Este es uno de los simpáticos motes que le han puesto a Silvio Berlusconi en su país. Para quien no sepa italiano, su traducción literal es Berluspolla, lo que parece singularmente acertado y de la máxima actualidad. Imagino que el lector ha oído hablar del proceso contra el Berlusca por haber pagado a una chica marroquí de diecisiete años para que se acostara con él, y por haber presionado a funcionarios de la Policía para que la liberaran cuando la chica tuvo un pequeño problema. Intentaba evitar el tipo de problemas que se le ha venido encima y que no salieran a la luz las orgías, llamadas fiestas bunga-bunga, que se montaba con su pequeño harén de jóvenes a las que había puesto un apartamento y a las que pagaba más que adecuadamente por sus servicios.
Difícilmente se puede defender a Berlusconi como político o sus años de gobierno al frente de Italia. He vivido allí hasta hace pocos años y he podido seguir de cerca los eventos. Ha cometido abusos y porquerías sin fin, ha modificado las leyes a su antojo varias veces para no ser procesado o para evitar condenas, le ha salvado la campana más de una vez, con la prescripción de delitos que habían sido probados. El origen de su fortuna –empezó como cantante de piano bar en cruceros- y su relación con la Mafia han sido siempre temas poco claros. Sus televisiones han inundado Italia de telebasura y han contribuido a cambiar a peor la mente de los italianos, propiciando una abismal caída de estilo y de nivel. Nulidad absoluta como estadista, lo único que le ha interesado siempre es utilizar al Estado para su interés privado.
Dicho esto, muchos italianos le apoyan a pesar de todas sus “travesuras” por llamarlas de algún modo. Y tiene mucho que ver con ello el que sus adversarios políticos no tengan casi nada que ofrecer ni que proponer, solamente el odio hacia Berlusconi que los une desde que el Cavaliere bajó a la arena política hace casi veinte años. Delincuente y sinvergüenza como es, tiene también razón cuando dice que los magistrados de izquierdas lo persiguen por motivos políticos y se lo quieren cargar. Es lo que tiene la realidad, que no es un cuento de buenos y malos con la verdad toda de una parte.
En el tema que nos ocupa, los jueces le tenían ganas a Berlusconi desde hace mucho tiempo y han conseguido pillarle por este asunto que objetivamente es insignificante y un pecado muy venial. Un poco como Al Capone, al que se consiguió encarcelar por evasión fiscal, cuando había sido responsable de múltiples asesinatos y otros graves crímenes. Berlusconi es un delincuente por muchos motivos, pero seguramente no por este escándalo sexual. El asunto de la chica de diecisiete años será ilegal según la legislación vigente en Italia –es ilegal pagarle por sexo a una menor de esa edad, no acostarse con ella- pero nadie puede sostener seriamente que es un criminal porque la chica en aquel momento tuviera diecisiete años y no dieciocho. O que hacer una llamada para que la liberaran es algo gravísimo cuando el choriceo y el tráfico de influencias a gran escala son la norma. Simplemente son deslices que le ponen, eso sí, en posición vulnerable.
Sería una curiosa ironía que, con lo sinvergüenza que es y con todos sus trapicheos, le fueran a pillar por lo que es una de las pocas cosas honestas que ha hecho en su vida. Porque en las fiestas bunga-bunga se trata simplemente de dinero -mucho- en cambio de sexo. Claro, honrado y sin ningún tipo de engaño de por medio. Nadie se creerá la ridícula propaganda feminista sobre chicas ingenuas y explotadas que pierden su dignidad.
De pasada, conviene observar que la prostituta es una mujer honesta y con una dignidad muy superior a la mayor parte de los políticos: comercia con lo que es suyo y le pertenece, a diferencia de los políticos ladrones que juegan con el dinero de todos y con el futuro de la nación. En el estercolero de la política, en el juego sucio del poder y en un mundo de engaño y falsedad, la relación entre la puta y su cliente es de las pocas cosas honradas y un oasis de decencia.
De pasada, conviene observar que la prostituta es una mujer honesta y con una dignidad muy superior a la mayor parte de los políticos: comercia con lo que es suyo y le pertenece, a diferencia de los políticos ladrones que juegan con el dinero de todos y con el futuro de la nación. En el estercolero de la política, en el juego sucio del poder y en un mundo de engaño y falsedad, la relación entre la puta y su cliente es de las pocas cosas honradas y un oasis de decencia.
Es risible el linchamiento mediático de Berlusconi por parte de la izquierda porque se montaba estas fiestas; no es difícil percibir el aliento fétido del odio feminista contra los hombres en las manifestaciones contra el Berlusca y en muchos artículos que he leído.
Lejos de mí cualquier moralismo puritano de tipo anglosajón que considera un pecado mortal este tipo de cosas. Nadie ignora que el poder y el dinero atraen mujeres bellas como las miel a las moscas y es absurdo escandalizarse. Lo que sí es verdad es que hay que mantener un poco de dignidad y decoro para no convertir el gobierno en un lupanar. Si cabe reprochar algo al Cavaliere es su falta de estilo y en llevar estos asuntos…todo este tema y en general toda su manera de actuar denotan la misma vulgaridad que rezuman sus zafios programas de televisión, su idea de la política y del Estado que no ha ido mucho más allá de la estética del programa de variedades.
Teniendo la posibilidad de ser un hombre de Estado y de realizar algo con el poder de que ha gozado, la ha desaprovechado miserablemente, no ha sido nunca un gobernante sino un empresario que ha usurpado el poder para sus propios fines, y además ha envejecido bastante mal. Para él disfrutar del poder significa ponerse ciego de Viagra con ochenta años para poder tirarse a un harén de chiquillas. Ni siquiera ha tenido el detalle de escoger prostitutas de lujo o mujeres con una cierta clase y con nivel. Probablemente sean demasiado para él: prefiere el tipo de mujer un poco vulgar que inunda su telebasura o chicas desbandadas como Ruby robacorazones.
En estos momentos, presionado por sus problemas judiciales y por los medios de comunicación, acojonado y sin saber qué decir, ha completado la faena demostrando una vez más falta de dignidad y un penoso servilismo hacia los lugares comunes del feminismo. Copio declaraciones textuales suyas tras la manifestación de la semana pasada en Roma:
“Las mujeres saben la gran consideración que tengo con ellas. Me he comportado con ellas con mucha atención y gran respeto, en mis empresas y en el gobierno. Estoy convencido de que tienen una marcha más que los hombres. Han sido siempre mejores en la escuela, más inteligentes y más preparadas, más responsables y llegan a la solución de los problemas sin tantas complicaciones. He intentado siempre que cada mujer se sienta especial.”
Esto por si a algún despistado se le ocurriera tomar a Berlusconi como modelo masculino. Es difícil ser más rastrero y despreciable: estamos ante un tipo de adulador lleno de labia y latin lover de barrio que diría cualquier cosa y se arrastraría por el suelo para no perder popularidad.
Es el tipo de hombre que en definitiva está dominado totalmente por la mujer. Por mucho dinero que tenga y por grande que sea el harén de que goza es un hombre indigno. Son hombres como él, débiles y sin carácter, los responsables de que el feminismo penetre en la sociedad como un cuchillo en la mantequilla.
5 comentarios:
El éxito político de Berlusconi se debe a que su formación aglutina desde liberales y conservadores hasta grupos de tendencia más ultra como la Liga Norte (aunque a este partido yo no lo consideraría identitario, apoya al Sistema solo que con un lenguaje más fuerte).
Me parece vergonzoso que este señor sea tan amigo del Vaticano cuando hace ese tipo de cosas, y no lo digo solo por sus fiestas con las menores, sino también por los múltiples chanchullos en los que está metido.
Seran todo lo menores que querais,pero estan al tanto de sacar tajada de estos chanchullos y por muy sinverguenza sea berlusconi estas lo son mas.un saludo desde valencia.
Sí, Berlusconi tiene le mérito de saber poner de acuerdo gente muy distinta entre sí, y además como he comentado en el artículo sus rivales nunca han sabido proponer nada mejor.
La Liga tiene amagos de partido identitario pero ha demostrado tener serios límites culturales y me parece que carece de un aparato con una seria base y preparación, lo cual condiciona mucho su acción.
Ciertamente Berlusconi no es el más indicado para proponerse como defensor de la familia, pero al final lo que manda es el dinero y el interés.
Las chicas...bueno, escogieron la vía más rápida para solucionarse la vida. Además trabajando poco, porque el Berlusca tiene ya sus años y, Viagra o no, difícilmente esté en condiciones de someterlas a turnos de trabajo extenuantes.
Como he escrito, sinvergüenza es y con avaricia. Es es tipo de político que el Sistema desea, sin muchos principios, vulnerable al chantaje y obediente a los poderes fuertes internacionales.
Al partido de Berlusconi le pasa lo mismo que al PP aqui, que aglutina a varias tendencias ideologicas de derechas, desde liberales hasta conservadores ultramontanos(en el PP casi ni existe este colectivo ya que Fraga la va a palmar no tardando mucho)
Berlusconi es un mujeriego, un adulador d elas mujeres, pero en el fondo loq ue es es un golfete y que quereis que os diga, que prefiero a un tio que hable asi pero haga exaltacion de la heterosexualidad, que a un "illuminati" mariconzuelo como Zerolo o Sebastian.
Berlusconi es un jeta, pero es que Italia es asi, su gente es asi, Berlusconi, al igual que ZP en España, representan quintaesenciado el espiritu de la la sociedad que les eligio.
Me parecen acertados los comentarios de A.J., pues por muy poco que me guste el Berlusca representa un tipo humano más sano que nuestro ZP con su enfermiza negación de la masculinidad y su apoyo a toda clase de aberraciones.
Por cierto que en Italia un importante político de la izquierda ha propuesto que los hombres paguen más impuestos que las mujeres, así por principio. Antes que a esa gentuza yo votaría mil veces un Berlusconi aunque en su vida privada fuese un criminal y no sólo un golferas.
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