Como he anticipado, publico la segunda parte de la entrada. Voy a tomar un pequeño período de vacaciones así que tardaré un poco en responder a eventuales comentarios. Como siempre animo a todos a dar su opinión y a aportar sus experiencias personales.
La segunda noticia de que voy a hablar tiene que ver con la persecución del juez Serrano, un hombre recto y honesto que ha criticado las leyes feministas del gobierno ZP, en particular la Ley de Violencia de Género. Hace un tiempo salió la noticia de que iba a ser procesado por prevaricación con el risible pretexto de que había ampliado el turno de visitas de un niño con el padre, asignándole un día y medio más para que el niño pudiese asistir como paje a una procesión como era su deseo:
Evidentemente esto es un pretexto y bien a las claras revela una persecución contra este juez. Aunque pensemos que la actuación no fue correcta –yo no lo pienso desde luego- hay auténticos atropellos judiciales en nuestro país cada día por obra de la justicia antimasculina y antipaterna, que no sólo no son castigados sino todo lo contrario. Valga como ejemplo lo comentado en la primera parte de esta entrada.
Volviendo a las acusaciones contra el juez Serrano, las víboras feministas no le perdonan haber desafiado la tiranía que ejercen y haber criticado su infame ley de violencia de género. Ahora llega la noticia de que han suspendido al juez por esta acusación. El fiscal solicita diez años de inhabilitación y una multa, la madre solicita una indemnización por daños morales y físicos (!) de 60.000 euros para ella, 100.000 para el niño, y ya puestos otros 18.000 para el otro hijo.
Es decir que quieren hundir la carrera de este hombre y arruinarlo económicamente, porque de eso se trata si la acusación se sale con la suya. ¿Y todo por qué? ¿Cuál es su crimen? ¿Es un asesino, un violador, ha dado a alguien una paliza y lo ha dejado en una silla de ruedas, es un traficante de droga o de órganos? Pues no. Su crimen ha sido simplemente establecer que un niño debía estar un día y medio más con su padre.
Hay que ser algo que no tiene nombre para intentar arruinar a un hombre por esto. En este país repugnante en que se ha convertido España, se persigue a los hombres justos y son las alimañas quienes marcan el paso y dictan su ley. Que el niño haya sufrido daños morales por ir como paje a una procesión, que la madre reclame por esto indemnización para ella y para el otro hijo (!), es algo tan alucinante y miserable, tan demencial, que es imaginable sólo con un aparato estatal repleto hasta arriba de anormales y escoria puesta ahí por los socialistas.
Por lo que respecta a la madre, es evidente que se califica ella misma con su comportamiento: lo que más allá de toda duda provoca daños morales al niño es precisamente vivir con una madre así.
Pero como este país está al revés, como no lo llevan los mejores sino los peores en todos los sentidos, es al juez Serrano a quien se castiga y quien ve peligrar su carrera. Este juez ha sido un modelo de justicia y equidad, cuya preocupación ha sido siempre el bien de los menores, pero este es un delito capital en esta dictadura en que vivimos.
Delito capital es intentar ser justo y ecuánime, no doblegarse ante la podredumbre mental y el odio de las feministas, mantener la cabeza alta y no agacharse ante ellas.
Pero sobre todo, delito capital es establecer que un hijo debe estar con el padre. Esto es lo que más les jode y les hace rebosar el vaso de la hiel.
Puede que algunos lectores consideren excesivo el énfasis en el feminismo que caracteriza este blog, pero es que en mi opinión es un tema central. Si queremos comprender quién de verdad manda en una sociedad, debemos preguntarnos a quién no está permitido criticar, debemos buscar los verdaderos tabúes, sobre todo los interiorizados, los no escritos.
Hay muchos temas “prohibidos” en mayor o menor medida en la sociedad actual: la inmigración, las diferencias raciales y culturales, la soberanía monetaria y en general la búsqueda de sistemas políticos y económicos alternativos. Todo ello nos informa sobre quienes realmente nos controlan. Pero pocos temas hay tan sometidos a un tabú absoluto como el feminismo, y esto nos hace comprender la importancia y la centralidad del asunto. A nivel individual muchas personas ya conocen mejor de lo que quisieran la realidad, pero a nivel de discurso público no hay ni un solo político, y escasísimos periodistas o intelectuales, que tengan los atributos suficientes para tomar posición en contra del feminismo y sus abusos. Ni siquiera los hay que sean capaces de expresar críticas abiertamente, aunque sean débiles y limitadas, o de denunciar los excesos más clamorosos.
No es que falten las personas o que todos sean gilipollas domesticados –que también los hay a millones-, es que existe una policía del pensamiento y un poder invisible pero real, que imponen la uniformidad y persiguen a quien no se doblega. El caso hoy comentado es sólo un ejemplo.
Mis mejores deseos para el juez Serrano y espero que salga de ésta airosamente. No ya con la cabeza alta y dignamente, que eso nadie se lo puede quitar, sino felizmente desde el punto de vista legal y profesional.
Saludos del Oso
2 comentarios:
Hace poco publiqué en mi blog una entrada titulada "La dictadura de los pechos y las vaginas", que trataba sobre el dominio feminista en los grupos de jovenes.
Los casos que has expuestos en las dos últimas entradas tienen su origen en una manipulación llevada a cabo desde la enseñanza primaria. Más adelante, se inculca a todas horas lo "excelente" que es el sexo promiscuo y eso provoca que los varones cedan ante las mujeres en todos los aspectos para conseguir que estas les dejen realizar ciertos actos, o al menos les den la posibilidad.
Excelente entrada la de Soldado Vikingo. La recomiendo también por su vívida descripción de situaciones comunes.
El tema es siempre el lavado de cerebro imperante que crea un clima de pansexualismo, que hace del sexo el centro de la vida y la máxima aspiración de la realización masculina. En esto siguen doctrinas que podemos calificar como el brazo psicológico del marxismo cultural (Wilhelm Reich, Erich Fromm)
Esto lleva fatalmente al dominio de la mujer y a la preeemimencia de valores antiviriles. La falta de resistencia masculina a los atropellos feministas y a la implantación de valores matriarcales (que son cosas distintas como correctamente nota Soldado en su artículo) es una consecuencia.
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