Hace unos días fui invitado a una
conferencia que en principio trataba sobre el tema de la ideología de género,
aunque luego se habló también de feminismo, y muy especialmente de las leyes y
la práctica judicial introducidas por dicha ideología en España. Leyes y
prácticas que prácticamente liquidan el Estado de derecho en nuestro país
cuando se trata de ciertos temas. Como quedó claro tras las intervenciones, se
ha pervertido ya la justicia hasta el punto de que podemos casi calificarla
como soviética, destinada a castigar
a los enemigos de clase, esto es a los varones.
Después de todo el modelo
soviético sigue siendo el triste sueño húmedo de los progres de todo el mundo y especialmente de los nuestros, anclados
mentalmente en la Guerra Civil y el franquismo. Pero la situación española es un
poco particular. Estaríamos equivocados si pensáramos que se trata de un
problema español o que cuando se vaya Zapatero va a cambiar un ápice de todo ello.
Ninguna de las leyes injustas y persecutorias que padecemos –centrándonos en el
ámbito limitado de la ideología de género y el feminismo- es exclusiva de
nuestro país o ha sido el parto monstruoso de nuestros compatriotas. Son la
aplicación de directivas europeas y de políticas impulsadas desde la ONU, una
ideología que se impone a toda fuerza política que quiera ser respetable, pena la demonización y la
persecución por parte de los que realmente mandan, esto es los que tienen el
dinero y dan instrucciones a los medios de comunicación y a los políticos.
Por tanto estas leyes tampoco
serán derogadas cuando la mal llamada oposición
llegue al poder. De los partidos mainstream
actuales bien poco se puede esperar porque en el fondo son lo mismo y obedecen
a los mismos amos, simplemente se reparten el trabajo. Esto es así no sólo en
el tema que nos ocupa, que es sólo un fragmento del cuadro, sino en general:
Los unos –la derecha- tienen la
tarea de volver al hombre cada vez más consumista, adorador del “dios dinero” y animal económico, centrado
en la búsqueda compulsiva de más bienes materiales y más riqueza; los otros –la
izquierda- tienen la tarea de destruir la familia y las tradiciones, las
diferencias sexuales, disgregar la sociedad, anular los valores cualitativos y
las diferencias.
Cuando la gente se aburre de unos
los otros les dan el relevo, y este juego -que se repite hasta la náusea- es en
mi opinión bastante evidente, en cuanto ninguno de los dos deshace lo que ha
hecho el otro, como no sea en bobadas sin importancia real. El ciclo de textos
de Massimo Fini que en este período estoy poniendo en el blog "el velo rasgado" trata también de estas cuestiones.
Como confirmación de lo apenas
comentado, debo notar que difícilmente uno de los partidos principales o
considerados respetables habría
acogido esta conferencia o dado oportunidad de hablar a la asociación
Pro-Justicia, que se bate por denunciar los atropellos de la tiranía feminista
en el ámbito judicial.
La conferencia fue organizada por Democracia Nacional, partido cuyo interés principal no es
ciertamente la ideología de género o el feminismo, pero es receptivo a estos
problemas, que son de la máxima relevancia e ignorados por los demás partidos. Lamento sólo que fuéramos tan
pocos, porque una conferencia de alto nivel como la que he visto merecería ser
escuchada por algo más que la treintena de personas que allí estábamos.
Uno puede pensar que éramos tan pocos sólo porque DN es un “partido
maldito, más que la misma asociación pro-justicia” –tomando prestadas las palabras
de su presidente- pero creo que es difícil para esta asociación ser escuchada
en cualquier caso, y menos aún en las sedes de la política o en los medios que -de
boquilla- representan e informan a los ciudadanos. Las barbaridades denunciadas
por esta asociación son enormes y vergonzosas, pero como se oponen a la línea del
poder que nos controla se las considera extremistas.
La palabra extremista, como muchas otras, no significa absolutamente nada,
simplemente sirve para criminalizar aquello que cae fuera de lo que los amos de
la sociedad consideran aceptable. Esto vale para ideas, asociaciones, partidos
políticos. No dudo que en Arabia Saudita sea extremista pensar que las mujeres deberían tener derecho a votar o
a conducir, o sostener simplemente que llevar un crucifijo no debería estar
prohibido.
Este es el enlace de la
Asociación Pro-Justicia
También doy este otro que
profundiza más en algunos puntos:
Sin pretender hacer una relación
completa trataré sólo algunos puntos y haré alguna reflexión, para no repetir tampoco lo comentado en
las –muchas- entradas de este blog dedicadas al tema. Pongo también el enlace directo al sumario de la conferencia publicado por los organizadores. Aunque nada puede sustituir la asistencia personal, este sumario dará al lector una buena idea del contenido:
Conferencia sobre ideología de género del 1 de Octubre 2011
Conferencia sobre ideología de género del 1 de Octubre 2011
En una primera intervención, la
única dedicada realmente a la ideología de género porque las demás se centraron
más bien en las leyes y la justicia específicamente feministas, se habló de
cómo esta ideología pretende destruir las diferencias entre hombres y mujeres o
relativizarlas, introduciendo el género en
vez del sexo y considerándolo una construcción cultural, que puede corresponde
o no al sexo biológico. Se habló de cómo esta especie de secta –creo que merece
este nombre- bien financiada y apoyada políticamente, pretende negar la
naturaleza humana y realizar un proyecto de ingeniería social, sustituyendo la
sana polaridad entre hombres y mujeres por una mezcla de seres que no son ni
una cosa ni otra, en la cual cada uno “elige” lo que es como si se tratara de
marcas de yogur en un supermercado. Correctamente se puso el acento en el
aspecto espiritual de la cuestión, como parte de un proyecto destructivo de la familia y la
sociedad.
El aspecto económico, el tinglado
millonario que se mueve y trae beneficio de esta degradación y decadencia social,
son quizás lo que mueve concretamente a las personas, pero no su razón última y
profunda. Las máquinas se mueven por engranajes –los sistemas judiciarios y las
leyes- y son impulsadas por combustible –el dinero y los intereses económicos-.
Pero por una parte los mecanismos son impersonales y no tienen voluntad, por
otra el afán de lucro no ve más allá de sus narices, no ve el cuadro global. Lo
que cuenta es el diseño detrás de la
máquina y la voluntad que la mueve.
Y ésta –repito- es una clarísima voluntad
de degeneración y disolución, satánica
si queremos utilizar un lenguaje cristiano, con el significado de una voluntad
que pretende degradar al hombre y reducirlo a su ser más inferior.
Los
siguientes oradores se centraron de manera concreta en la legislación y la
justicia. Hablaron de la persecución contra quien en la Administración de
Justicia no se doblega a las imposiciones feministas y de la unanimidad con que estas leyes se
aprueban en los parlamentos, donde nadie tiene los atributos de votar en contra
–como mucho alguno sale del aula para no votar- porque hacerlo significa probablemente
un suicidio político. Por grande que sea el atropello que se está introduciendo
y evidente la injusticia.
Injusticias
como el doble rasero con que se juzga una acción, con penas diferentes si el
que la comete es hombre o mujer. Pero no sólo esto, sino que también la misma
acción es delito si la realiza un hombre
y no lo es si la realiza una mujer: los insultos por ejemplo. Algo que en
cualquier caso jamás debería ser delito ni del interés de la
Magistratura-Gran-Hermano que se mete en todas partes, pero que resulta
doblemente aberrante por el hecho de que un hombre puede ser condenado por
cualquier cosa y una mujer puede hacer lo mismo o cosas mucho peores sabiendo
que se va a ir de rositas…
O como
la aberrante inversión de la carga probatoria en las acusaciones de molestias
sexuales, impuesta por directiva europea; esto significa que es el acusado
quien debe demostrar su inocencia en vez de quien acusa. Algo repugnante para
cualquier persona con un mínimo sentido de la justicia, pero la apisonadora
feminista puede con todo. Hablar de justicia con leyes como éstas ya no es más
que un chiste de mal gusto.
Volviendo
a la unanimidad con la cual las leyes feministas se aprueban, parece que en
esta cuestión, evidentemente en las llamadas democracias hay menos pluralidad que muchas dictaduras…a nuestros
diputados les ha faltado sólo aplaudir al unísono, todos a la vez, como en los
parlamentos de la Unión Soviética y los demás paraísos socialistas. Esta unanimidad es lo que da la auténtica
medida de la tiranía en que vivimos.
Se
habló también de los intereses económicos que hay en juego y viven de la
destrucción de las familias, de la industria del maltrato y de las
separaciones. Y especialmente de las leyes con
perspectiva de género. No se trata solamente de las infames Ley de
Violencia de Género y Ley de Igualdad, o de la amenazada Ley de Igualdad de
Trato, es que cada ley promulgada debe tener en cuenta la perspectiva de género, incluyendo apartados específicos. Es decir se
trata de introducir el sexo donde no tiene nada que ver. Porque normalmente lo
lógico sería tener en cuenta las diferencias sexuales cuando sean relevantes.
Por ejemplo el diseño de urinarios y de ropa interior seguramente se hace -desde
siempre- con perspectiva de género sin
necesidad de directivas europeas o de leyes especiales, o de que presuntos
expertos reflexionen sobre ello. Pero en otros campos uno no entiende muy bien de
qué se trata.
Es como
si esta gente estuviera dominada por una manía o una fijación que les hace ver
sexo –o género- por todas partes,
como los adolescentes que no piensan en otra cosa o la reina de Inglaterra que
en la época victoriana mandó alargar los manteles que cubrían las patas de sus
mesas, por las asociaciones sexuales sugeridas por un mantel demasiado corto…
Qué
significa concretamente la perspectiva de
género no está, pero podemos estar seguros al menos de esto: como mínimo significa
discriminación positiva y privilegios
específicos para favorecer a las mujeres.
Concluyendo
la conferencia, el último ponente habló de su experiencia personal con la
justicia y nos dio un testimonio de primera mano de su aberrante funcionamiento
en nuestro país. Personalmente fue la parte que más me sorprendió, pues si bien
conocía la existencia de las leyes persecutorias, de los tribunales especiales
contra los varones y de las campañas en los medios, no esperaba que la práctica
judicial estuviera degenerada y corrompida hasta este punto.
Se
habló de jueces que no tienen en cuenta las pruebas objetivas y las consideran
como inexistentes de frente al testimonio de la mujer, al que dan una validez
absoluta. No es que sean todos así naturalmente, pero hay muchos, cada vez más
y seguramente todos los de los tribunales especiales contra la violencia de
género, la reencarnación política de los tribunales especiales de las
dictaduras para perseguir los delitos políticos y los enemigos de clase. Pero
lo que más me ha llamado la atención -y era algo que ignoraba completamente- es
la utilización de fantasmales técnicas para interpretar el lenguaje corporal y emitir
veredictos basados en ello.
Este es
el arbitrio supremo, por supuesto, y la medida definitiva de la degeneración de
la justicia. Frotarse las manos, tocarse la nariz o hurgársela, una cierta
dirección de la mirada, movimientos de cuello o, porqué no, rascarse compulsivamente los
atributos –este último indicio de culpabilidad es mi aportación personal a esta
valiosa rama de la ciencia-, todo esto puede ser indicio de culpabilidad o de
que se está mintiendo, tener más valor que las pruebas objetivas o ser un
elemento más decisivo que las contradicciones en el testimonio de la otra
parte…
Los
criminales de profesión y los farsantes harán un brindis a la salud de estos métodos judiciales y seguramente se dejarán asesorar, para
perfeccionar sus habilidades aprendiendo el lenguaje corporal. Así sabrán cómo
engañar a los juececillos dotados de esta habilidad especial –adquirida
seguramente en un cursillo de formación- para distinguir infaliblemente lo que
hay en el corazón de las personas.
Por
otra parte los pobres diablos que no tienen de su parte más que su inocencia y
la verdad, pero se ponen nerviosos o tienen tics o no saben fingir, lo tienen
crudo y pueden estar seguros de que caerá sobre ellos todo el peso de la ley.
Espero
no verme nunca en esa situación, porque como tiendo a ser algo nervioso, de manera natural
y en condiciones normales realizo una cierta cantidad de movimientos inútiles. Sometido a la tensión de un juicio y de frente a este
tipo de justicia, estoy seguro de que me iba a ganar a pulso el máximo de la
pena.
El
ponente usó las palabras “irracionalidad
combinada con el arbitrio” para describir estas prácticas grotescas y el
sentimiento de indefensión y e impotencia que conllevan en quien es víctima.
Arbitrio, sí, pero lamentablemente no se trata de irracionalidad. Muy al
contrario todo ello es demasiado racional porque no golpea ciegamente siguiendo
la ley del azar. Se condena en perspectiva
de género: es decir –ya todos comprendemos el triste significado real de
esta expresión- contra el varón. A priori esto no está escrito, naturalmente:
podemos imaginar estas aberraciones, esta grotesca distorsión de la justicia,
aplicada sistemáticamente contra la mujer. Lo cual por supuesto sería igual de
condenable.
Pero no
es así. La magistratura está infectada de feminismo, una fuerza tan potente y
eficaz en su labor que ha reducido el derecho a una caricatura de sí mismo,
utilizándolo para sus propios fines. Por tanto el arbitrio y la irracionalidad
se aplican solamente en un sentido. Podemos estar seguros de que un juez que
utilizase estos métodos al contrario o de una manera que no agrade a las
feministas sería perseguido y exhibido como enemigo público y la misma
encarnación de la injusticia.
De
hecho, jueces y juezas son perseguidos efectivamente por ellas y se les intenta arruinar,
pero no por este tipo de injusticias sino simplemente por intentar aplicar
justicia, respetando los principios de objetividad y rigor que ha costado mucho
establecer y han tenido validez hasta que la inmunda marea feminista ha ocupado
el Estado. Valga el ejemplo del juez Serrano del que he hablado alguna vez, y
también el de alguna mujer que ha intentado poner coto a este arbitrio.
Sin más
que añadir el Oso se despide hasta la próxima.
9 comentarios:
no me hubiera importado asistir a esta interesante conferencia. que añadir, si es que pensamos igual. yo creo que el deseo de tipejas como las que salen en el cartel de la conferencia, seria llevarnos a los tios a latigazos, literalmente. aunque yo aun creo, que las injusticas que el feminismo hace sobre los hombre, con el cambio del poltrona que suponemos se producira el 20n, la cosa cambiara.
saludos
Muy interesante el resumen, seguro que la conferencia también mereció la pena.
Me interesa mucho ese paralelismo que haces entre el concepto enemigo de clase marxista y enemigo de género femenista. Estructuralmente viene a señalar lo mismo: el ansia represiva de una ideología de represión y terror sobre todo orden natural.
También eso que dices acerca del reparto de papeles entre los dos partidos principales, PP y PSOE. Lejos de lo que la gente piensa, cada mandato de uno y otro aprieta más las tuercas en el sentido del logro de su proyecto común, que existe pues convergen.
La justicia está más que politizada, por eso aprueban estas aberrantes leyes de género, auténtico totalitarismo feminista que sólo busca humillar a los hombres. A parte claro está, tal como indica el artículo los intereses que hay alrededor de ello, subvenciones millonarias procedentes de la UE de las cuales viven mucha gente,vividores a fin de cuentas que viven de la mentira y la injusticia. Con el cambio de mandato después del 20-N la situación no creo que vaya a cambiar, ya que todas estas políticas de género al igual que las subvenciones son aplicadas desde la Unión europea(Unión gorrinera como dicen algunos).
El juez Francisco Serrano que ha sido inhabilitado durante dos años por los propios juezes del TSJA es un ejemplo de integridad profesional e independiente que sólo busca la lógica natural.
Aconsejo ver el vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=rku9fdMyqMc
Me ha resultado gracioso encontrarme en un libro de Derecho Procesal el término "la juez". ¡Y yo que pensaba que ya lo habían reformado todo!...
Ya en serio, hace poco nos explicaron la "igualdad". Yo lo había leído previamente y me resultó gracioso encontrarme que las mujeres podrán participar en acciones militares, pero si fueran de las que exigen una alta condición física, sólo actuarían en ellas los hombres. Si a esto le unimos lo que sucede en las pruebas para acceder a la policía... ¿Dónde está la igualdad?
No sólo de alta condición física sino también de alto riesgo, como suelo decir quieren la igualdad pero para los buenos puestos, en los puestos de alto nivel en las empresas(o sea, los mejores) como suelen afirmar las llamadas feministas pero no pregonan la igualdad para coger un pico y una pala. De esta forma podríamos poner muchos ejemplos.
Excelente crónica y aún mejor análisis, permíteme felicitarte por este párrafo:
Los unos –la derecha- tienen la tarea de volver al hombre cada vez más consumista, adorador del “dios dinero” y animal económico, centrado en la búsqueda compulsiva de más bienes materiales y más riqueza; los otros –la izquierda- tienen la tarea de destruir la familia y las tradiciones, las diferencias sexuales, disgregar la sociedad, anular los valores cualitativos y las diferencias.
Saludos
Sí es cierto buen párrafo pero pienso que en el tema del consumismo es uno de los objetivos prioritarios del gobierno, mande la derecha o la izquierda,amnestesiar a la población con el consumismo es un instrumento del poder gobierne quien gobierne.
Es verdad que en el fondo ni derecha ni izquierda se oponen al consumismo porque son parte del sistema actual.
Lo que quería decir más precisamente es que la derecha liberal, la única que tiene peso actualmente, pone el acento en la economía, el mercado y una idea del hombre y de la sociedad explícitamente centrada en este nivel.
Mientras que la izquierda está igualmente ligada al gran capital pero no puede explícitamente mostrarlo. Porque su principal cometido es el que he apuntado, y sobre todo porque así pueden seguir engañando a la gran masa de personas que piensan que ser de izquierdas es estar contra los dueños del mundo. Esta es la impostura capital.
Respecto al feminismo no creo que cambie mucho con el 20N, veremos ciertamente un retroceso del fanatismo pero hasta mucha más gente debe tomar conciencia del problema para que algo suceda. En la Italia de Berlusconi, bestia negra de las feministas de todo el mundo, han sido aprobadas como aquí leyes profundamente injustas y punitivas contra los hombres, siguiendo directivas europeas. Al Berlusca le da todo igual, porque va a seguir teniendo sus putillas y sus fiestas "bunga-bunga"; ésta es su concepción del poder y del Estado.
En realidad no es posible considerar el problema del feminismo de manera aislada ni admite una solución separada del resto de las cuestiones actuales.
Las cosas cambiarán como parte de un cambio mucho más amplio que ponga en discusión todo el modelo de sociedad que nos están imponiendo y que me parece que ya "ha llegado al postre".
Buen artículo, Oso, gratifica saber que hay asosiaciones como la que mencionas. Me temo que el modelo de sociedad que tenemos no "ha llegado al postre". La alienación de las masas es cada día mayor, se sienten frustrados, amargados, pero no son capaces de reaccinar con una toma de posición combativa e inteligente. Siguen tragando tv basura y futbol en dosis masivas aunque estén con el agua al cuello. . La única contestación que vemos es la mascarada de los "indignados", que comenzó aquí con ciertas reivindicaciones válidas, pero que acabó degenerando en lo que es hoy: "una merienda de negros" bien manipulada desde ciertos sectores del poder.
LEG
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