viernes, 30 de diciembre de 2011

EPPUR SI MUOVE: La Europa de los inquisidores


Esta entrada es la última del 2011 en este blog que ya ha entrado en su cuarto año. Con altibajos y períodos de abandono, ha cogido realmente ritmo sólo desde hace año y pico. También ha cambiado algo de carácter. La orientación de base ha sido siempre el comentario de actualidad, fenómenos y tendencias sociales, con una atención especial al feminismo, a las cuestiones de género, al mariconeo militante y en general la campaña de fomento de la degradación social, temas en los que se ha concentrado la acción del gobierno Zapatero, fanático y sectario como pocos.

Manteniendo estos temas, sin embargo poco a poco se ha ido ampliando el horizonte de los temas tratados, prestando atención a cuestiones más políticas, con artículos de carácter general y también sobre educación. He intentado también añadir otra dimensión a la lucha ideal a la que deseo contribuir, con el blog de textos traducidos “El Velo Rasgado”. Aunque no tenga muchas visitas, poco a poco va creciendo y en mis intenciones debe constituir una antología de fragmentos a disposición del lector en cualquier momento, de interés permanente pues no están ligados a la actualidad.

Esta va a ser la línea para el desarrollo sucesivo, si acaso potenciando los artículos de carácter general, ocupándome más a menudo de libros y películas, y trabajando especialmente la lista de los azotes.

Voy a volver sobre el tema de la policía del pensamiento y la persecución de las ideas disidentes. Partamos del título de la entrada:

Eppur si muove…”Y sin embargo se mueve”

Fueron las palabras que según una leyenda, casi seguramente falsa, pronunció Galileo Galilei tras abjurar de la teoría heliocéntrica según la cual la Tierra se nueve alrededor del Sol en el famoso proceso que la Inquisición instruyó contra él en 1633. La frase ha quedado como símbolo de la resistencia del pensamiento libre contra las convenciones por autoridad y las imposiciones del dogma.

En aquella ocasión era la Iglesia Católica la responsable de estas persecuciones, pero por lo menos no se llenaba la boca hablando hipócritamente de libertad y tolerancia, como hacen hoy, después de cuatro siglos, los modernos defensores y esbirros de la policía del pensamiento. El tema ya fue tratado en la esta entrada, publicada a finales del año pasado:


Esta entrada no ha perdido nada de su actualidad. Muy al contrario las inquisiciones se extienden en medio de la indiferencia general. Poco a poco están construyendo una Europa en la que no se puede pensar ni hablar libremente, por obra de ese monstruo burocrático dominado por las lobbies que es la Unión Europea, y por obra de las clases dirigentes de cada país, que colaboran con entusiasmo en esta innoble labor.

En una entrada reciente hablé de las élites traidoras que trabajan contra su propia gente, refiriéndome al racismo antiblanco de los poderes públicos europeos. Es el caso de llamarlas traidoras otra vez en relación a este tema, pues también traicionan los valores que deberían defender.

En efecto -seamos sinceros- la libertad de pensamiento, de discusión e investigación, especialmente de ideas disidentes, le importa un comino a la mayor parte de la gente, que sólo piensa en sus asuntos cotidianos y en lo que tiene más cerca. Quizás esto sea justo e inevitable, pero ahí tiene que estar una clase dirigente que tenga una visión general y defienda unos principios superiores de libertad sobre los que se basa la cultura, la ciencia y el conocimiento. En el interés de la nación y de la comunidad. También para esto están y también en esto traicionan.

Em aquella ocasión terminaba la entrada hablando de la inquisición reina en Europa, la que pone fuera de la ley el debate sobre la existencia del genocidio de los judíos en la Segunda Guerra Mundial, para quien discuta su entidad o algún aspecto de él como la existencia de las cámaras de gas. Con penas de cárcel para quien ponga en duda aunque sólo sea una parte de la historia oficial. Con libros prohibidos y persecución judicial contra quien los escribe y contra quien los vende.

Esto evidentemente significa impedir la simple discusión de las ideas e imponer por ley la verdad histórica, lo que es totalmente contrario a todos los principios de libertad de expresión, profesados de boquilla por las democracias, y también a la libertad de investigación y de discusión que son esenciales en la búsqueda de la verdad. Esto sin entrar mínimamente en el mérito y mucho menos aprobar las persecuciones contra los judíos o las políticas del nazismo. Pero de todo ello hablé en la entrada citada y no voy a repetirme.

Sólo voy a añadir algún comentario más sobre la forma de aplicación y los procedimientos seguidos en este campo, que son particularmente repugnantes y reveladores de una justicia ideológica y politizada.

Por ejemplo sucede que no es relevante que lo que el acusado ha dicho sea verdad o no. Aunque lo demuestre esto no interesa al tribunal, que incluso puede procesar a su abogado por defenderle, si escoge esta línea defensiva o simplemente entra en el  mérito de las ideas del procesado.

Por ejemplo sucede que el autor de un informe puramente técnico que, en línea de principio, pueda poner en duda alguna parte de la verdad oficial, puede ser procesado por ello y para los jueces lo importante no será lo que ha escrito sino la intención con que lo ha hecho.

Pero a diferencia de lo que sucedía en la Edad Media, donde se tenían las Escrituras y los textos canónicos que establecían con suficiente claridad el dogma y los límites de los cuales no se podía salir, hoy ni siquiera existe una verdad oficial clara, un “libro sagrado” donde esté precisada exactamente la ortodoxia que no se puede criticar pena la cárcel. Quizá no se quiere precisar cuál es exactamente la verdad oficial porque en este caso resultaría ya demasiado evidente su carácter de dogma y de ser una historia escrita no por el estudio sino por intereses políticos.

Estas leyes liberticidas se han aprobado en muchos países europeos. Hay directivas europeas que instan a los países a adoptar leyes para censurar las ideas que el sistema considera criminales, y específicamente en el caso del revisionismo histórico existen estas leyes de distinta severidad en Alemania, en Francia, Suiza, Bélgica, República Checa, Polonia, Austria, Lituania, España. Donde no hay leyes explícitas se prepara el terreno con normas restrictivas y la tendencia es adoptar leyes similares en todos los países de la Unión Europea.

Existen leyes parecidas en algunos países ex-comunistas las cuales criminalizan la negación de los crímenes de los regímenes comunistas. Es otro caso igualmente nefasto en el cual la política pretende doblegar la ciencia histórica y utilizarla para sus fines, sustituyendo la ciencia con el adoctrinamiento.

Pero el afán de imponer la historia con los tribunales no se para aquí. Hasta ahora en Europa Occidental estas leyes mordaza se han ocupado específicamente de la historia de la Segunda Guerra Mundial y la persecución de los judíos, pero está en trámites de aprobación una ley en Francia para convertir en delito la negación del genocidio de los armenios durante la Primera Guerra Mundial a manos del Imperio Otomano


Quizá el elctor no esté muy al corriente de este tema. Durante la Primera Guerra Mundial el ejército otomano persiguió a los armenios que vivían dentro de sus fronteras, considerados no fiables políticamente. Llevaron a cabo un genocidio, en el cual parece que fueron muertos entre un millón y millón y medio de armenios. Nunca se ha hablado mucho de ello, en buena parte a causa de los grupos sionistas que siempre han visto con malos ojos que se hablase de otros genocidios y otras persecuciones, en su afán de presentar la shoah como un evento único en la historia humana, cuando la verdad es que persecuciones, masacres y genocidios terribles se han producido en todas las épocas.

He aquí por tanto una nueva ley mordaza, dirigida esta vez contra los turcos y seguramente con motivaciones políticas detrás, además de la presión sectaria de los grupos armenios que han conseguido aprobar esta ley. Una nueva verdad histórica impuesta por ley que muestra el camino totalitario y liberticida que Europa está tomando.

Había algunos miles de personas que protestaban en la calle contra esta ley. No eran ciudadanos franceses preocupados por la libertad de expresión. Eran turcos o naturalizados franceses de origen turca que protestaban -naturalmente- no en defensa de la libertad de opinión sino por su propio interés sectario. Estoy más que seguro que las mismas personas aprueban con entusiasmo las leyes que en Turquía prohíben afirmar que hubo un genocidio armenio y se manifestarían con la misma rabia contra cualquier intento de cambiarlas.

Es aquí donde hemos llegado. Leyes censorias que prohíben pensar y discutir son aprobadas en Europa bajo la presión de grupos sectarios y los únicos que protestan contra ellas son otros grupos igualmente sectarios. Exclusivamente porque van contra el interés de su clan.

Qué tristeza.

¿Y quién es esta gente, o más bien gentuza? ¿Quiénes son ellos para pisotear principios de libertad de pensamiento y de libre examen de las ideas, tan fundamentales para la ciencia y la búsqueda del conocimiento, un ingrediente básico del patrimonio ideal que ha hecho grande a Europa en el mundo y que nos pertenece?

Demasiado bien sabemos que estos principios han sido vulnerados muchas veces en nuestros países, que quien busca la verdad se enfrenta al poder, que éste intentará siempre doblegar la verdad y la ciencia a sus intereses y que es utópico pensar que esta lucha va a terminar algún día. Pero por lo menos se había conquistado el principio de objetividad, el reconocimiento de que la verdad debe ser perseguida con la libre discusión de las ideas, que el método de investigación es el libre examen y que es inaceptable la imposición de verdades a priori.

Aunque en la práctica las cosas fueran a menudo de otra manera, en línea teórica estos principios eran reconocidos y siempre se podía apelar a ellos, hasta el punto de que la mala conciencia del inquisidor que los traicionaba debía recurrir a pretextos y mixtificaciones, para no admitir abiertamente lo que hacía. Hoy en cambio empezamos a tener leyes y tribunales que escriben la historia, ideas y temas de discusión prohibidos por imperativo legal y nadie dice nada. Es decir se admite, ya de entrada y por principio, que el debate en el terreno de las ideas debe estar supeditado a intereses tribales, que lo único que cuenta cuando se promulgan las leyes no es la búsqueda de la verdad sino a quién se ha de cerrar la boca. Como si fuera la cosa más natural del mundo.

Puede que sea la cosa más natural del mundo para ciertas gentes, que confunden por principio la teología, los intereses de clan y la verdad histórica, sectas cuyo horizonte se agota en una cierta mentalidad, para la cual ciencia y búsqueda del conocimiento no significan nada en sí, valen sólo en función de intereses comerciales y particulares. Pero no es así, ni puede serlo jamás, para nosotros ni para quienes antes de nosotros tanto han contribuido a nuestra cultura, para quienes eran fundamentales valores superiores y creían en ellos.

En una palabra, el núcleo de la cuestión, lo que hay detrás de esta doble manera de considerar la verdad, es el reconocimiento o no del valor ético de la verdad y por consiguiente de la mentira como una falta capital.

Naturalmente en la práctica todo esto puede ser más o menos respetado y practicado, pero existe una línea neta entre quien reconoce la verdad como un valor, y por tanto cuando la vulnera debe hacerlo con mala conciencia y engañándose a sí mismo, y quien al contrario ya de entrada no le reconoce ningún valor autónomo. Gente que por tanto, con la mayor despreocupación, como la cosa más natural del mundo, no sólo la vulnera sino que abiertamente defiende que así deba ser y sin el mínimo pudor codifica esta visión en leyes y organización social. Ellos son los mejores propagandistas y manipuladores, por supuesto, porque lo hacen con la conciencia tranquila y para ellos no es una falta. Traficar con la verdad es para esta gente como traficar con el dinero o con mercancías.

Y aquí hay que trazar una línea neta, clara, obligada entre nosotros y ellos. Exigir responsabilidades a nuestras clases dirigentes por este comportamiento y esta legislación.

¿Qué derecho tienen la canalla política que nos gobierna a tirar por la ventana nuestra ética de respeto a la verdad por sí misma? ¿Qué derecho tienen estas tribus, que no entienden más que su interés particular, a negarnos la posibilidad de la libre discusión, a quitarnos nuestra concepción, europea, de la historia y de la ciencia como búsqueda de la verdad, como constante revisión y puesta en duda, a hacer tabula rasa de nuestra tradición filosófica de aspiración a la sabiduría y al conocimiento, poniéndolo todo al servicio de sus vulgares y limitados horizontes mentales tribales?

¡Que las tribus se vayan a su desierto y a sus montañas!

Ya he alargado demasiado esta entrada, pero no puedo concluirla sin hablar de nuestro país y específicamente del librero Pedro Varela, que lleva en prisión más de un año. Cuando la entrada antes citada fue escrita, acababa de ser encarcelado y no lo mencioné directamente. Pongo también el enlace al blog que lo apoya y sigue su caso, donde el lector podrá informarse de todos los detalles si lo desea


Este señor lleva desde finales del año pasado en prisión por haber vendido libros que la policía del pensamiento considera prohibidos. Sin que exista siquiera una lista oficial de libros prohibidos, pero esto es lo de menos. Se le trata con mayor rigor que a muchos criminales auténticos, los cuales obtienen, transcurrida una cierta porción de la condena, permisos y beneficios pasado un cierto tiempo que se le han negado a Varela.

Todo ello por vender libros, básicamente estudios revisionistas y libros “nazis” o considerados tales, que es por lo que se le persigue. Libros con los cuales uno puede o no estar de acuerdo pero que en todo caso son una herramienta para pensar o simplemente para un estudio histórico.

Probablemente no comparto la mayor parte de las ideas de Pedro Varela. No las conozco con detalle. Pero no es ésta la cuestión. Más allá de convergencias o divergencias políticas se trata de un hombre que está en prisión por un delito que no es ni siquiera de opinión, sino que consiste en vender libros que alguien no quiere que leamos, por desafiar a la policía del pensamiento y decir “no” a su pretensión de decidir qué libros podemos leer y cuáles no.

El señor Pedro Varela se ha metido con una secta poderosa, que bajo la bandera de la libertad ha impulsado leyes liberticidas en toda Europa, que vemos humillada, insultada y pisoteada por las botas –o alpargatas- de la secta. Es la de Pedro una elección para toda la vida, pues bien sabemos que para los que escogen ese camino valen reglas y procedimientos diferentes, vale la tolerancia cero.

Sabemos también que esta secta actúa con una perversidad particular contra los herejes. Aunque éstos cedan, renuncien a sí mismos, se arrepientan y rindan tributo al dios de sus inquisidores, las cuentas no se saldan jamás completamente, no existe un perdón definitivo, los exámenes y los actos de sumisión no terminan nunca, y las deudas son inextinguibles.

Concluyendo ya, quiero dedicar esta última entrada del año 2011 en primer lugar a Pedro Varela que pasará entre rejas esta última noche del año, con mis mejores deseos para que salga pronto en libertad.

También dedico esta entrada a los perseguidos por las leyes inquisitorias europeas, a los encarcelados por jueces que pretenden escribir la historia metiendo en la cárcel a los que no pasan por el aro.

A todos los que han sido procesados por decir que 2+2=4 o por decir cosas ya más discutibles y opinables, pero inaceptables para la verdad oficial.

A quienes han visto refutadas sus conclusiones y estudios no con razones técnicas o históricas sino con penas de prisión, argumentos ciertamente contundentes pero que científicamente dejan un poco que desear.

A quienes han tenido que escapar de las libertades democráticas y buscar asilo político en otros países y a quienes han perdido su trabajo por desafiar a la censura.

También a los que serán perseguidos en Francia por negar el genocidio armenio y a los que han sido perseguidos en Turquía por afirmar el genocidio armenio.

Por mucho que los jueces y las leyes pretendan dictarnos cuál es la verdad histórica, la única actitud posible para un hombre libre frente a esa impúdica, inmoral arrogancia se resume en una sencilla frase.

Eppur si muove!

Feliz Año Nuevo a todos de parte del Oso.

lunes, 26 de diciembre de 2011

EL RÉGIMEN FEMINISTA DESPUÉS DE ZAPATERO


Estamos casi a fin de año y como penúltima entrada -la última la voy a reservar para otro tema- voy a volver sobre el tema de las leyes feministas ahora que finalmente los socialistas se han marchado del gobierno. He dedicado menos atención en los últimos meses al tema -este blog ya no es lo que era- aunque sigue y seguirá siendo central, pues es una piedra angular de la sociedad moderna y el feminismo es prácticamente la ideología oficial de Occidente, en todas sus variantes.

En parte no tiene mucho sentido repetir cosas que ya he escrito varias veces, y en parte la campaña de propaganda antimasculina ha perdido virulencia en el último año, desde que el infame Ministerio de Igualdad (es decir del odio antimasculino) fue reducido a ser una subsecretaría dependiente de otro ministerio. Ya escribí sobre esto entonces en la entrada


Esta caída de intensidad se ve también en la celebración del día internacional contra la violencia hacia la mujer o Día del Odio Antimasculino. Este año hemos visto apenas unos artículos en los periódicos, poco más que las habituales dosis de la propaganda feminista que se nos propina a intervalos regulares. Pero el año pasado tuvimos un auténtico carnaval y una riada de propaganda para el Día del Odio, que documenté en una extensa entrada a ello dedicada


No es que durante este último año les quedara mucho por hacer o por reivindicar a las feministas. El infame Zapatero, que tanto daño ha hecho a España y a los varones en particular, en su política social ha sido un juguete de las feministas, les ha dado todo lo que querían y les ha permitido satisfacer su aversión contra los hombres sin ninguna traba. Por el momento porque este odio es inextinguible y nunca estarán satisfechas.

Por otra parte hasta el animal más bruto a fuerza de darle palos antes o después reacciona, aunque sea mínimamente, y quizás mucha gente empezaba a hartarse de tanto fanatismo y tanta imbecilidad, de tanta cretina ocupando ministerios y cargos públicos, de tanta mujer fracasada y arrogante dando lecciones a los demás sobre cómo hay que llevar una familia, cómo hay que ser padre y quién tiene que fregar los platos en casa.

Habrán pensado en el PSOE que no era mala idea levantar un poco el pie del acelerador feminista en este año de elecciones. Son especulaciones, pero unas recientes palabras de Alfonso Guerra después de la derrota electoral quizás indican un cierto malestar en el mismo PSOE:


Un poco tarde considerando que se han dedicado a castigar sistemáticamente a los hombres durante sus dos legislaturas en una campaña incansable, han permitido a las feministas ocupar las instituciones y pervertir la Justicia, han aprobado leyes injustas como la Ley de Igualdad y la Ley de Violencia de Género, han creado tribunales especiales para condenar a los hombres y han creado un enorme cúmulo de intereses que viven de la destrucción de las familias, de las denuncias falsas de mujeres y de la persecución contra los hombres. Por lo cual este tinglado será muy difícil de desmontar, aun cuando hubiese una voluntad política de hacerlo, que no la hay.

Basta prestar un poco de atención para advertir que la propaganda antimasculina, sobre la violencia de género o de varias maneras de carácter feminista es siempre omnipresente, con los habituales y hediondos blogs feministas en los principales periódicos y como un ambiente general; se mantiene siempre un nivel mínimo de presión sobre la población, para que no se olvide del tema y para seguir cociendo la pasta humana a fuego lento. Aun en ausencia de verdaderas noticias, cada semana se las arreglan para presentar algo, ya sea el enésimo estudio “científico” más manipulado que las apuestas del boxeo, algún reportaje, o incluso un certamen culinario de “chefs contra el maltrato” que he visto recientemente en un periódico.

En efecto la tiranía feminista no ha llegado a España porque ZP haya gobernado: la tiranía feminista es parte esencial de las sociedades occidentales, más intensa y sofocante cuanto más se habla de sociedades avanzadas. Las políticas de persecución al hombre y de privilegios para la mujer se impulsan desde la ONU y la Comunidad Europea y existen lobbies feministas bien financiadas que trabajan exclusivamente en esta dirección.

La instauración de un régimen feminista en la cual los varones somos ciudadanos de segunda es una tendencia constante en Europa y no sólo. Es una cuestión que va más allá de la política y podemos ver cómo todas las fuerzas políticas que cuentan están de acuerdo con los atropellos y las discriminaciones contra el hombre. La Ley de Violencia de Género fue votada por todos los partidos a pesar de su evidente injusticia y de que tiraba a la basura principios básicos como la igualdad ante la ley y la presunción de inocencia. Con la conciencia perfectamente tranquila: siempre habrá sofistas que sepan argumentar y presenten estos atropellos como justos y buenos, para los gilipollas domesticados que quieran creerles.

La unanimidad con la cual la política apoya cualquier pretensión feminista, como la inversión de la carga probatoria (un hombre acusado de miolestias debe demostrar que es inocente) o la discriminación positiva (escoger a una mujer que es menos competente que un hombre sólo por que es mujer) nos da la medida de la tiranía en que vivimos. En efecto una tal unanimidad, una tal ausencia de debate público denota varias cosas.

La cobardía de los políticos y su terror de ser acusados de machismo.

El dominio total que tiene la ideología feminista en los medios de comunicación.

La imposición de una doctrina oficial, una ortodoxia que nadie se atreve a discutir.

El estado de lavado de cerebro permanente en que se ha reducido a los hombres. Y finalmente, last but not least

El oportunismo y el nulo sentido de la justicia que muestran la mayor parte de las mujeres de hoy, sean activamente feministas o no.

Que nadie espere un cambio en este sentido porque el PP haya ganado las elecciones. La lobby feminista de mujeres y de hombres castrados mentales es transversal y cuando se trata de barrer para casa, ellas se ponen de acuerdo y son un bloque compacto. Ellos siguen obedientes.

Ni una sola de las injusticias antimasculinas que el PSOE ha implantado será abolida por el mediocre Rajoy. Espero equivocarme pero no lo creo. No derogará por ejemplo la Ley de Violencia de Género, o mejor dicho la Ley de Culpabilidad Masculina que es su verdadero nombre. Ni siquiera será rectificada para corregir los peores abusos. Muy al contrario el PP hablaba hace un mes de reformarla e incluir a los menores porque es insuficiente:


Las asociaciones feministas exigen con su incomparable, insoportable arrogancia que no se dé ni un paso atrás, pero creo que pueden estar tranquilas e incluso ser optimistas, si la infame ley se extiende a los menores y se cunple la siniestra amenaza del PP: ahora el hombre ya será considerado presunto culpable desde la pubertad y se le enseñará que es un ciudadano de segunda, que está en manos de la primera putilla quinceañera a la que se le crucen los cables.

De hecho Rajoy parece considerar más importante incluso el tema del tabaco que la persecución y los atropellos judiciales contra los hombres. Esto lo dice todo.

Esto es lo que debemos esperar de la política: nada. Como en muchos otros temas lo que hoy llamamos política (¡Qué degeneración de la palabra y de la idea!) se limita a aplicar directivas que vienen de más arriba y a seguir la corriente general, antimasculina y contraria a cualquier valor viril.

Por ello un hombre que se mantenga de pie debe en primer lugar vencer una batalla dentro de sí mismo, prima de poder cambiar algo fuera de sí, y debe negar totalmente legitimidad, respeto y adhesión a instituciones, leyes, organizaciones y políticos que en primer lugar no lo respeten como hombre.

Empezando por las cosas pequeñas, como boicotear y hacer campaña contra cualquier marca comercial que utilice publicidad denigrante o indigna para el varón.

Para concluir esta entrada voy a poner dos noticias que simbolizan el paso del testimonio en políticas feministas.



La última gilipollez demencial que el Ministerio de “Cultura” de la era Zapatero ha parido, apurando los tiempos hasta el último día, se da la mano con una de las primeras declaraciones de intenciones de la era Rajoy.

¿Cumplirá Rajoy sus amenazas? Temo que sí y también hará cosas peores. Piensa mal y acertarás.

Saludos del Oso.

viernes, 16 de diciembre de 2011

GOBERNADOS POR TRAIDORES


Es siempre algo arriesgado sacar conclusiones de pocos episodios aislados, pero a menudo estos hechos puntuales son un símbolo y un termómetro de lo que está pasando en nuestra sociedad. Y cuando se repiten una y otra vez es difícil no ver lo que significan. Para esto, naturalmente, hay que ser capaces de recordar, y no es casualidad que el sistema en que vivimos haga todo lo posible para impedirlo, anulando la capacidad de memoria en las personas, con una avalancha de estímulos e informaciones insignificantes para que vivamos, mentalmente, al día y nos olvidemos de las cosas.

Los episodios de que hablo, para que se entienda el tema de la entrada, tienen que ver sobre sucesos violentos, o al menos conflictivos, que de alguna manera tienen que ver con el tema de la raza. El tratamiento que los medios, la justicia y los poderes públicos reservan a estos hechos es tal que se puede hablar de un verdadero racismo antiblanco, de un doble rasero evidentísimo e infame en el cual la raza sí que importa, pues el comportamiento de los medios y las autoridades es totalmente distinto, según los agresores y las víctimas sean blancos o no. Hasta tal punto que se define una pauta bien clara, una política deliberada que las clases dirigentes de Europa llevan a cabo contra su propia gente. Podemos expresarlo diciendo que, según la verdad oficial de quienes nos gobiernan las razas no existen, pero por otra parte saben muy bien quién es blanco y quién no lo es, cuando se trata de  perjudicar a los unos y favorecer a los otros.

Es importante también no caer en trampas semánticas utilizando el lenguaje del enemigo. A veces se escucha la risible expresión racismo inverso o racismo al contrario para designar el racismo contra los blancos. Evidentemente quien así habla implícitamente da por sentado que el racismo verdadero, con denominación de origen, es el de los blancos contra los otros y el racismo a la inversa es un fenómeno marginal o de alguna manera reacción al racismo de los blancos.

No. La expresión racismo a la inversa forma ya parte del lenguaje, la propaganda, la mentalidad del racismo antiblanco, asume sus puntos de vista, utilizarla significa un cedimiento y una adopción parcial del punto de vista adversario.

Esta es una noticia reciente. Contiene también el enlace al vídeo


Se trata de una señora con su hijo que, por los motivos que pueda tener -quizá simplemente tenía un mal día o quizás estaba harta de muchas cosas- se pone a despotricar contra los inmigrantes, los negros y los asiáticos, en un vagón lleno de ellos. La policía ha tardado poco en arrestar a esta peligrosa delincuente -que al fin y al cabo no ha agredido físicamente a nadie- utilizando el vídeo grabado por el móvil de un ciudadano que –imagino- estará orgulloso de haber cumplido quién sabe qué deber cívico. El vídeo y la noticia han sido recogidos por todos los medios, y no he tenido la menor dificultad en encontrarlos en múltiples lugares.

Veamos esta otra también reciente. No la encontraremos en los grandes medios, sólo en el daily mail y en lugares "malditos" de Internet como Stormfront. La noticia está en inglés y también tiene un enlace al vídeo. Recoge una agresión de una pandilla de chicas somalíes contra otra chica, blanca. Aquí por lo visto nadie se ha rasgado las vestiduras hablando de agresión racista a pesar de expresiones cariñosas como “matad a la escoria blanca”


En este caso el juez ha puesto en libertad a las agresoras, que no pasarán ni un día entre rejas pues les ha suspendido una pena ya de por sí leve. El motivo de tanta indulgencia es que estaban borrachas y siendo musulmanas no estaban acostumbradas a beber.

Esto es lo que se puede esperar de la justicia políticamente correcta.

Apenas vale la pena comentar que, en España o en cualquier país, si me pongo ciego de alcohol y luego le parto la cara a alguien, difícilmente los jueces serán tan indulgentes conmigo aunque alegue que no estoy acostumbrado a beber. Y ya no digamos si además estoy con un grupo de amigotes y le pegamos a la primera morena que pase por la calle gritándole “matad a la escoria negra” y otras lindezas por el estilo.

Dejo a la imaginación del lector la que se iba a armar. Cárcel garantizada por bastante tiempo, además de una avalancha de artículos sobre el racismo y lo malos que son los blancos, manifestaciones, muestras de solidaridad y tolerancia militante en televisión durante una semana por lo menos.

Además del peso de la ley, que para unos cae ligero como una pluma y para otros pesado como el plomo, totalmente diferente es la importancia que se ha dado en los medios a las dos noticias. No entro a valorar el comportamiento de la señora del metro, pero como mínimo, diré que no merecía tanta severidad y mucho menos ser arrestada por esto. De hecho este tipo de cosas ni siquiera debería ser delito. Dejando de lado las formas, la señora ha simplemente expresado su opinión de que en su país hay demasiados inmigrantes y gente étnicamente no europea. Ya de por sí es aberrante que la expresión de estas ideas sea delito, estemos o no de acuerdo con ello. El que una persona pueda ser arrestada simplemente por esto da una medida de la dictadura políticamente correcta que vivimos.

Concedamos sin embargo por ahora que el comportamiento de esta mujer, su desahogo, en el contenido o en las formas, está feo. Aun admitiendo esto, me parece totalmente evidente que la agresión de la banda de somalíes es algo que está un poco más que feo, pero la tiranía de la corrección política y del racismo antiblanco no lo considera así.

Otra perla procedente del Reino Unido que recoge un blog español: un chico blanco subnormal que, tras un roce con otro chico pakistaní en el instituto de educación especial donde iba es denunciado con la acusación de racismo por la familia del otro.


Hay que precisar que la edad mental del chico es de cinco años, por lo cual ni siquiera comprendía de qué se trataba. Aunque comprendía de alguna manera que podia ir a la cárcel y ser separado de sus padres, lo que le produjo el efecto que es de esperar en un niño de cinco años.

Podríamos también comentar los recientes crímenes en Bélgica e Italia, que han producido una respuesta totalmente diferente en las instituciones. En el primer caso un árabe desequilibrado que mata a cinco personas, un acto que es tratado como delincuencia común; por ninguna parte oímos hablar de crimen racista, solo nos "tranquilizan" –por así decir- asegurando que no es terrorismo. En el otro un desequilibrado italiano que mata a dos vendedores ambulantes senegaleses y se suicida, crimen que inmediatamente ha desdencadenado reacciones políticas, manifestaciones y la campaña mediática sobre el racismo que nos podemos imaginar, además de una redada policial el día siguiente.

Se puede decir que todos estos son casos distintos y efectivamente lo son. En rigor todos los casos son distintos. Pero esto no significa que no exista un diseño global del cual estos episodios son indicios reveladores, trazos que nos ayudan a verlo.

Aunque estos hechos se refieran a países diferentes estoy consideándolos como parte de un cuadro único, porque el régimen de la corrección política que impera en toda Europa es el mismo y presenta idénticos rasgos. Las diferencias que indudablemente existen entre países son accidentales respecto al diseño global, el proyecto infame que es perseguido por élites traidoras y envenenadas por el marxismo cultural. Lo que diferencia unos países de otros es el grado de implantación de esta pesadilla totalitaria.

Si insistimos en que no se pueden comparar estos sucesos, se puede siempre hacer el simple ejercicio mental de invertir las partes. Hagámoslo imaginando que sucede en España.

Por ejemplo imaginemos una mujer negra que se pone a despotricar contra los blancos en el autobús. ¿Mostrarían la policía y los medios el mismo celo y la misma indignación? ¿Lo veríamos en los periódicos o se quedaría en un vídeo más del youtube? Y si fuera arrestada o perseguida podemos estar seguros de que no faltarían los artículos exculpatorios en los medios, mobilizaciones de guarros y antirracistas babosos justificando el desahogo de la pobrecita, exasperada por el racismo de los españoles. 

¿Se mostraría un juez español indulgente con una pandilla de niñatos blancos borrachos que golpease a una inmigrante? ¿Habría que buscar con lupa el vídeo en Internet o más bien nos lo meterían hasta en la sopa?

¿La justicia aceptaría a trámite y prolongaría durante meses el caso de un chico deficiente mental –negro o árabe o mestizo- acusado de racismo por la familia de otro chico deficiente mental –blanco- a causa de un roce entre ellos?

Preguntas retóricas naturalmente.

En España, en Reino Unido, en Francia o en Italia, todos estos casos y muchos otros siguen una pauta bien clara, tanto que requiere un deliberado esfuerzo para no verla. Una política dirigida desde arriba, de persecución y lavado de cerebro contra las poblaciones blancas. Podría continuar hablando del trato de favor para extranjeros y en base a la raza, en nuestro país y en otros, pero he querido limitarme al comentario de estos sucesos. Cada cual podrá integrar lo que he comentado con sus propias observaciones y recordar otros episodios. No por casualidad el racismo antiblanco es uno de los azotes sobre el cual tengo pendiente escribir un artículo general.

Nos han lavado tanto el cerebro con el tema del racismo, que somos ya incapaces de ver dónde está el verdadero racismo: en nuestros gobernantes y clases dirigentes. Y hablo de racismo en el sentido de trato vejatorio hacia una raza, en este caso la blanca, y trato de favor hacia cualquier otra. Éste es comportamiento y la política de nuestras élites.

Ya no se trata simplemente de propaganda y de una genérica, idiota e indiscriminada fascinación por todo lo que sea exótico y no europeo, alimentada  y fomentada por los medios. El racismo antiblanco en la propia Europa es ya política de Estado, práctica judicial, manipulación constante y desinformación, campañas desde arriba para que los blancos se sientan culpables por ser tales.

Los que gestionan este juego, nuestras élites, los intelectuales, los políticos, son los mismos que manipulan la opinión y la sociedad. Gente que teóricamente tiene la misión de guiar a su pueblo, trabajar por su interés y su futuro. Para eso se les paga, para eso la comunidad les mantiene y les permite vivir sin realizar un trabajo productivo. Esta es la teoría; en la práctica sabemos todos cómo están las cosas. Pero hemos llegado al punto de que no sólo no lo hacen, limitándose a robar y cuidar exclusivamente sus intereses de casta, sino que trabajan activamente contra su propio pueblo, por lo cual podemos hablar de traición, en el sentido más completo del término y por partida doble.

No importa si lo que hay detrás es un poder en la sombra que emana estas directivas o simplemente la mentalidad patológica del etnomasoquismo que, como una enfermedad degenerativa, ha surgido de la civilización occidental para destruirla poco a poco. Probablemente se trata de ambas cosas. Pero tanto en un caso como en otro caso el duro juicio que nuestras élites –por llamarlas de algún modo- se merecen es el mismo.

Traidores. Estamos gobernados por traidores que trabajan contra su propia gente.

domingo, 4 de diciembre de 2011

EDUCACIÓN, IGUALDAD Y DEFICIENTES MENTALES


El síndrome de Down, conocido popularmente como mongolismo, es un trastorno genético que conlleva una serie de problemas de salud y fisiológicos, pero sobre todo un retraso mental de entidad variable.

Es importante llamar a las cosas por su nombre: Retraso mental. Porque en vez de esta expresión la corrección política, en su afán de no llamar a las cosas por su nombre, prefiere el retorcido eufemismo “Discapacidad cognitiva: adquisición lenta e incompleta de las habilidades cognitivas, funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media”…todo ello para no utilizar el honesto y claro concepto de subnormalidad = sub + normalidad que dice exactamente lo mismo.

En una pauta típica de retorcimiento mental y buenismo, propios de la corrección política, quienes utilizan estos juegos de palabras deben pensar que, como no utilizamos expresiones prohibidas como subnormal y retrasado mental, los subnormales y los retrasados mentales no existen. De esto se habló hace tiempo en la entrada dedicada a este azote:

No vamos a repetir las consideraciones allí expuestas sino a comentar una noticia que –como a menudo sucede con las cosas pequeñas- da el pulso de lo que está pasando en nuestra sociedad:


Lo comentado en las primeras líneas del artículo es necesartio para entender la noticia y no dejarse manipular, porque actualmente hay muchos que, confundidos por la desinformación y el absurdo lenguaje buenista que oculta lo desagradable, piensan que el mongolismo no tiene nada que ver con el retraso mental. La realidad es que el síndrome de Down representa la causa más frecuente del retraso mental, retraso que se suele medir con el coeficiente intelectual (CI). Se considera retraso leve (85% de todos los retrasados mentales) un CI entre 50 (o 55 según los autores) y 70.

Recordemos brevemente que se habla de CI en la media para valores alrededor de 100 y que aproximadamente el 95% de la población está entre 70 y 130. No vamos a discutir aquí los defectos del CI y de la metodología para medir la inteligencia, pero para ciertos usos es apropiado y mide bastante bien el potencial para el éxito escolar. El 50% de que habla el artículo está evidentemente en la parte superior del colectivo con retraso leve.

No tengo nada en contra de que a estas personas se les intente dar una educación y realicen algo útil para la sociedad, naturalmente en la medida de sus posibilidades, que son limitadas e inferiores a las del resto de la población. Pero una cosa es esto y otra muy distinta pretender que sean personas normales y hacer como si el retraso mental no existiera. Porque de esto se trata, hasta el punto de pretender que sigan el mismo tipo de educación que se imparte a quien no tiene retraso mental. Se trata de la misma deformación mental y el mismo buenismo empalagoso que hay tras las grotescas olimpíadas para minusválidos, pero aquí la cuestión toma tintes siniestros.

En efecto, el retraso mental no puede ser corregido ni se puede elevar intelectualmente a estas personas al nivel de normalidad. Lo que se puede hacer es darles una educación a medida de sus limitaciones. Los centros de educación especial han existido desde hace tiempo y lo malo no es que este tipo de atención sea mejorada, lo aberrante es homologarla con la educación que se imparte a los chicos normales. Porque de esto se trata. El significado auténtico de esta noticia no es el de un progreso sino todo lo contrario.

No es que los subnormales puedan ser normales como pretende sugerir el artículo, impregnado del triunfalismo idiota de la sociedad igualitaria: el significado real, siniestro, de la noticia es que da una medida de la degradación del sistema educativo. El nivel se ha hundido hasta tal punto, se exige ya tan poco, tanto se han facilitado ya las cosas, que una proporción importante de subnormales es capaz de terminar la educación secundaria. Esta es la lectura correcta. Porque es evidente que esto es lo que sucede realmente, que sólo en parte este “logro educativo” es debido a las mejoras en la instrucción de los retrasados y su estimulación precoz; la verdadera y principal razón es la espantosa caída del nivel de exigencia en la educación, resultado directo del fanatismo igualitario.

La apisonadora de la igualdad no se detiene nunca y aplasta todo lo que es excelencia, mérito, diferencias cualitativas entre personas: no les basta ya empeñarse en que todos terminen los estudios secundarios, cuando evidentísimamente hay quien vale para estudiar y quien no, o quien tiene interés y quien no. Ahora pretenden también que los retrasados mentales deban ser capaz de completarlos.

Dentro de diez o veinte años los veremos en la universidad terminando sus carreras y tendremos más necios discursos presentando todo ello como un logro y un gran progreso social. De hecho ya estamos en camino. La proliferación de títulos universitarios basura, la simplificación de los contenidos y la rebaja drástica del nivel de exigencia y del rigor…todo esto es visible y he podido constatarlo, incluso en el limitado período accesible a mi observación directa y personal. Hasta cierto punto se salvan las carreras técnicas y tradicionalmente duras, porque de cualquier manera se necesitan especialistas aunque sólo sea para mantener la sociedad funcionando, pero también aquí ha caído el nivel. Y en cualquier caso si la escuela no vale nada habrá cada vez menos estudiantes capaces o interesados en cursarlas.

En los países anglosajones, que fueron los primeros en sufrir este devastante modelo educativo, una gran proporción de los estudiantes de carreras técnicas, de investigadores y especialistas, vienen del extranjero o de grupos sociales, como los asiáticos, que en cierta medida resisten a las gilipolleces de la igualdad y la corrección política. En pocas palabras tienen que importar los cerebros de fuera porque su escuela es una fábrica de ignorantes y burros, y los pocos que se salvan es a pesar del sistema educativo y gracias a que sus familias se han esforzado en transmitirles valores y actitudes que en la escuela ya nadie les enseña.

Cabe preguntarse por nuestro futuro y el de toda Europa en estas condiciones. ¿Estamos ya en la invasión “vertical” de bárbaros, desde el interior de la propia sociedad, que Ortega y Gasset previó hace muchos años en su ensayo La Rebelión de las Masas?. El filósofo dudaba de que la civilización técnica, moderna, se pudiera mantener cuando los “bárbaros verticales” tomaran el control de la sociedad.

Se habla a menudo de los países emergentes y de China como futura superpotencia. Pues bien, allí la selección y la meritocracia son duras y feroces, a todos los niveles. Me puedo imaginar a los chinos que se descojonan de risa mientras comen sus rollitos primavera, leyendo que en España estamos orgullosos de nuestro sistema educativo, no por su excelencia y nivel superior, sino porque hasta los deficientes mentales pueden completar la educación secundaria.

Nosotros europeos, los países occidentales, los blancos en general, nos estamos cavando la fosa con nuestras propias manos. Como los niños del cuento de Pinocho hemos escapado al País de los Juguetes donde la vida es fácil y se juega todo el día, sin darnos cuenta de que empiezan a crecernos ya las orejas de burro...

Los "bárbaros verticales" de Ortega ya están aquí. Basta salir a la calle, encender la televisión, leer un foro en Internet escogido al azar o escuchar a los políticos; si la calidad de la educación se refleja en la clase dirigente, basta ver el espectáculo que dan y cómo hablan. Basta ver cómo están escritos muchos artículos periodísticos, cuyas carencias no sólo son de estilo sino a veces incluso conceptuales; vamos, que ni siquiera transmiten claramente un contenido o hasta una simple noticia. Por no hablar de temas como las faltas de ortografía y de la ignorancia de un vocabulario básico en “la generación mejor preparada de la historia” por usar unas famosas palabras que bien simbolizan el triunfalismo idiota  del progresismo igualitario.

Saludos del Oso.