domingo, 19 de febrero de 2012

GLOBOS Y MATASUEGRAS





A veces nos encontramos con noticias que parecen inocentadas pero por desgracia son verdaderas. Sucede a veces con la Comisión Europea, cuyas directivas son a veces inquietantes, a menudo represivas y -como en esta ocasión- demenciales.


También se prohíben silbatos para niños, ciertos juegos magnéticos, e incluso caen bajo la furia reguladora de la burocracia europea los…¡matasuegras! que son considerados peligrosos para menores de 14 años.



Realmente hay que preguntarse para qué existen estas instituciones europeas y si no tienen nada mejor que hacer que llenar nuestra vida de normas y prohibiciones, porque esto es lo que hacen y cada vez más.

No por ser grotescas estas noticias dejan de ser siniestras, porque revelan una creciente obsesión por reglamentar todo, por codificar y normalizar cada aspecto de nuestra vida, de los juegos, de la diversión.

De niño me solía divertir con mis amigos tirando petardos que compraba en la tienda del barrio. Hoy en día ya no se puede porque no venden petardos en las tiendecitas de barrio y menos a niños de nueve o diez años. Seguro que hasta está prohibido. Ahora salen con que los niños no pueden tampoco inflar globos sin supervisión ni molestar con matasuegras. No pueden tampoco –por ejemplo- jugar tranquilamente con unos patines sin un conjunto de protecciones que los hace parecer personajes de manga.

Gran problema social que quita el sueño a nuestros euroburócratas, la matanza de niños que cada año caen víctimas de los globos inflados y de los matasuegras.

Parece como si hubiera tomado el control una peculiar raza de aguafiestas, que debe experimentar una oscura y sombría satisfacción cuando limita o elimina todo lo que sea alegría y espontaneidad, que se empeña en racionalizar nuestra vida y nuestra felicidad.

Se debe extirpar cualquier fuente de riesgo, hasta la más remota. Los niños no pueden hacerse un rasguño ni jugar con la tierra ni pelearse, pero eso sí, no pasa nada cuando absorben horas y horas de basura televisiva, publicidad y juegos electrónicos que los deforman física y mentalmente. Eso sí que es seguro, la felicidad electrónica compulsiva que nefastos expertos ensalzarán, inventándose razones para convencerse y convencernos de que se crece mejor así. Un punto de vista además bastante cómodo para padres que tienen mejores cosas que hacer que estar detrás de ellos.

Nótese el goce siniestro que rezuman las palabras del portavoz europeo, la satisfacción mezquina apenas velada por haber quitado a los niños esta diversión:

"Podrías decir que los niños han inflado globos durante generaciones, pero ya no lo harán más y gracias a esto estarán más seguros"

Satisfecho porque han quitado una pequeña libertad más y han acolchado un poco mejor las paredes de una sofocante prisión de terciopelo, en la cual pretenden encerrar a los niños y en definitiva impedirles crecer protegiéndolos de cualquier peligro, real o imaginado.

Sólo cabe esperar –naturalmente- que estas estupidísimas normas queden en papel mojado. Pero algún daño harán y algo queda siempre. No van a poner un policía detrás de cada niño para ver si infla sus globos sin supervisión. ¿O sí? La tecnología existe, sus posibilidades de vigilarmos a todos y crear un entorno donde se nos controla y protege por nuestro bien ya está a la vuelta de la esquina. Hay que ser muy necio para no darse cuenta de las implicaciones inquietantes de estas actitudes, que van más allá de la educación de los niños.

Esta proliferación de normas y leyes que se entrometen en cada resquicio es un índice de la estupidez del legislador y la pérdida de aquella sabiduría según la cual debe haber el menor número de normas posible y éstas se deben hacer cumplir. Normas que deben estar inspiradas por el sentido común y el sentido práctico, algo que brilla por su ausencia en esta manía por convertirnos en una colonia de insectos.

Hay varias razones accesorias en esta tendencia del legislador y la sociedad, que no debemos tomar como lo principal. Por ejemplo los intereses económicos. Muchas leyes tienen detrás la acción de alguna lobby y favorecen a alguien; a menudo el único motivo real para una nueva norma está en un párrafo escondido, donde está la chicha, la ventaja para alguien. Aunque en este caso concreto desde luego no veo dónde puede estar la chicha.

Otro motivo a considerar es que organizaciones burocráticas que viven de sacar normas y leyes, de codificar y reglamentar, deben hacerlo para justificarse a sí mismas, no sólo, sino que deben hacerlo cada vez más y con más empeño. No se detendrán a considerar si lo que hacen es necesario o útil, seguirán en su trabajo con el único objetivo de mantenerse y crecer.

Son seguramente causas que tienen su peso, pero en definitiva lo que de verdad hay detrás, la pulsión que da momento a estas políticas, es el empeño por regular todo y por crear un entorno hiperprotegido. Por el momento centrándonos en la infancia y la educación, podemos ver cómo esto casa muy bien con la pedagogía moderna. Los daños, las deformaciones caracteriales y mentales que ésta genera se suman así a los producidos por crecer en la prisión de terciopelo de que antes hablaba.

En efecto, uno de los principios de la pedagogía moderna es la desconfianza –o más bien el rechazo frontal- hacia el principio de autoridad, el castigo y la corrección. Todo ello es visto con malos ojos y los padres modernos, víctimas de estas ideas, simplemente no corrigen a sus hijos ni ejercitan autoridad, no les dicen nunca no ni les limitan, en nombre de un risible principio de libertad y autonomía absoluta. Llegados a este punto, puesto que los niños deben hacer siempre lo que quieren para no ser traumatizados por una autoridad represora, deben vivir en un entorno hiperprotegido en el que no pueda pasarles absolutamente nada, ni siquiera un rasguño. Los padres no les pondrán límites ni les dirán que no pueden hacer algo, pero no pasa nada porque cualquier cosa que puedan hacer estará totalmente libre de riesgo. 

Significa por tanto eliminar el sentido de la responsabilidad personal y la formación del carácter, para sustituirlos por una burbuja de cristal, donde el niño no crece nunca de verdad. Podemos hablar de una prolongación, una extensión del útero materno, con nefastas consecuencias para la formación de la persona y su capacidad de afrontar la vida. No es por casualidad que las madres sean en general, como cualquiera puede observar, más propensas a caer en este error de proteger demasiado a los hijos. Quizás sea parte inevitable del instinto materno pero es algo que debe ser corregido por el padre, una de cuyas tareas es precisamente ésta.

Naturalmente todo hay que tomarlo con sentido común. Ningún padre razonable hará correr a sus hijos riesgos innecesarios o excesivos, al contrario debe protegerlo de ellos mientras está aprendiendo y es aún inconsciente o incapaz de afrontarlos. Pero esto no tiene nada que ver con la absurda obsesión de evitar cualquier peligro por mínimo que sea, que en definitiva es hacer vivir al niño en la cálida seguridad del equivalente psíquico del líquido amniótico. El feto necesita el ambiente protegido del líquido amniótico para desarrollarse y poder un día venir al mundo, pero el traumático episodio del nacimiento pone fin a ello. Como cada una de las rupturas en la vida que nos hacen crecer: el fin de la infancia, el paso a la edad adulta. Llega el momento en que hay que atravesar estas puertas.

No es casualidad que la pedagogía moderna tenga también la idea fija de eliminar los traumas: se pretende suprimir todo lo que simboliza o sugiere el significado de una iniciación a una etapa sucesiva, una ruptura cualitativa y un paso de un nivel a otro, porque puede ser doloroso. Se quiere hacer todo suave, blando, sin solución de continuidad para evitarnos el inevitable sufrimiento de crecer y cambiar.

En definitiva esta actitud y este punto de vista, en el fondo, tienen el significado de una negación de la vida. Y esto vale también para la sociedad en general. La sociedad perfecta que nos propone la moral de las prohibiciones y de la seguridad total, la sociedad útero del bienestar y la hiperprotección del ego en la cual los niños y los adultos no crecen nunca, es un decir no a la vida y a todo lo que es noble y superior.

Esta forma de concebir la infancia y la educación encaja como un guante con un cierto modelo de sociedad, lógicamente porque la educación es la preparación para la vida de adulto. Una exaltación de la libertad absoluta que se resuelve en el culto del capricho individualista, pues se trata de una libertad cuidadosamente domesticada. En efecto se acompaña a un rechazo visceral de normas y disciplina interior que puedan dar una forma a la persona, un significado y una dirección a la libertad. Una libertad en definitiva a la que se ha privado de todo su significado, porque lo único que se nos permite es jugar en una celda de paredes acolchadas.

Vemos entonces cómo se pretende construir una sociedad en la que no haya más que diferencias de grado entre la infancia, la juventud y el mundo adulto. La idea de fondo es implantar lo que podemos llamar el arquetipo del paraíso donde no hay lucha ni peligros, la búsqueda de una sociedad perfecta donde la vida sea fácil y jamás tengamos que enfrentarnos a nosotros mismos. Y para hacer esto se nos tiene que proteger de nosostros mismos y de los aspectos terribles y oscuros de la realidad, empezando cuanto antes posible, desde la primera niñez. Basta comparar los hermosos cuentos tradicionales, a menudo terribles pero cargados de significados y sugestiones, de luz y de sombra, con los cuentos ridículos, insípidos y vacíos que hoy en día se fabrican siguiendo las instrucciones de los expertos.

Todo ello revela el auténtico carácter de las ideologías que pretenden construirnos un paraíso y protegernos de nosotros mismos. Bajo una fachada de bellas intenciones se esconde una naturaleza profundamente opresiva, y el punto de llegada es una tiranía a la postre insoportable para el ser humano. Para volver al tema de la infancia, Collodi en su Pinocho supo expresarlo en un lenguaje sencillo cuando los niños del País de los Juguetes, el paraíso terrestre en el que se juega siempre, no hay obligaciones ni escuela, se convierten en burros y terminan tirando del carro como esclavos.

Y me atrevo a afirmar que cualquier aspiración a un paraíso en la Tierra, un estado definitivo y perfecto de la Humanidad, asume antes o después en el mundo real, más allá de las bellas palabras, su verdadero y monstruoso rostro: un País de los Juguetes en el cual las personas son primero transformadas en burros y luego en esclavos.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo una clara intención de generar miedo en las mentes de niños y padres, y así poder crear seres cada vez más manejables y sumisos.La prolongación de la sensación de "útero materno" durante el mayor tiempo posible genera personalidades acobardadas, inseguras, atentas siempre a las directrices que nos impone "ese gran padre protector y bondadoso que busca lo mejor para nosotros, y del que basta con obedecerle y seguir sus buenos consejos para vivir felices"

Ese miedo subliminal (el peor de todos)que nos imbuyen ladinamente con su máscara de aparente protección a nuestra integridad, no deja de ser otra forma (tal vez de las más nefastas)de castrar nuestra capacidad como personas, diluyendo, todo lo posible, la capacidad de autoprotegernos y generar la autoestima que todos merecemos como hombres libres.

Es el imperio de oligarcas, políticos y mercaderes, cuya egemonia se hace (lamentablemente) cada dia más fuerte, mientras nosotros nos adormecemos bajo su poder, lenta pero inexorablemente.

Un saludo. LEG

Sarah dijo...

no tienes ni puta idea de lo que dices, las cosas no son blancas o negras, existe el gris.
un aprendizaje para ser bueno no tiene necesaramente que ser un sufrimiento, y por supuestoque existen diferencias entre las etapas de la vida.
¿acaso un niño nace hblando o un viejo puedebailar adecuadamente ballet sin haberlohecho nunca?
lee un poco y piensa luego.

a ti te maltrataron mucho en tu infancia ¿verdad?
lo percibo en cada cosa que dices y en cada idea que argumentas.

y ojo, para nada soy nazisociataprogreta.
métete en mi bloc llamado aventuras y desventuras de una consumista y lo comprobarás.
pero de ahí a lo que dices, va un abismo.

cuando tu eras niño la sociedad era mucho menos compleja, igual el que no admite el paso del tiempo y los cambios sociales eres tú.

yo soy efensora del castigo, de los límites en la educación, de la autoridad del profesorado y todo eso, pero no de pretender que cada cual haga lo que le dé la gana y de negar ls etapas de la vida.
la vida no es solo sufrimiento, se a de buscar siempre el eqilibrio y eso si, no tocar los cojones en demasía.

chao y viva españa

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con el artículo. Lo que dice es algo que vengo observando desde hace mucho tiempo: acolchar el suelo de los parques con goma para que el niño no se haga una herida si se cae, los pañales con aspecto de ropa interior para niños que ya no están en edad de utilizarlos, esa insistencia en que nunca debes reprender a tu hijo porque esto puede traumatizarlo...

Todo protección, pero eso sí, luego buceando un poco en internet, te encuentras engendros como una niña de cinco años bailando danza oriental con ropa y movimientos propios de una ramera, o kits de maquillaje para niñas de seis años, en fin...

Creo que hacia lo que vamos es hacia un intento de disolver las tres edades del hombre: mientras se intenta proteger a los niños de todo y se les impide crecer privándolos de dificultades, a los adultos se les "libera" de responsabilidades para que vivan una adolescencia perpetua.

Max Romano dijo...

La intención de crear personas manipulables está también presente. Un rebaño dócil y pacífico que acepte cualquier atropello sin rechistar. Lo han conseguido ya las feministas lavando el cerebro a lso hombres.

En efecto la mentalidad que denuncio en este artículo se puede ver por todas partes, en los parques acolchados, lo de los pañales no lo sabía.

Sarah, tu comentario me hace preguntarme cuánto has entendido realmente lo que quería decir. Por lo que dices no defiendes la extrema degeneración educativa del progresismo, pero sí la sociedad hiperprotectiva que no es una cuestión política sino una aberración moderna propia de una sociedad feminizada y antipaterna.

Sobre lo de los abusos en la infancia que tú ves en cada cosa que escribo, no es el primer comentario de ese tipo. Las explicaciones de psicología barata sobre mis puntos de vista van desde "una madre que me ha anulado y maltratado" a "una homosexualidad reprimida y tensión anal no resuelta". Lamento decir que la realidad no es tan dramática: he tenido mis roces y tensiones con mis padres, como más o menos todos los chavales que no sean amorfos, no he sido maltratado (si acaso me habría venido bien algún bofetón más que merecido) y no tengo tensiones anales sin resolver, excepto cuando debo ir al servicio.

Estas tentativas patéticas indican sólo una cosa: una actitud totalitaria y una cerrazón mental propias de la actual sociedad degenerada y decadente, incapaz de comprender y de admitir que pueda existir otra manera de ver el mundo más allá de las vulgaridades hoy dominantes.

Anónimo dijo...

La tal Sarah, no solo es una feminista con síntomas evidentes de andrfofia. Como todas ellas posee un alto grado de embarullamiento mental, debido -con toda probabilidad- al elevado número de frustraciones acumulados en su trayectoria personal como "mujer" y a teorías sexistas mal digeridas.

Cuando se dedican a aporrear teclados en un foro, su falta de coherencia mental se evidencia con claridad palmaria en cada línea que escriben. Su único objetivo es buscar el modo de menospreciar -apoyándose en argumentaciones falaces- cualquier opinión que conlleve un sello de legitimidad masculina.

Son una lacra, políticamente cada vez más protegida y extendida, en la que no sin cierta culpa, los hombres hemos colaborado estúpidamente al no haber sabido pararles los pies en el momento oportuno. Nuestra tolerancia, y en no pocos casos "complacencia" les ha dado alas para crecerse y osupar una posición absolutamente inmerecida en la familia, la política, la educación y la cultura. Pero, lo más grave, es la poderosa influencia que poseen en el sector más indefenso de la sociedad: los niños.

Saludos. LEG

roman dijo...

¡Joder, con la Sarah!. Se parece a una novia que tuve que estudiaba psicología y desde entonces no he dejado de ir al psiquiatra. Para Sarah las cosas sólo son blancas o negras, el gris lo conoce de oídas. El “no tienes ni puta idea de lo que dices” solo puede salir de una mente adolescente de la nueva ola, aunque muchas son adolescentes durante toda su vida. ¡Aplácate, chica!, has entrado como una elefanta en una cristalería para al final no aclararnos gran cosa de tus desacuerdos. De todas formas eres el paradigma de la excelencia cultural que han inculcado los engreídos paladines del trauma y del esfuerzo.

P.D.: Todos estos temas, Oso, que en la vorágine de decepciones actuales se pierden en el olvido, deberían de traerse a colación con más frecuencia. Sobre todo, porque me parecen vitales. Pero la doctrina vulgar y dominante de hoy en día apuesta por papanatas pusilánimes y engreídos que dominen a todo el corral familiar con sus bravatas. ¡Cuántas cosas maravillosas me hubiese perdido en mi niñez si me hubiesen aplicado esas ñoñas directivas europeas!. Hay cosas que no se pueden regular y, si lo haces, eliminas toda la magia que suelen llevar. Yo creo que la razón de tanta estupidez – como bien apuntas – es que hay que darle trabajo a todo ese ejército de políticos para que hagan algo, y qué mejor que ejercer de salvadores para dejar lisiados de por vida a los salvados. Gente sin carácter y poco exigente se suele dominar mejor. En fin..., ¡cómo progresar y crecer en esta dictadura para necios!, sería la gran pregunta.

Saludos!!!.

Sarah dijo...

sois una pandilla de gente resentida, sin ningún tipo de miramiento, con un odio infinito a todo y enfin, que estáisdemás en este mundo.

no soy feminista ni falta que me hce, soy realista.

eres un auténtico sinverguenza, con esas ideas que tienes hitler a tu lado era teresa de calcuta.

atentas contra la ciencia, no tienes ningún tipo de rigor cicientífico.

entonces si por ti fuera, ¿que hacemos con las personas discapacitadas como yo'?
nos tiráis a la basura?

no sobreviviréis porque las ideas que tenéis son putrefactas y extinguidas.

dejar a la gent vivir en su felicidad, y los temas políticos y sociales para quien de verdad entiende.

ojalá que os quedéis mancos, sordos o ciegos, íbais a saber lo que vale un peine.....

lamento el día en que entré en este blog, fue mi grave error.

deberían retirarte el blog, por faltón sinvergüenza y poco respetuoso.

la humanidad tiene que tener unos valores y la evolución es nuestra mejor cualidad.

y a tí llee, no soy ni feminista ni estoy acomplejada de ser mujer, y por cierto, soy defensora de freud.
pero lo vuestro no tiene arreglo, dáis pena.

al psiquiatra todos!

viva españa!

Anónimo dijo...

Estaba en lo cierto. La tal Sarah es evidentemente una persona frustrada y resentida. Añade a sus limitaciones mentales, las rabietas de una histérica, siempre propensa a todo tipo de "desafueros emocionales", lo que sumado al lastre de una minusvalia física agudiza notablemente su carácter agriado.

Debe de tratarse de una persona con escasas relaciones sociales, que recurre frecuentemente a dar la tabarra por los foros para intentar desahogar sus (imagino) frecuentes estados de ansiedad.

¡Mucho cuidado con "dar cuerda dialéctica" a personas de tal condición, son las eternas latosas de sesión contínua!

LEG

Frel dijo...

Esta tal Sarah tiene encima la desfachatez de insultar a los demás cuando ha sido ella con su primer mensaje la que ha provocado al prójimo con descalificaciones e insinuaciones más que despectivas. Su cerrazón y totalitarismo llega hasta tal punto de desear el cierre del blog. Sólo viendo como se expresa mediante ese lenguaje tan vulgar ya se intuye que se trata de una persona con una neurosis muy acentuada.

Sarah dijo...

ya veo que en este foro abundan ls "psicólogos" de aficción pero no de profesión.

la discapacidad la tendrás tú en tu ceguera mental que esa si que no se cua nunca.
si no me quieres dar cuerda no me la des, pero eso si, ten mucho cuidado con lo que dices porque no me cueesta ningún caro denunciarte.
si tan machote eres, ¿porque escribes en el anonimato?

tú no tienes ninguna discapacidad física, pero eso si, tu inmensa putrefacción cerebral no tiene arreglo.

ya quisieras tú tener mi salud mental tan fructífera, y mi vida tan enriquecedora.

eres un auténtico hijo de puta, si te veo por la calle te escupo, te pateo y te hago comerte las tripas.

oye, por cierto, al ideólogo de este blog si tanto rechazas la modernidad y esta cultura, ¿porque usas internet?
porque imagino que este blog no lo harías de lápiz y ppel!

emprenderé acciones legales yte aseguro que no praré hasta cerrártelo.

una cosa es decir lo que se piens que me parece muy lícito, y otra muy diferente es faltar y no respetar.

no soy ni neurótica, ni psicóotica, soy sosobredotada, esa es mi discapacidad amigo lee.
eres un auténtico monstruo y perversohasta la extenuación, pero a todo cerdo le llega su san martín, verás como tarde o temprano lo verás.

y si tú ves mi ceguera como una lacra, más lacras sois vosotros para la sociedad que sois inadaptados y resentidos.

no me dedico tampoco a dar la lata en ningún foro, porque mi vida intelectual es demasiado rica para ello.
pero eso si, cuando me atacan po supuesto qu rebato.

sois ciegos mentales y tenéis absorbido el pensaamiento por ideas desfasadas y que jamás vlverán a prevalecer, para regocijo de la sociedad en su conjunto.

ya qquisiéseis vosotros tener mi abanico de vida social, tengo tres carreras y muchos intereses entre manos.

dáis asco, no tengo duda.

nazis, eso es lo que sois.
pero no se os olvide, los nazis perdieron la guerra, y muchos de ellos acabaron clgados del cordel!

vosotros si hhiciéseis caso mío, jamás saldríais a la calle, porque se os tenía que caer la carade pura vergüenza.

normal que este blog se llame el oso solitario, porqu con esos pensamientos, me imagino que lagente pasará de ti como de la mirda.

y dejar de hacer diagnósticos, porque los buenos psicólogos no purulan por los foros, sino que abren consultas.

lo dicho, este blog desaparecerá, como que me llamo sarah.

sois lacras enfermizas, me dáis puro asco.

pero en el fondo me dáis pena, el poco amplio mundo que tenéis.
tenéis que cargar contra todo y todos, para sentiros bien y créeros más superhombres.

os irá de puto culo y sin frenos!

arriba la amplitud de miras, curar vuestra infinita ceguera mental.

Sarah dijo...

ah se me olvidaba, y no penséis que esto será broma, no pararé hasta ver esto cerrado, por las buenas o por las malas.

y tú asqueroso lee de mierda, no imagines tant, y intenta conocer un poquito más.

y no estoy frustrada ni mucho menos, tengo todos mis deseos vitales prácticamente realizados.
y este es el primer foro donde comento, así que no me vengas con la historia esa de dar la tabarra, ¿te aclaras hijo de puta?
¡¿porque para ti una mminusvalía es un lastre?
eso muestra ya de entrada tu debilidad y tu complejo de inferioridad.
lo que hay que medir es la inligencia, no otras cualidades más ssuperficiales.

y no os equivoquéis tanto tú como el ideologo del blog, la psicología no es un invento de la era moderna, todos llevamos psicología innata pero claro, unos más y otros menos.

ya os gustaría a todos vosotros tener los sentimientos de amor que tienen muchos retrasados mentales!
pero claro, para vosotros eso es ficción.

pues bueno, seguir en vuestra oscuridad y perversidad, que os irá tal y como merecéis.
recordar que quien siembra tormentas, recoge tempestades.
no pidas que te traten bien, cuandoeres tú el que trata mal.


pero lo dicho, tenéis los días contados, creédme!
váis a saber lo que es dar la lata de verdad, y lo que es la cuerda dialéctica.

nos vemos en el juzgado!

chao!

Max Romano dijo...

Creo que ya es suficiente.

Dejaré los comentarios publicados de Sarah pero no permitiré ninguno más desde este momento.

Espero que los demás estén de acuerdo en que ya no vale la pena responder a estos comentarios y con esta nota doy por cerrado el tema. No está para esto el blog ni los comentarios.

Para Sarah: si tanto te disgusta mi blog, nadie ha obligado a visitarlo en primer lugar ni a seguir insistiendo. Si tienes algo que decir exprésate lo mejor que puedas en tu espacio en vez de intentar cerrar la boca a los demás. Así de sencillo.

Respecto a tus amenazas puedes hacer lo que quieras, pero por supuesto mientras tenga algo que decir seguiré haciéndolo. Si me cierran el blog abriré otro, y si me lo cierran otro aún, y publicaré de una u otra manera.

Lo que no permitiré es que la gente como tú me cierre la boca y me haga callar. Jamás.

Frel dijo...

Eres tú Sarah la que insultas, por cierto con insultos muy graves y además subestimando constantemente al prójimo. Por cieto cometes demasiadas faltas de ortografía para tener tres carreras como bien dices.

Frel dijo...

Buena respuesta Oso, no se puede permitir que entre gente de esta clase amenazando con la idea de coaccionar y reprimir la libertad de expresión, haces bien en cerrar el tema.

Anónimo dijo...

He leído todo lo que ha pasado y me resulta asombroso que haya gente tan malhumorada.

Como siempre, Oso, celebro tu buen hacer y tu excelente trabajo con el blog.

Un fuerte abrazo.