viernes, 6 de mayo de 2016

HARTO DE ESTUPIDECES




Cualquiera que tenga dos dedos de frente y un mínimo de sensibilidad (la verdadera, la auténtica, no esa cosa que el decadente llama “sensibilidad”, grasienta y mórbida, pegajosa y fofa como un molusco muerto) siente que la sociedad actual ha colmado su medida interior para las imbecilidades.

Con otras palabras, uno está harto de estupideces. Así que pongamos algunas cosas en su sitio.

Viva el juguete bélico y vivan los bofetones a tiempo a los niños. Vivan los educadores que incitan a los niños a jugar y no a socializar. Vivan las obras y los discursos, en todos los campos, en los que se ensalza el patriotismo, la familia, el heroísmo y los valores guerreros, el sacrificio y la comunidad. Abajo los bodrios infumables con los que nos quieren reeducar en el mediocre moralismo barato igualitario y su fangoso, trasnochado sustrato mental paramarxista-freudiano.

Vivan los estereotipos de género, sexistas y patriarcales, símbolo de salud y civilización. Vivan las películas en las que los malos no son víctimas de la sociedad, sino hijos de mala madre puestos en libertad por abogados izquierdistas, donde a los villanos les vuelan la cabeza héroes como debe ser: políticamente incorrectos, incorregiblemente y rigurosamente machistas, que ostentan un soberano desprecio por sociólogos, psicólogos y toda la morralla progresista que lleva decenios infestando Occidente.

Podrán parecer nimiedades y cosas secundarias, o serlo efectivamente; pero es que el veneno entra en pequeñas dosis y cuando nos queremos dar cuenta, ya estamos envenenados.

Lo que quiero decir es que debemos aprender a vivir, a entretenernos, a sentir dentro de nosotros siguiendo el principio férreo de rechazar lo que el sistema, sus malos maestros y sus ideólogos  han preparado para nosotros.

Fuera de nuestra mente su televisión, sus repugnantes productos que tienen, siempre, un contenido ideológico y un veneno oculto; desdeñemos sus formas de entretenimiento, los modelos de vida que nos propone el sistema, nunca inocentes sino cargados de decadencia. Fuera sus expertos y sus malos consejeros. Fuera sus mercenarios de la degeneración pagados para corrompernos a nosotros y a nuestros hijos.

No aceptemos todo lo que se nos propone, encendamos el cerebro y tengamos sentido crítico. Hagamos el esfuerzo de salir de la pasividad que quieren de nosotros para mejor meternos su inmundicia en la cabeza. Hagamos el esfuerzo de seleccionar, de buscar, de crear nuestro entretenimiento, nuestro ocio y nuestra ocupación del tiempo.

No es difícil en absoluto orientarse: en todo lo que el progresismo ve con malos ojos, ahí está la libertad y la regeneración. Aprendamos a encontrar nuestra verdad en nuestra cultura: en nuestra música popular y música clásica, en nuestra literatura, en nuestras tradiciones populares, en nuestro arte figurativo, en nuestros cuentos políticamente incorrectos de príncipes y princesas como debe ser, en vez de repelentes princesas guerreras, hadas vulgares y ordinarias, orcos buenos y príncipes calzonazos.

Una lectura meditada de uno de los clásicos, una contemplación serena de Velázquez o El Greco. Una visita a un castillo medieval de los muchos que se conservan, imaginando una atroz batalla concluida con una exaltante matanza de infieles o de enemigos de la Patria, seguida por la emotiva sepultura de los caídos.

Existen múltiples puertas que nos abren la verdad de lo que fuimos y que están ahí, porque fueron el producto del inconsciente de nuestros pueblos, son una posibilidad justo bajo la superficie de la conciencia envenenada por el sistema; entreabrir una de esas puertas, que pase un rayo de luz, puede ser suficiente para descontaminar la mente, mostrar en toda su miseria y su bajeza el verdadero nivel de la “cultura”, la “educación”  y los “valores” que se nos quieren proponer hoy en día.

Max Romano

7 comentarios:

TonySteglich dijo...

Como siempre exposición brillante

Marcos Vásquez Mazzotti dijo...

Rotunda veracidad suscribo

Marcos Vásquez Mazzotti dijo...

Rotunda veracidad suscribo

Anónimo dijo...

Jajaja! si señor, con dos cojones...

Anónimo dijo...

Muy bueno

Unknown dijo...

El nuevo orden mundial maneja nuestra vida y lo tiene todo muy bien atado: políticos, medios de desinformación, educadores corruptores, el dinero...

Ir contra ellos es peor que nadar contra corriente, porque tienes la incomprensión social y hasta de la família, pareja...

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.