente ganar terreno, aunque la insurgencia recibe constantes refuerzos y apoyo. En gran medida los mismos terroristas islámicos de la Franquicia Al Qaeda® con armas y equipo proporcionado por Occidente, con la ventaja de la frontera amiga de Turquía y el dinero de las dictaduras corruptas del Golfo.

Como sus protegidos están perdiendo la guerra, se necesita un pretexto para intervenir en Siria, y lo están buscando desesperadamente. El pretexto es el de la utilización de armas químicas contra la insurgencia y contra la población. Ya hace pocos meses se afirmó que sería un motivo válido para otra intervención humanitaria por parte de un Occidente cuya repugnante hipocresía es incapaz de llamar a las cosas con su nombre.

En estos días se está volviendo a la carga, en un tantear el terreno y una búsqueda del casus belli que permitiría extender otra alfombra de bombas sobre Siria y dar la victoria a los rebeldes. Confiando en la nula memoria del gran público y su capacidad de tragar con todo, repiten las mentiras de las armas de destrucción masiva por las que supuestamente se invadió Irak.



Este rosario de pseudonoticias, por parte de los órganos de propaganda sionista-occidental, dejan entrever que se deben estar considerando una serie de cosas: si cuela o no una vez más el pretexto, el coste político; quizá estén intentando convencer a Rusia o valorando hasta qué punto está dispuesta a defender a Siria.

Por cierto que hay alguna indicación de que efectivamente se hayan usado armas químicas en Siria, pero no por parte del Ejército sino de los rebeldes apoyados por Occidente.


Si es cierto esto, lo lógico sería que bombardearan a los rebeldes o, si les da apuro atacar a sus mercenarios, que dejen a los rusos hacerlo. Pero mucho me temo que echarán tierra sobre el asunto. Aparentemente el uso de armas químicas es una línea roja sólo para unos y no para otros.

En realidad el principio de bombardear a quien utilice armas químicas contra la población o contra una insurgencia popular no está mal, todo hay que decirlo. Pero entonces los Estados Unidos deberían empezar por bombardearse a sí mismos.

En efecto ellos sí que han utilizado estas armas durante la ocupación de Irak, algo que en un primer momento negaron y luego tuvieron que admitir. Por ejemplo en las dos batallas de Fallujah, ciudad escenario de una rebelióm contra los ocupantes americanos en 2004 a la que siguió una dura batalla; revuelta que fue aplastada arrasando la ciudad con el MK-77 - equivalente actual del napalm – y bombas incendiarias de fósforo blanco, además de la devastante munición de uranio empobrecido, subproducto de la industria nuclear que así encuentra una conveniente salida.

En un medio difícilmente acusable de extremismo y por lo demás totalmente dentro del sistema, como El Mundo, podemos ver una noticia sobre el extraordinario aumento de malformaciones en los niños nacidos tras los bombardeos americanos, resultado de la saturación del aire, el agua y la tierra con los venenos generados por la munición utilizada.


Algunos datos sobre el fósforo blanco en la página de la Federation of American Scientists


Existe también un documental italiano sobre el tema Fallujah, the hidden massacre que se puede descargar aquí


El diluvio de fuego que cayó del cielo sobre Fallujah con el fósforo blanco, el uranio empobrecido y el MK-77 recuerda siniestramente el apocalipsis bíblico de Sodoma y Gomorra. Pero me parece evidente que hoy en día Sodoma y Gomorra están en otra parte.

Por tanto es a los americanos a quienes, por una elemental coherencia, habría que dar en primer lugar una ración de bombardeos humanitarios.

Claro que se puede sostener, y técnicamente es cierto, que el fósforo blanco no es un arma química; en efecto no envenena y se limita sólo a quemar la piel hasta llegar al hueso. Los niños malformados por otra parte, nacen así sólo porque el ambiente está saturado de veneno, no porque se usaran armas químicas y uranio directamente contra sus madres.

Son aclaraciones técnicas que sin duda representan un bálsamo para la conciencia perturbada, nos dejan tranquilos y moralmente satisfechos. Se puede bombardear a los demás porque – según el ejército sionista y los medios amigos - usan armas químicas y se puede tambien, en buena conciencia y muy en línea con una cierta hipocresía puritana, seguir poniendo en los billetes verdes la leyenda In God we trust.

Pero el dios de los billetes verdes debe ser una divinidad muy particular, arcaica, que parece venida de la época del Antiguo Testamento aunque se encarne utilizando la tecnología del siglo XXI. Una divinidad cruel que se complace con el fósforo blanco en vez del incienso y de las velas, cuya palabra revelada son los tipos de interés y cuyos misioneros se sientan en salas de videojuegos, donde aprietan botones para esparcir el castigo divino desde el cielo contra quienes no la adoran.


miércoles, 1 de mayo de 2013

LAS LESBIANAS Y SU HIJO ADOPTIVO, HORMONADO Y CASTRADO






Aunque lo parezca, no es el título de una película porno-horror de bajo presupuesto sino la realidad del Occidente actual. Una sociedad que se demuestra capaz de desfondar cualquier límite de degradación y una realidad en la cual con episodios como éste, destinados a repetirse, la degeneración alcanza y supera el límite del horror.


Dos lesbianas adoptan un niño de dos años e inmediatamente le lavan el cerebro a conciencia para que se sienta una niña. El niño en efecto “espontáneamente” les dice que es una niña y con siete años intenta mutilarse los genitales. Después le empiezan a dar hormonas para que no desarrolle su masculinidad y finalmente, ahora que tiene once años le van a someter a una operación de cambio de sexo extirpándole el pene.

Eso sí, las “madres” dejan claro que nunca lo han presionado pero siempre quisieron que fuera una niña. Y al final como era de esperar han conseguido su propósito. Las dos lesbianas odiadoras del varón van a cortar por lo sano – valga el mal gusto del juego de palabras – y quitarse de en medio ese miembro viril cuya presencia en casa tanto les molestaba. Porque esta y no otra es la cuestión.

En efecto es todo demasiado claro y demasiado triste en este auténtico crimen contra la infancia, perpetrado en la persona de un niño inocente y en odio a la masculinidad. En un crescendo de violencia y avasallamiento se le ha robado al niño su identidad sexual; primero a nivel psicológico con el lavado de cerebro, luego a nivel hormonal, y finalmente a nivel físico con la castración.

Pero no debemos fijarnos sólo en el hecho aberrante, que representa sólo la consecuencia lógica de un camino comenzado mucho antes. En efecto no está de más pasar revista a los cómplices, responsables indirectos de violencia.

Y precisamente estos cómplices del crimen son quienes han permitido adoptar niños a parejas de desviados sexuales. Los que legitimaron tales parejas como “matrimonio”  y también quienes en primer lugar envenenaron la mente de las personas para que no distinguieran entre normalidad y desviación, entre salud y patología. Sin olvidar la legión de mentecatos que cacarean la palabra homofobia cuando alguien se resiste al lavado de cerebro y simplemente distingue entre comportamiento desviado y no desviado.

Y es que no se puede legitimar la desviación y darle derechos al mismo nivel que la normalidad. Porque la anormalidad antes o después revela su carácter, prevarica e intenta imponerse a toda la sociedad. La homosexualidad es una desviación que ha estado siempre presente en el comportamiento humano, y como tal puede ser tolerada pero nunca legitimada. Porque – hablemos claro – cuando se les deja el campo libre se comportan como una serpiente venenosa, que puede ser tolerada cuando está bien sujeta o encerrada, pero en cuando escapa o siente que se afloja la mano que la retiene se revuelve y muerde revelando su verdadero carácter.

Empiezan pidiendo que no se les persiga y terminan persiguiendo a los demás, imponiendo la policía del pensamiento y la tiranía de la corrección política; comienzan haciéndose las víctimas para terminar destruyendo las estructuras del matrimonio y la familia normal – la única que merece tal nombre -  de la que están excluidos; empiezan baboseando contra la discriminación que sufren y terminan llenando de hormonas y castrando a un niño de once años, para destruir en su persona la masculinidad que tanto odian.

Esto tiene un nombre. Se llama anormalidad y perversión al poder.

Naturalmente, lo anterior no significa que haya que colgarlos de las grúas como hacen en Irán  -lejos de mí defender tales posiciones - pero sí que lo mejor es que se queden dentro de su famoso armario; porque cada vez que tienen libertad de acción demuestran infaliblemente saberla utilizar sólo como libertad de degradar y de corromper.

Concluyendo ya, me resulta difícil encontrar palabras para calificar el nivel de podredumbre y perversión de una sociedad que impide a los padres educar a sus hijos, que considera “violencia” un simple bofetón para corregir a un niño, y sin embargo no sólo permite, sino que avala y fomenta, formas de violencia contra la infancia tan repugnantes como la comentada en este artículo.