martes, 19 de marzo de 2013

DÍA DEL PADRE 2013

Ayer fue el Día del Padre, aún celebrado aunque de mala gana en esta sociedad que menosprecia su figura de mil maneras, vacía el contenido de su misión y pretende reducirlo en el mejor de los casos a un penoso apéndice de la madre, en la triste figura del papá moderno que se nos propone desde el poder.

Sin embargo no es mi intención hoy ser polémico y despacharme a gusto porque el tratamiento de ese bulto sospechoso que se llama papá moderno lo reservo para el próximo número de la revista Verbo y Acción donde será tratado como uno de los Azotes de nuestro tiempo.

Esta entrada será breve, pues el año pasado escribí una entrada sobre el Día del Padre no exenta de irritación por los lamentables artículos que para la ocasión fueron publicados -o más bien perpetrados- en los medios. Allí hice algunas breves reflexiones que no repetiré.

Como es un tema que he tratado poco, también tengo intención de comenzar un ciclo de textos en el blog El Velo Rasgado sobre la figura del padre y su significado, y especialmente sobre las taras y las patologías de la sociedad sin padre. Serán pasajes escogidos de la obra de Claudio Risè, psicólogo italiano de la escuela de Jung que se ha ocupado del tema y es fundador del movimiento masculino italiano Maschi Selvatici. Será un ciclo de textos que recomiendo a todos los padres o a quienes lo serán algún día porque son estudios y análisis que regularmente se nos ocultan, como toda la ciencia que no es políticamente correcta.

Dicho esto, lo más importante hoy es felicitar a los padres, reivindicar su papel y su misión, más que nunca difícil pues en contra toda la ideología dominante. Ello no es excusa para abandonar las posiciones, claro está. Dada la situación actual es legítimo y comprensible para un hombre rechazar totalmente la paternidad y la familia, pero para el que no lo hace –como quien escribe estas líneas- una vez elegida la paternidad y la familia no se puede abandonar la trinchera.

Porque realmente se traa de una trinchera y de un combate, contra un enemigo cultural, ideológico, muy consciente de que odia y combate la paternidad. Aquí como en todo existen dos vías, una es cómoda y ancha, la otra es difícil y estrecha.

La primera, la vía del abandono, consiste en delegar la formación de los propios hijos y aceptar que la sociedad actual los forme o más bien los deforme. Hasta se puede hacer con buena conciencia: después de todo no se puede ir contra la sociedad, no se quiere hacer de los propios hijos unos inadaptados, se deben integrar, etcétera etcétera…uno puede racionalizarlo todo y encontrar siempre las motivaciones correctas, justas, razonables para abandonar la trinchera. La sociedad está más que dispuesta para hacerse cargo de los chavales y ocupar el lugar del padre, si éste es tan amable de quitarse de en medio.

O uno puede decir fanculo a las motivaciones justas y razonables de un pedestre, mediocre conformismo y mantenerse en la trinchera sin abandonar las posiciones; uno puede elegir ser realmente un Padre, que significa en primer lugar crear y mantener un orden, en el ámbito limitado de la familia, un orden amenazado constantemente por el enemigo que lo quiere abatir. Es la vía estrecha, la difícil, la del deber, una misión y una tarea que no tienen garantías de éxito, cuyos resultados –no nos engañemos- son inciertos; al contrario, más bien se tienen fuertes probabilidades en contra. Una elección que hoy en día cualquier cálculo racional desaconseja.

Pero la vía ancha y la vía estrecha no tienen igual dignidad ni el mismo nivel ético y espiritual. No habrá nunca equivalencia posible entre ser un contable de la utilidad y ser un hombre con un rostro preciso, definido, que una vez decidido su camino no necesita, para hacer lo que debe, ni garantías de éxito ni probabilidades a favor.

Feliz día del padre a todos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el artículo.
Ahí veo yo la clave: un hombre-padre con rostro perfectamente definido y reconocible. Frente al temporal, en la proa del barco.
Recomiendo a los hombre-padres que lean "Moby Dick", "La Isla del Tesoro" y "Manalive", esta última de Chesterton. Y si quieren, de aquí al final del verano, comentamos.

Juan Ronaldo.

Anónimo dijo...

Magnifico artículo. Decidirse a ser padre en esta sociedad actual es un verdadero acto de heroismo. Y los que logran permanecer en la trinchera unos heroes. El desamparo en que vive el hombre actualmente a espensas de cualquier histerica que se pone a chillar, porque el marido-padre,compañero o amante,despues de trabajar 8 y 10 horas, llega a casa y se niega a sacar el perro, o solo desea descansar un poco, pero se pone a chillar y a gritar con el movil en la mano amenazando con apretar el 016 y en cuestion de segundos el infeliz sin derecho a decir ni esta boca es mia es esposado y llevado a unos calabozos propios de la inquisicion, mientras ella se queda en casa riendose de su hazaña y despues a luchar por defenderse.Pero entre mas denuncien mas dinero se recibe de la Union Europea. Esto es anticonstitucional se mire por donde se mire. Cuando una mujer sea quien sea empieza a discutir o a subir el tono de voz es mejor callar y no seguirle la corriente tienen patente de corso para todo.La indefension del hombre hoy e España es algo por lo que hay luchar y mucho.

Anónimo dijo...

Desde luego que el hombre de hoy tiene que luchar contra el totalitarismo del feminismo de estado, subvenvionado por las élites mundialistas, vía Banco mundial y la U.E., un régimen totalitario que está llevando a muchos hombres a la ruina total en todos los sentidos y a destruir al núcleo familiar.
Una situación paranoica e insostenible.
Combatir a estas y estos(porque también los hay) mercenarias/os del sistema es tarea heroica por parte del hombre actual.