viernes, 10 de mayo de 2013

SIRIA, LAS ARMAS QUÍMICAS Y EL DIOS DEL FÓSFORO BLANCO

Hace tiempo dediqué una entrada de este blog a la guerra civil que actualmente aflige Siria, consecuencia de la desestabilización terrorista contra el país árabe por parte de un Occidente utilizado por Israel – no hay que ser un lince para entenderlo – para combatir sus guerras, en la entrada Acoso a Siria

Como interesante documento publiqué en el blog de textos la crónica Viaje a Siria aparecida en la revista italiana L'Uomo Libero 

Pero a diferencia de Libia, donde meses de constantes bombardeos dieron la victoria a los rebeldes, quienes – lejos de representar al pueblo libio – pudieron triunfar sólo avanzando sobre la alfombra de bombas extendida por la OTAN, en Siria parece que Rusia ha hincado los pies en el terreno y no les ha permitido repetir la jugada. La evolución posterior del conflicto está viendo el ejército sirio lentamente ganar terreno, aunque la insurgencia recibe constantes refuerzos y apoyo. En gran medida los mismos terroristas islámicos de la Franquicia Al Qaeda® con armas y equipo proporcionado por Occidente, con la ventaja de la frontera amiga de Turquía y el dinero de las dictaduras corruptas del Golfo.

Como sus protegidos están perdiendo la guerra, se necesita un pretexto para intervenir en Siria, y lo están buscando desesperadamente. El pretexto es el de la utilización de armas químicas contra la insurgencia y contra la población. Ya hace pocos meses se afirmó que sería un motivo válido para otra intervención humanitaria por parte de un Occidente cuya repugnante hipocresía es incapaz de llamar a las cosas con su nombre.

En estos días se está volviendo a la carga, en un tantear el terreno y una búsqueda del casus belli que permitiría extender otra alfombra de bombas sobre Siria y dar la victoria a los rebeldes. Confiando en la nula memoria del gran público y su capacidad de tragar con todo, repiten las mentiras de las armas de destrucción masiva por las que supuestamente se invadió Irak.



Este rosario de pseudonoticias, por parte de los órganos de propaganda sionista-occidental, dejan entrever que se deben estar considerando una serie de cosas: si cuela o no una vez más el pretexto, el coste político; quizá estén intentando convencer a Rusia o valorando hasta qué punto está dispuesta a defender a Siria.

Por cierto que hay alguna indicación de que efectivamente se hayan usado armas químicas en Siria, pero no por parte del Ejército sino de los rebeldes apoyados por Occidente.


Si es cierto esto, lo lógico sería que bombardearan a los rebeldes o, si les da apuro atacar a sus mercenarios, que dejen a los rusos hacerlo. Pero mucho me temo que echarán tierra sobre el asunto. Aparentemente el uso de armas químicas es una línea roja sólo para unos y no para otros.

En realidad el principio de bombardear a quien utilice armas químicas contra la población o contra una insurgencia popular no está mal, todo hay que decirlo. Pero entonces los Estados Unidos deberían empezar por bombardearse a sí mismos.

En efecto ellos sí que han utilizado estas armas durante la ocupación de Irak, algo que en un primer momento negaron y luego tuvieron que admitir. Por ejemplo en las dos batallas de Fallujah, ciudad escenario de una rebelióm contra los ocupantes americanos en 2004 a la que siguió una dura batalla; revuelta que fue aplastada arrasando la ciudad con el MK-77 - equivalente actual del napalm – y bombas incendiarias de fósforo blanco, además de la devastante munición de uranio empobrecido, subproducto de la industria nuclear que así encuentra una conveniente salida.

En un medio difícilmente acusable de extremismo y por lo demás totalmente dentro del sistema, como El Mundo, podemos ver una noticia sobre el extraordinario aumento de malformaciones en los niños nacidos tras los bombardeos americanos, resultado de la saturación del aire, el agua y la tierra con los venenos generados por la munición utilizada.


Algunos datos sobre el fósforo blanco en la página de la Federation of American Scientists


Existe también un documental italiano sobre el tema Fallujah, the hidden massacre que se puede descargar aquí


El diluvio de fuego que cayó del cielo sobre Fallujah con el fósforo blanco, el uranio empobrecido y el MK-77 recuerda siniestramente el apocalipsis bíblico de Sodoma y Gomorra. Pero me parece evidente que hoy en día Sodoma y Gomorra están en otra parte.

Por tanto es a los americanos a quienes, por una elemental coherencia, habría que dar en primer lugar una ración de bombardeos humanitarios.

Claro que se puede sostener, y técnicamente es cierto, que el fósforo blanco no es un arma química; en efecto no envenena y se limita sólo a quemar la piel hasta llegar al hueso. Los niños malformados por otra parte, nacen así sólo porque el ambiente está saturado de veneno, no porque se usaran armas químicas y uranio directamente contra sus madres.

Son aclaraciones técnicas que sin duda representan un bálsamo para la conciencia perturbada, nos dejan tranquilos y moralmente satisfechos. Se puede bombardear a los demás porque – según el ejército sionista y los medios amigos - usan armas químicas y se puede tambien, en buena conciencia y muy en línea con una cierta hipocresía puritana, seguir poniendo en los billetes verdes la leyenda In God we trust.

Pero el dios de los billetes verdes debe ser una divinidad muy particular, arcaica, que parece venida de la época del Antiguo Testamento aunque se encarne utilizando la tecnología del siglo XXI. Una divinidad cruel que se complace con el fósforo blanco en vez del incienso y de las velas, cuya palabra revelada son los tipos de interés y cuyos misioneros se sientan en salas de videojuegos, donde aprietan botones para esparcir el castigo divino desde el cielo contra quienes no la adoran.


1 comentario:

Anónimo dijo...

¿¿In God we trust??

Se anula con la frase "Praise the Lord and pass the ammunition".