viernes, 17 de junio de 2016

LAS LESBIANAS, EL RADAR DEFECTUOSO Y EL NIÑO TORTURADO HASTA LA MUERTE




La venganza contra el sexo masculino llevada a cabo en la persona de un niño de dos años

Al lector probablemente le habrá pasado desapercibida esta noticia, pues los medios basura de la gran prensa, tan dispuestos a saltar inmediatamente con chillidos histéricos cuando alguien le da un empujón a un mariquita en cualquier calle española, han guardado un silencio cómplice y totalmente intencionado sobre este suceso. ¿Por qué? Porque la víctima es un niño de dos años, torturado sistemáticamente durante largo tiempo y finalmente muerto por los golpes que le propinaban sus dos “madres”, una de ellas la madre verdadera y la otra su pareja lesbiana. Las dos han sido condenadas hace un par de semanas a cadena perpetua por un tribunal en Escocia.

Aunque los basurmedios en nuestro país hayan pasado de puntillas sobre ello, el caso ha tenido bastante resonancia y una búsqueda en internet proporciona múltiples referencias a la noticia. Naturalmente les ha faltado tiempo, a los diversos tipos de borregos, idiotas y malintencionados de la corrección política, para decir que esta monstruosidad no tiene nada que ver con el hecho de que fueran lesbianas.

Bien, para empezar ya el solo hecho de confiar la crianza de un niño a una pareja de lesbianas es una violencia contra la infancia, independientemente de si las lesbianas comenten o no otras violencias adicionales, que sí sean reconocidas como tales por nuestra degenerada sociedad. Ignoro si estas violencias adicionales son cometidas en mayor número en las aberrantes “familias” homosexuales, respecto a las familias de verdad que merecen este  nombre. No puedo asegurarlo. Pero lo que sí sé es que se tratan con mucha discreción los casos que salen a la luz de homosexuales que abusan de sus “hijos”; que un niño criado por invertidos tiene altas probabilidades de crecer con una identidad sexual desviada, es decir de sufrir esa violencia contra la infancia llamada corrupción de menores, como se decía cuando se llamaba a las cosas por su nombre, es decir antes de que la basura humana tomase el control de Occidente; y sé también, con mayor certeza porque ha sido verificado repetidamente, que los menores que crecen sin la presencia y la protección del Padre (del Padre, recalco, mal que le pese a la canalla antipaterna) tienen más riesgo de sufrir abuso y maltrato.

No le ahorraré al lector los detalles odiosos que han salido durante el proceso. Le dejaban atado a una silla durante horas tras duchas de agua fría, le encerraban en una jaula, le metían a oscuras en un habitación con ratas y serpientes, le obligaban a comer excrementos de animales y sus propios vómitos, le propinaban repetidos golpes (los médicos encontraron treinta lesiones externas en su pequeño cuerpo, prácticamente no le dejaron un rodal sano), le rompieron un brazo y un muslo; finalmente, la causa inmediata de la muerte fue que le reventaron el corazón a golpes. Recordemos, se trataba de un niño de dos años.

Creo que es suficiente. Honestamente no podemos decir que torturaron al niño hasta la muerte porque eran lesbianas. La mayor parte de las lesbianas que crían niños no hacen esto, o por lo menos no llegan a ese extremo. Pero sí podemos decir que pudieron llegar a ese punto sin que nadie interviniera porque eran lesbianas. Sí podemos decir que querían la custodia del niños únicamente para torturarlo (me parece evidente después de lo comentado). Sí podemos decir que los casos de abusos de lesbianas hacia los niños que crían son frecuentes y se les echa tierra encima por razones de corrección política.

Y finalmente, sí podemos decir que se vengaron del sexo masculino en la persona de este niño de dos años. Las señales de tortura halladas en los genitales hablan bien claro.

Frente a este caso, los servicios sociales se han visto en el apuro de dar explicaciones, de justificar por qué nadie intervino antes. Servicios sociales, es necesario recordar, que no respetan la familia natural; que a menudo son enemigos de los padres y pueden quitar la custodia por razones odiosas como –por ejemplo- que los padres y los hijos tienen obesidad mórbida o su nivel cultural es muy bajo, o recientemente por razones ideológicas como la formación religiosa dada a los hijos.

¿Por qué el Estado, cosí invasivo y arrogante hacia las familias en tantas ocasiones, no intervino ante las señales que  había (porque las había)? La respuesta que dieron es que el caso “escapó a la detección del radar” de los servicios sociales.

Qué delicadeza en la expresión. Escapó a la detección del radar.

Lo expresaremos en lenguaje algo más llano: quienes vieron las señales de advertencia no hicieron nada porque estaban acojonados, ante la posibilidad de ser acusados de homofobia y de poner en discusión las “familias” homosexuales y la crianza de niños por invertidos. Es demasiado fácil imaginar cómo esas dos empoderadas sádicas habrían chillado histéricamente quejándose de homofobia, cómo las innumerables asociaciones basura de la lobby homosexual habrían puesto el grito en el cielo, si alguien se hubiera atrevido a acusarlas de maltratar a su hijo sin las suficientes pruebas.

Ahora, finalmente, hay pruebas suficientes: el cuerpo ultrajado y martirizado de un niño de dos años que ha vivido un infierno difícilmente imaginable.

La responsabilidad, por tanto, no recae solamente sobre el sadismo de dos perturbadas mentales, sino sobre una sociedad enferma. La verdadera razón de que este niño haya sido torturado hasta la muerte sin que nadie interviniera la debemos buscar en la delicadeza de los servicios sociales hacia los homosexuales, en sus radares defectuosos sensibles al género, en la continua propaganda homosexualista en los basurmedios de comunicación, en la miserable legislación subversiva del orden natural de las cosas, promotora de la degeneración y la aberración.

Estas son las verdaderas razones del martirio de ese niño, cuya foto no la veremos por todas partes porque no es una víctima políticamente correcta.

El padre de este niño existe, no se trata de adopción o fabricación en laboratorio. Pero la custodia la tenía la madre. Y este es precisamente el índice definitivo de la degeneración de nuestra sociedad, de un Occidente convertido en un estercolero repugnante, enfermo y podrido hasta la médula: que la custodia de un niño no la tenga su padre sino una pareja de lesbianas.

Max Romano

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Un asco debo decir pobre niño Dios lo tenga en su gloria y no deje a estas ratas cuzcas sin castigo

Anónimo dijo...

Pero al menos han sido castigadas por la justicia britanica. Pensemos cuantos inocentes sufren maltrato sin que las culpables sean castigadas como se merecen.
Me gustaria tener mas informacion sobre el suceso.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Con tu texto pareces insinuar que ni un padre golpea a sus hijos, que no existe maltrato. Esa misma delicadeza de la que acusas a quienes aparentemente ignoraron el caso por tratarse de lesbianas, la aplicas a los hombres.

Para ti las mujeres son las malas del cuento y los hombres víctimas. Sólo buscas igualdad cuando los hombres son afectados pero luego cuando algo beneficia más a los hombres que a las mujeres ahí si apelas a las diferencias entre ambos sexos.

No es la primera vez que leo tu blog, revisando otros posts aprecio que denominas a la mujer como una idiota, con menor inteligencia que el hombre sólo por el hecho de serlo.

Y no, no vengo a hacer "propaganda" feminista. Al contrario, pienso que a las personas con tu mentalidad y a las feministas les hace falta autocrítica.

Anónimo dijo...

Al anónimo del 23 de junio a las 7:58

Lo que está diciendo Oso es que sobre esta noticia se ha pasado de puntillas, y en algunos casos se habrá ocultado la naturaleza de esta pareja, o simplemente, se pasa de puntillas porque son invertidas.

A partir de ahí, lo demás sobra.

Max Romano dijo...

Al Primer Anónimo

En ningún momento digo o insinúo que si el padre golpea a los hijos no hay maltrato. Eso sí, hay que distinguir entre el castigo justo y el maltrato, pero no es el tema aquí y ciertamente si hay maltrato, puede venir tanto del padre como de la madre, o del engendro que la sociedad llama "progenitor 1" o "progenitor 2".

Yo no busco la igualdad, sólo el tratamiento justo que no es precisamente la igualdad. Y efectivamente hoy las mujeres en una gran proporción son las "malas del cuento" porque tienen la sartén por el mango y se aprovechan con mala fe infinita de las leyes y la justicia, totalmente parciales a su favor.

Tampoco considero a la mujer como idiota ni mucho menos, faltaría más: un sexo idiota nunca habría logrado dominar de esta manera al varón, ni alcanzar este grado de perfección en la manipulación y el lavado de cerebro.

Otra cosa es que considere profundamente estúpida a la mujer actual, en un sentido diferente y más profundo, pero tengo la misma opinión del hombre de hoy.

Ya es algo positivo, al menos, que pienses que las feministas necesitan autocrítica. En cuanto a mí personalmente, la suelo ejercitar, pero los resultados no tienen porqué ser alinearme con las vulgaridades dominantes y el discurso actual.

Anónimo dijo...

Oso, tienes toda la razon. El varon -en una abrumadora mayoria, ha sido totalmente sometido al empoderamiento del feminismo.
Los pocos que aun mantenemos un apice de dignidad masculina, nos sentimos como proscritos en el trabajo y el entorno social en que vivimos.
Se que no sera tarea facil, en ella estariamos muy pocos, pero no se podria formar un nucleo de hombres on las ideas claras para sentirnos un poco apoyados entre nosotros.
En eso las mujeres han sido mas inteligentes, han sabido organizarse y luchar, y con optimos resultados.

Anónimo dijo...

Que ascazo, ese par de bolas sebosas que han de buscarse el bollo carne adentro llevan su puerquez al pobre crío...que, lo digo sin ofender, de mayor será posiblemente un gilipollas y tal vez un mariconazo.
Esas bolas sebosas empezaron a ver de crías que no podían follar con el capitán del equipo de futbol y se hicieron las especiales...y de repente...premio! las bolas bolleras se pusieron de moda gracias a Judy Chicago y soplapollas que manipulan el discurso feminista del XIX. Para su sorpresa los hombres se ponían cachondos gracias a una maquinaria publicista inventada por sus abuelas, eran deseadas...e incluso..."eruditas"...manda huevos
Pero lo peor de esta puta lacra es que van como los hongos, propagándose, ganando terreno en términos de derechos sociales para lamerse sus coños y ahora para joder a críos probeta o adaptados, que no adoptados.
Hastag el mundo se desmorona punto com barra odio al mundo a ver si explota de una puta vez
Un abrazo

EL PENSADOR