Publicado el 25.06-2018 en El Correo de Madrid
La nueva frontera de la arrogancia y la presunción feminista, delegada a los tontos útiles de la guerra contra el varón.
A la galería interminable de estupideces que
nos afligen se ha añadido hace poco una más: una siniestra y penosa iniciativa
llamada “no sin mujeres” que ha
nacido en el mundo académico. Consiste en negarse a participar en cualquier
evento (ponencias, conferencias, congresos, etcétera) donde no haya una
representación femenina.
Este tipo de imposiciones, de manera
abierta o encubierta, ya son habituales en los países y los ambientes que han
caído bajo el triste dominio de la corrección política, esa tiranía que donde
triunfa convierte la vida cultural en un contenedor de basura, crea una
atmósfera irrespirable y un ambiente liberticida donde está prohibido hablar y
pensar. Pero ahora se está dando un paso más: se busca la imposición explícita y
automática (es el evidente objetivo al que esta gente quiere llegar) de la
presencia de mujeres en todas partes, tengan o no algo que decir y cualquiera
que sea la calidad de su trabajo, sólo por ser mujeres.
Evidentemente se trata de un nuevo pataleo
feminista, purísima tiranía feminista en su impúdica pretensión, como siempre,
de que se le regalen puestos a las mujeres porque sí. Se trata de la llamada perspectiva de género, repugnante
expresión en código que está muy de moda como todos sabemos, y cuyo verdadero
significado es favorecer a las mujeres, regalarles privilegios y prebendas. En virtud
naturalmente no de sus méritos sino exclusivamente de su sexo; en este caso
imponer una participación femenina a la fuerza en cualquier actividad del
ámbito académico.
Esta iniciativa lamentable no ha partido
de las mujeres sino de un grupo de hombres. De esos hombres domesticados y esos
cerebros totalmente lavados por el feminismo que hemos aprendido bien a conocer
en su abyección; completamente dominados y teledirigidos por el principio
femenino, llevan interiorizada la propaganda feminista que desde decenios está arrojando
fango sobre los varones y la masculinidad.
Buceando entre las páginas y los foros de
esta gente nos damos cuenta de los límites y la mediocridad aplastante que
reina en este tipo de ambientes. Por ejemplo en los ridículos “debates” sobre
si ésta es una iniciativa “paternalista” hacia las mujeres, cuando es
simplemente la enésima auto-humillación del hombre domesticado y el enésimo
pataleo de féminas inútiles que, incapaces de hacer valer sus inexistentes
méritos, exigen que se les regalen puestos porque ellas lo valen, utilizando a
sus teledirigidos mentales para que den la cara.
Otra “crítica” a este tipo de políticas es
que las perjudicadas son en primer lugar las mujeres de valía que podrían ver
así puesto su trabajo en tela de juicio. Esto tiene su parte de verdad,
evidentemente. Pero en primer lugar los perjudicados por esta discriminación
positiva son los varones que dejarán de participar en conferencias y ponencias
para cumplir con la imposición de la presencia femenina, una vez que el
criterio del mérito se abandona y se introduce la perspectiva de género. Sólo de manera secundaria las perjudicadas
son las mujeres capaces.
Es exactamente análogo a lo que sucede con
la epidemia de denuncias falsas por violencia doméstica, fomentadas por la
repugnante legislación que todos conocemos y también aplica una perspectiva de género. Las principales
perjudicadas no son de ninguna manera las mujeres realmente maltratadas, sino
los hombres falsamente denunciados.
Concluyendo ya, es oportuno insistir (y
obligado reconocer) en que con este tipo de cosas también las mujeres de valía
salen perjudicadas, aunque sea de manera indirecta. Y es que hoy en día existe
tal obsesión por favorecer a la mujer, tal afán por regalarle prebendas y
privilegios, por imponer su presencia en todas partes, que hasta prueba de lo
contrario hay que desconfiar, por principio, de cualquier mujer que sea
nombrada para cualquier cosa, y muy especialmente para puestos de
responsabilidad. Se han ganado a pulso esta desconfianza, cada vez más y más justificada
a medida que la igualdad de género e
iniciativas como la comentada en estas líneas impongan su sinrazón.
MAX ROMANO
MAX ROMANO
6 comentarios:
Otra maniobra a medio camino entre lo patético y lo grotesco. Una nueva vuelta de tuerca para imponer el dominio del clan feminista ante la claudicación masiva de todos los estamentos politicos, sociales, informativos...y que hacemos mientras eso sucede, aquellos que aun no hemos perdido el norte, que nos resistimos a claudicar miseramente? Tomamos alguna iniciativa pública, salimos a la calle, hablamos en plataformas ciiudadanas? Lanzar críticas desde un blog esta muy bien, pero no es demasiado cómodo? El victimismo conduce a la degradación. Hay que combatir por nuestra dignidad como hombres. Saludos.
Se lo saben montar muy bien. Paso a paso han ido penetrando en las linstituciones públicas, gobiernos de turno, medios de difusión, estamentos culturales, etc. Se lo han sabido 'currar". Hoy se ríen de la religión, de los padres de familia, de la nación. El día del orgullo gay acabará siendo fiesta nacional por decreto, lo mismo que el de la mujer. Donde esta la respuesta valida a todo eso. Solo veo vistimismo online. Así continuarán campando a su placer cada vez mas. Me temo que han triunfado totalmente.
Sociedad sana en los noventa. Se olvida usted de nefasta serie de crímenes de ETA que nos tenían aterrorizados. A Rusia le importamos un pimiento, todo lo que deteriore a los países occidentales es una satisfacción para su gobierno. Me parece que vive usted en las nubes.
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