martes, 12 de julio de 2011

EL INTERÉS DEL MENOR

Hace tiempo escribí una entrada en este blog sobre el tema de la custodia compartida y sus implicaciones. La ocasión fue una ley aprobada por las Cortes de Aragón que introducía esta modalidad en caso de separación, con la idea de proteger el interés del menor, estableciendo como principio que ambos progenitores deben tener un papel en su educación y cura.


Comentaba en el artículo que se tartaba de una señal positiva, aunque esa ley no estuviera exenta de trampas, la más importante siendo la denegación de la custodia compartida si hay una denuncia por violencia machista. Esto evidentemente la volvía bastante inoperante, y limitaba mucho el poder absoluto que la mujer tiene para expulsar al padre de la vida de sus hijos. Esto por desgracia será así mientras la infame ley de violencia de género siga fomentando, legitimando y dando un respaldo legal al continuo atropello feminista contra los hombres.

De la expulsión del padre de la vida de los hijos por culpa de la mala baba de ciertas mujeres hablaré en una próxima entrada, pero hoy el tema es otra ley de custodia compartida en la comunidad valenciana, ley que el gobierno central está intentando tumbar:


En aquella ocasión ya comenté la miserable posición de las feministas y sus pobres siervos, su oposición por principio a este tipo de iniciativas y su obsesión por negarle cualquier derecho al padre. Naturalmente esto no ha cambiado un ápice: para esta gente no tiene mayor importancia que su integralismo hembrista perjudique a los hijos de manera evidentísima, importa sólo llevar adelante su guerra sucia contra el padre.

En realidad empiezo a pensar que las asociaciones de hombres feministas son solamente cortinas de humo subvencionadas y en realidad no representan a nadie; su única función es lavar el cerebro a los hombres, confundirlos y engañarlos mejor. Son el exacto equivalente de las fuerzas colaboracionistas que un invasor recluta entre el pueblo agredido. Siempre habrá traidores, sabandijas y oportunistas dispuestos a ello.

Es positivo ciertamente que una cierta conciencia de estos temas empiece a abrirse camino. Las consecuencias nefastas de la tiranía feminista ya tocan directamente a mucha gente, y no a un nivel abstracto, lejano, teórico, sino de manera muy concreta: padres y abuelos separados de sus hijos y nietos, niños a los que se niega un padre, con graves perjuicios para ellos, que sólo se pueden ignorar mirando para otro lado. Una frase extraída del comunicado de una de las asociaciones promotoras:

“Condenamos la deriva tomada por este Gobierno hacia un falso feminismo, de carácter totalitario y excluyente, que tanto dolor esta causando y que sólo pretende un revanchismo que está abocando a los hombres y mujeres a una guerra constante"

Aunque -repito- es una excelente señal el que ciertas cosas se empiecen a comprender y a decir en voz alta, debo hacer notar que tampoco aquí se tiene el valor de ir hasta el fondo y llamar a las cosas por su nombre; se sigue pagando un tributo a la corrección política. No se trata como dice el comunicado de un falso feminismo, o de un feminismo radical, o amenidades parecidas. Los adjetivos sobran porque se trata del verdadero, auténtico y único  feminismo; su feo y contrahecho rostro es el de la guerra continua, incansable, fanática, contra el hombre.

Quien se opone las reformas como la custodia compartida, defiende una completa exclusividad materna sobre los hijos, despreciando totalmente el valor del padre y considerando evidente que en caso de conflicto es él (pero no su dinero) quien debe salir de la vida de los hijos. Este menosprecio del padre está muy en línea con el modelo descompuesto de típica familia moderna, fábrica de débiles mentales y mamarrachos mimados, en la cual el papel del hombre es sólo traer el dinero y ser el chico de los recados de la madre.

Pero, más allá de quién deba salir ganando en el conflicto entre padre y madre, todos parecen estar de acuerdo en que lo prioritario es el interés del menor, todos se llenan la boca con esta expresión.

Así pues ¿Cuál es realmente el interés del menor? ¿Qué es lo mejor para los niños?

Según la práctica común y la mentalidad actual, en caso de separación se considera que en principio lo correcto y natural es que la madre se quede con los hijos, y al padre -si acaso- se le concede poder verlos y pasar un tiempo con ellos.

Ya esto es de entrada totalmente equivocado y no hay que aceptarlo: es un punto de vista cargado de propaganda feminista y desciende de una orientación matriarcal de la sociedad. Dejando bien claro que ambos progenitores son necesarios y lo mejor para los hijos es que ambos estén presentes, no está escrito en ninguna parte que en caso de conflicto sea la mujer la que deba necesariamente seguir viviendo con los vástagos, y que el padre pueda verlos sólo en un régimen de visitas. Pensar así significa poner anteponer el interés de la mujer, su deseo de mantener cerca de sí los hijos, al interés de éstos.

Aceptar estas premisas significa asumir como punto de partida las tesis del feminismo, y hace aparecer la custodia compartida como una exigencia de privilegios por parte del padre o una gran concesión, cuando es apenas el comienzo de una mínima justicia y desde luego está aún muy lejana del verdadero interés del menor. Es simplemente un recuperar parte de una paternidad que ha sido robada. Robada a los padres y sobre todo a los hijos.

Es cierto que en los primeros años de vida del niño la madre es más importante que el padre y está más presente en su vida: lo ha llevado dentro, le da el pecho y tiene mucho más contacto con él como es natural y necesario. Pero a medida que el niño crece esta exclusividad de la madre va cediendo el paso a una mayor presencia e importancia del padre en el crecimiento y la formación del carácter. En general cuanto menor es la edad más fuerte es el predominio materno y en el caso lamentable de rotura de la familia puede estar justificado que se queden con ella, aunque en todo caso manteniendo siempre un contacto con el padre.

Pero cuando se llega a edades más avanzadas y sobre todo a la pubertad esto deja de valer. Porque los hijos varones necesitan aprender a ser hombres y las féminas a ser mujeres. Y es totalmente evidente que para este cometido quien está mejor preparado y es más necesario para el chico o la chica es el progenitor de su mismo sexo. Por tanto cuando llega esta etapa de la vida lo correcto es que los chicos estén con el padre y las chicas con la madre, aun cuando –repito- nunca se debe impedir el contacto con el otro progenitor. Esto es lo mejor para ellos; lo demás es propaganda, sectarismo y apestosa ideología antipaterna.

Pero yo voy a ir aún más allá. Es un hecho comprobado desde hace tiempo por estudios serios, por estadísticas reales y no manipuladas, que los menores a quienes les falta el padre tienen mayores posibilidades de caer en las drogas, de convertirse en delincuentes y de sufrir abusos sexuales. Asimismo también encuentran más dificultades en su carrera escolástica y profesional.

Referencias tengo para quien esté interesado en el tema. Esta es la realidad, diametralmente opuesta a la basura de la propaganda feminista, que esconde estos datos y aprovecha casos puntuales de padres indignos para lavar el cerebro a la sociedad y vender la mentira de que es mejor para los niños crecer sin un padre.

Creo que pocos discutirán que el interés del menor no es convertirse en un drogadicto o un delincuente juvenil, sufrir abusos sexuales o fracasar en su futuro profesional. Por tanto, dejando suficiente margen para la infinidad de casos individuales y sin negar que existen en cualquier caso muchos padres indignos, es evidente que en línea de principio el interés del menor es estar con su padre y éste debe tener la preferencia cuando la familia se rompe. Especialmente cuando se llega a la etapa crítica de la adolescencia. Lo demás es blablabla…

Viva el Padre. Malditas sean las ratas y las sabandijas que quieren destruirlo.

Saludos del Oso.

2 comentarios:

A.J dijo...

Esos hombres feministas, es posible que sean subvencionados(eso seguro, el PSOE subvenciona cualquier tipo de movimiento de subversión e ingenieria social) pero yo he notado que algunos son de tendencias homosexuales¿asimilación por ser afeminados?posiblemente, tambien hay algún debil mental que como buen borrego se deja llevar por el totalitarismo de la época.
Un saludo.

Max Romano dijo...

Puede que algunos sean homosexuales, pero el tema es complejo. Tengo algún conocido homosexual y no es especialmente favorable al feminismo. Al contrario, mi impresión es que a menudo no son sólo antifeministas sino también bastante misóginos.

Aquí intuyo que hay que distinguir entre tipos afeminados que se encuentran a gusto entre mujeres, y tipos no afeminados que mal las soportan.

Esto se puede comprender porque en ellos falta la atracción hacia la mujer, que es lo que nos nubla el cerebro y donde la mujer juega sus principales cartas. Justamente porque el hombre de hoy está centrado sólo en el sexo y el dinero, y volvemos con estio a un tema ya discutido en otras ocasiones.

Sospecho que la mayor parte de los hombres feministas son, o homosexuales afeminados, o borregos como bien dices, o también el típico "donjuan", que puede pensar que es muy hombre por ello, pero en realidad está siempre corriendo como un perrito detrás de las mujeres y centra su vida en ello.

Aparte de todo esto, la misma existencia de organizaciones de hombres feministas me choca tanto que estoy seguro de que son algo artificial y fabricado por el feminismo.