sábado, 26 de marzo de 2011

VERDADES INACEPTABLES E INMIGRACIÓN

Continúa la farsa de la guerra humanitaria en Libia con los países de la OTAN empeñados en darle la vuelta al resultado de la guerra civil y derrocar a Gadafi, que fue su objetivo desde el principio. La desinformación y la propaganda de guerra que vemos es cada vez más evidente y a quien tenga memoria todo esto le recuerda cosas ya vistas en ocasión de la agresión a Yugoslavia y las invasiones de Irak y Afganistán. Hecho este comentario vamos con el tema de la entrada. 

Muchas personas se han dado cuenta ya de que vivimos en una sociedad que se llena la boca con suficiencia con la palabra libertad, hasta el punto de que nos creemos con derecho a exportarla al resto del mundo a bombazos, pero en realidad una sociedad en la que ciertos temas son tabú y quien se atreve a tocarlos sufre un castigo inexorable. Uno de estos temas es la inmigración  y la manera en que está alterando la demografía europea.

Thilo Sarrazin es un economista y político alemán, ex-directivo del Bundesbank, que fue obligado a dimitir de su cargo por haber publicado recientemente un libro de enorme éxito en el cual esencialmente denuncia el peligro que para el futuro de su país representa inmigración masiva, especialmente cierta inmigración:


Naturalmente el artículo de El País es negativo, deshonesto y tergiversador como no podía ser de otra manera, pero aconsejo su lectura porque contiene fragmentos de una entrevista al autor y con las palabras de éste podemos comprender más lo que de verdad dice. Además es instructiva la manera en que el artículo intenta poner cortinas de humo delante de los ojos del lector y manipular lo que el autor dice. Ejemplo de ello es la palabra Xenófobo, que  es ya casi un lugar común con el cual la propaganda inmigracionista y antieuropea criminaliza a todo aquel que discuta las bondades de la inmigración masiva, o simplemente se limite a defender y apreciar la propia cultura y tradición.

Lo que no se perdona a Thilo Sarrazin es haber atacado dos de los principales pilares o dogmas de la corrección política actual: en primer lugar haber negado las ventajas de la inmigración indiscriminada, y en segundo lugar haber afirmado que no todos los inmigrantes son iguales, que ciertos grupos se integran en la sociedad y contribuyen al país mientras otros aportan poco o nada, siendo una carga y una amenaza.

Pocos políticos o figuras públicas se atreven actualmente a decir la verdad sobre estos temas  y quien lo hace puede estar seguro de tener en contra toda la opinión pública, venenosa expresión que no significa lo que la gente piensa, sino lo que escriben periodistas e intelectuales en los medios de comunicación al servicio del poder.

Esto último lo vemos muy claramente en el caso del libro de Sarrazin. No voy desde luego a decir que un libro es bueno porque venda mucho, porque soy el primero a espantarme de la bazofia que atesta las clasificaciones de los libros más vendidos, pero el libro de este señor, calificado como delirante y como provocación por las “élites”, ha vendido 1.200.000 copias hasta ahora en Alemania y ha sido el ensayo más exitoso en décadas. Hay que hacer notar que no estamos hablando de Harry Potter ni de uno de los bodrios escandinavos de moda, sino de un ensayo denso y cargado de estadísticas que seguramente requiere un cierto esfuerzo de lectura. Esto nos indica que existe un enorme interés entre la población por estos temas, que mucha gente empieza a hacerse preguntas incorrectas y a escuchar a quien dice estas cosas. Interés al cual castas de políticos e intelectuales, vendidas y traidoras a sus pueblos, responden con la censura cuando pueden, escondiendo la verdad y denigrando a quien se atreve a decirla.

Lo que dice Sarrazin no es ni delirante ni criminal. Con razonamientos claros y precisos defiende políticas diferenciadas de inmigración basándose en un  triple criterio para evaluar los distintos grupos de inmigrantes: su éxito en el mercado laboral, su dependencia de las ayudas sociales y sus resultados educativos. Vamos, que quien no trabaja, vive de ayudas estatales y además no educa bien a sus hijos no es más que una carga para el país, y si además tiene una natalidad enormemente superior a la población autóctona entonces es más que una carga, es una amenaza.

Sarrazin apunta hacia la inmigración turca y especialmente la de países árabes y africanos cuando hace estas consideraciones, basadas en hechos y no en palabrería buenista. No es un adversario de toda la inmigración porque afirma que con la inmigración asiática o de Europa del Este estos problemas no se presentan. Algo que por otra parte es materia de experiencia común: todo el mundo sabe que no todos los pueblos son iguales. Menos los propagandistas de la igualdad que con mucha mala fe fingen no saberlo o los bobos que de verdad creen  que todos somos iguales.

Tampoco defiende posiciones basadas en la raza, aunque los manipuladores le hagan decir cosas que no ha dicho y no pierdan la ocasión de sacar del armario el fantasma del nazismo. Algunas frases del autor que creo nos pueden ayudar a entender lo esencial del mensaje que quiere transmitir:

"La integración requiere un esfuerzo por parte de quienes se tienen que integrar. Yo no respeto a quien no quiera hacer este esfuerzo. No tengo por qué reconocer a quienes viven de las ayudas públicas, pero niegan la autoridad del Estado que las otorga, no educan a sus hijos y producen constantemente más niñas con velo. Esto vale para el 70% de la población turca y el 90% de la población árabe en Berlín"

"Yo dije que personas de diferentes culturas se portan de manera diferente, y esta diferencia no es igual para todos los grupos de inmigrantes. De esta manera, rompí un tabú político que dice: todos los hombres son iguales”

"Por lo que se refiere a los musulmanes, yo digo que su falta de integración se debe a su cultura. Con respecto a su inteligencia media, yo no digo nada en mi libro"

Como podemos ver no hay nada de delirante en todo ello. Hay en cambio varias verdades como puños y un ataque frontal a los tabúes de nuestro tiempo.

No se trata de denigrar en general a árabes o musulmanes que tienen su cultura y siguiendo un sano instinto identitario no desean perderla, mucho menos para sustituirla con la basura en que actuamente está hundida la sociedad occidental.

Pero el tema no es si nosotros somos o no mejores que ellos. La cuestión es si debemos resignarnos a la desaparición de la cultura europea y blanca, si la tradicion en la que nos reconocemos debe perecer o sobrevivir. Ellos desde luego no van a continuarla si sustituyen a las poblaciones europeas.

No tengo hostilidad alguna hacia estos pueblos. Son portadores en mayor medida que nosotros de algunos valores positivos. La solidez y enraizamiento de los lazos familiares y de sangre, el respeto a la figura del padre, la poca penetración de las aberraciones que han envenenado la sociedad occidental y que no me canso de denunciar en el blog…debemos reconocer honestamente que en muchas cosas están menos corrompidos que nosotros.

Y este es el quid de la cuestión al que no se presta suficiente atención, ni siquiera por parte de quien denuncia los peligros de la inmigración descontrolada. El motivo de esta falta de atención es que corresponde a una “zona de sombra” que no queremos ver.

El rechazo hacia la inmigración masiva tiene, además de los evidentes problemas de convivencia que genera, un aspecto más profundo: es también miedo a la vitalidad de los invasores. Porque somos decadentes y percibimos en los inmigrantes una vitalidad que ya no poseemos, unos instintos sanos y no corrompidos que ya no tenemos, que ha nosotros nos han quitado, porque poderes infames y sin rostro han trabajado sistemáticamente para pervertir y debilitar nuestro carácter y nuestra sociedad.

Los inmigrantes como es lógico no son por lo general pertenecientes a las clases superiores del país de origen…muchos son ineducados, incultos o primitivos, bastantes entre ellos son delincuentes,  violentos y todo lo que queramos, pero junto con todo lo negativo llevan consigo valores sanos y vitales que han sido abandonados por un Occidente decadente, dominado por valores seniles, podrido y envenenado por el marxismo cultural, por el feminismo, la destrucción de la familia y de la autoridad, por enfermizos complejos de culpa y el nivelamiento igualitario.

La cuestión es si seremos capaces de encontrar dentro de nosotros mismos la fuerza necesaria para reaccionar, si sabremos recuperar la vitalidad perdida sin perder nuestra identidad, o si por el contrario estos valores nos los van a imponer desde fuera…cuando la vitalidad se enfrenta a la decrepitud esta última a la larga no tiene hada que hacer, por mucha superioridad tecnológica y militar que tenga.

Esta es una guerra que no se combate con aviones, misiles y tanques porque el enemigo está dentro de nosotros mismos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucha gente está en contra de la inmigración, pero por no parecer "racistas" y "xenofobos" callan como putas.
Preocuparse de los problemas que trae la inmigración no es intolerancia, sino sentido común.

Anónimo dijo...

Sarrazin, expone la situación actual en Alemania. Si conociese la que padecemos en España, creo que se horrorizaria. Nuestro país ha sufrido una invasión procedente de Latinoamérica, Africa, Europa orienta, y en cierta medida del lejano oriente, que no tiene parangón en la historia, y eso complica enormemente el problema de la integración inmigrante.

Sarrazin, habla de una cultura fundamentalmente procedente de paises islámicos: valores cristianos frente a valores musulmanes. Bien, aquí, hay dos posturas claras: una decadente, envejecida, senil (la nuestra), y otra más joven vigorosa, fuerte, expansiva; (la de ellos).

Pero, aunque en parte tambien la tenemos, esa exclusiva "dualidad", no existe en nuestro país. Aqui el barullo inmigrante va más allá de cualquier confrontación religiosa. Tanto los procedentes de Latinoamérica , como los de Europa oriental son cristianos (aunque éstos últimos sean de raiz ortodoxa) y, por ahí, no creo que presentes problemas. Lo que más nos debe preocupar es el alto grado de conflicto y desintegración social que éstos arrojan: (delincuencia, vagancia, incultura...) a lo que deberemos sumar la indecente protección en ayudas sociales que, a costa de nuestro pecunio, les brinda el "bufón de la Moncloa" y sus secuaces.

Nuestro potencial económico es inferior al de Alemania, nuestro descalabro económica mayor, y la normativa legal que nos pudiese proteger frente a esa inmigración, prácticamente inexistente.
¿Quien será capaz de sacarnos del caos en que estamos sumidos

Max Romano dijo...

Lo siento, Anónimo, el sistema ha clasificado tus dos comentarios como spam y por eso no aparecían. No soy de la misma opinión pero es lo que tiene el criterio de una máquina, que es inadecuado. Te he publicado el segundo, imagino que estarás de acuerdo.

En efecto hay que afrontar estos problemas pero el sistema actual los oculta sistemáticamente para mantener a la gente en la inopia. En Francia la situación ha llegado a un punto bastante dramático y personalmente veo un futuro muy conflictivo.

Anónimo dijo...

Oso Solitario: Gracias por publicarme el comentario. Saludos.

LEG

WWW.INFOCONTINENTAL.COM dijo...

WWW.INFOCONTINENTAL.COM

Hay que andarse con cuidado con la amenaza que supone el islam para la poblacion europea, si nos despreocupamos acabaran por derrocar nuestra identidad.