miércoles, 1 de septiembre de 2021

CUARTA LÍNEA DE NECROSIS. LA HOSTILIDAD CONTRA LA POLARIDAD SEXUAL Y LAS IDENTIDADES DEFINIDAS: IDEOLOGÍA DE GÉNERO

 

 



En la tercera línea de necrosis se hablaba de la igualdad de género como un odio contra la vida y las diferencias, que son la sal de la vida; en particular la diferencia entre hombre y mujer que estúpidamente se intenta reprimir, ocultar, deconstruir según esa palabreja tan de moda y que resume mucho del espíritu de este tiempo decadente.

Ampliando el discurso y partiendo de lo anterior, esta lucha contra la salud y la vida se expresa también en el odio contra la polaridad sexual, llegando a la negación misma de la biología humana en nombre de la ideología.

Esto tiene dos nombres: ideología de género y agenda LGTB. Es una guerra contra la realidad, contra el hecho básico de que cada célula de nuestro cuerpo tiene un sexo masculino o femenino; contra la evidencia, que todos han sabido siempre hasta que los estúpidos de la igualdad han llegado para decir que lo blanco es negro: los aparatos reproductivos, el cuerpo, la mente y el instinto sexual están organizados alrededor de esta polaridad binaria, lo que da una base más que suficiente para un criterio de normalidad y anormalidad.

Con todas las variaciones que puede haber y siempre han existido, porque no somos como los animales y no tenemos el comportamiento programado; con toda la consideración y el reconocimiento de aquellos casos humanos de imperfecto o anómalo desarrollo sexual, falta de armonía entre cuerpo y mente, desequilibrio entre genética y hormonas y psicología. Todo lo que queramos; pero lo que no podemos aceptar es la destrucción del concepto de normalidad sexual, el rechazo de la polaridad sexual entre lo masculino y lo femenino.

Esta guerra contra la realidad y la naturaleza humana es el núcleo de una serie de tendencias aberrantes que nos están imponiendo como ideología oficial, que ya han llegado a las escuelas sin que los padres se enteren, porque lo han hecho trabajando como reptiles que se mueven en la sombra para evitar la detección obligar a las familia a aceptar el hecho consumado; se entiende aquellas familias que no han logrado corromper con su ideología.

La expresión de estas tendencias puede ser tanto la ideología de género propiamente dicha como las agendas de las varias lobbies LGTB. Acerca de la llamada ideología de género, ésta pretende la sustancial irrelevancia del sexo biológico, sosteniendo que el género es una pura construcción cultural; con ello se revela como una apología de la confusión sexual y el intento de crear una humanidad melaza de seres indefinidos y confusos. En cuanto a la agenda de las varias lobbies LGTB y las demás letras que van añadiendo cada cierto tiempo, su programa es la normalización de las desviaciones y las situaciones anómalas de imperfecta o incompleta diferenciación sexual.

Una agenda perversa que ya ha llegado a la educación de nuestros hijos en la forma de fomento de la transexualidad, ingeniería sexual de los niños, corrupción de menores favorecida desde el Estado por una clase política canalla que. Dos aberraciones repugnantes que van de la mano, en una alianza perversa contra la biología humana, una guerra demencial y delirante contra un dato tan básico como la separación en dos sexos de la especie.

Pero la separación sexual, además, es un principio válido más allá del nivel puramente biológico; es parte de la realidad humana a todos los niveles, como ha sido reconocido en todas las épocas y habiéndose llegado, en algunas culturas, a imaginar deidades masculinas y femeninas e incluso cultos religiosos y rituales diferenciados. Este principio de polaridad sexual es perfectamente válido y universal (una de las pocas cosas de verdad universales) tanto para quien piense que somos sólo biología, como para quien, al contrario, incluya en su mundo la dimensión de algo que vaya más allá de la simple materia.

Como seres humanos, no somos asexuados ni andróginos ni hermafroditas ni cambiamos de sexo como hacen algunas especies animales, excepto en alguna fantasía delirante de ciencia ficción feminista.

El conjunto de todos estos fenómenos que podemos llamar del género estropeado es el síntoma de una profunda enfermedad social. La salud y la vida están en la diferencia y la polaridad sexual, en las figuras diferenciadas de padre y madre, en los roles distintos y la existencia de vías diferentes para el hombre y la mujer. Todo ello es expresión de la naturaleza humana, indispensable en una sociedad sana, armoniosa y vital; precisamente por esto es combatido sin tregua por los apólogos de la anti-vida y la degeneración.

 MAX ROMANO

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Oso, sigues clamando en e desierto. Tienes razón en cuanto dices, pero todo esta "ideología de género" que padecemos tiene como consecuencia día factores: el primero, una lucha constante prolongada durante décadas por los defensores de esta ideología, donde han tenido que mantener una lucha constante para imponer sus ideas hasta introducirse en las estructuras del poder y, segundo: la actitud de la gran mayoría de la sociedad civil que ha claudicado cobardemente ante sus imposiciones antinaturales. Han pasado muchos años desde que se promulgaron las primeras leyes contra el el varón desde aquel lejano 2004 y, sin embargo, que respuesta pública se ha dado a las mismas?. Sólo el silencio y la resignación (con contadisimas excepciones) ha hecho acto de presencia. Parece ser que hoy por hoy el sexo masculino es incapaz de movilizarse demandando la abolición de unas leyes que le anulan jurídica y socialmente. No, no nos engañemos aquí hay dos posturas bien definidas: la de quienes durante décadas han luchado para imponerse, y la de los que, cobardemente, no han sido capaces de defender sus legítimos derechos.Ahora viene mi pregunta: estaremos asistiendo al desmoronamiento de la masculinidad en occidente?

Max Romano dijo...

Es cierto tu comentario y tu análisis, sin duda. En efecto sigo clamando, si no en el desierto profundo al menos en terreno desértico. Hay una cierta reacción que no existía cuando comencé con este blog hace trece años (2008)y en plena implantación de la tiranía feminista con Zapatero; una reacción que se expresa en VOX pero es totalmente insuficiente y de entidad mucho menor de lo que podría esperarse.

Tu pregunta tiene respuesta simple y descorazonadora: la masculinidad está ya desmoronada en Occidente; la secta feminista y la ideología de género prevarican a placer no sólo porque los poderes ocultos les apoyan, sino sobre todo porque no tienen a nadie delante. El hombre occidental ha sido reducido a un planchabragas pelele y conformista, sin carácter, sin cultura, sin criterio y sin cerebro para lo realmente importante, en todo sometido al principio femenino.

Si te digo la verdad, siento ya fatiga de escribir sobre todo esto. Estoy ultimando mi próximo libro llamado "Crónicas de la tiranía feminista" que recoge y dessarrolla todo lo que he escrito estos años sobre este asunto, actualizado y ampliado con muchos contenidos adicionales. Saldrá para las Navidades.

Después de esto considero que he cumplido con la mayor parte de mi tarea en este ámbito. No dejaré de ocuparme del tema, con artículos ocasionales y como parte de futuros trabajos de más amplitud, pero lo esencial lo he comunicado ya y tengo unos cuantos proyectos para el futuro que me atraen más. Efectivamente, no vale la pena dedicarse demasiado a este tema cuando es predicar en el desierto y la mayor parte de los potenciales destinatarios ni siquiera lo merecen.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hay qué seguir clamando, algún día toda esa sinrazón caerá por su propio peso y entonces solo unos pocos podremos decir qué luchamos contra esa dictadura. Angel Garcia.

corbisergi@gmail.com dijo...

Me niego a convertirme en un planchabragas yo que compro camisas arrugadas para evitar planchar....y si es una pena pero es un discurso estéril que cae en saco roto: como clamar en los Monegros o Mongolia lo mismo ...saludos Oso