martes, 12 de octubre de 2010

ZARDOZ

En esta entrada, primera de una serie dedicada al cine, voy a comentar una curiosa película de ciencia ficción del año 1974, dirigida por John Boorman, poco conocida excepto entre los amantes del género. Género problemático en el que la mayor parte de las producciones son auténtica bazofia, o envejecen precozmente y muy mal, o consisten únicamente en exhibiciones de efectos especiales sin la menor idea detrás, o bien son excusas para películas de acción a menudo deleznables...tno voy a negar todo ello pero es posible también encontrar algunas joyas como ésta, aunque ciertamente no haya que buscarlas entre las superproducciones que todos conocemos.



Que sea una "joya" es por supuesto una afirmación muy subjetiva. No es una película para todos los gustos, aunque tampoco sea especialmente escabrosa ni violenta, sobre todo comparado con lo que se ve hoy, y además tales aspectos no son nunca gratuitos sino esenciales en la trama. Digamos que es bastante freakie, hecha con pocos medios y muchas ideas; sin llegar a ser una Serie B es algo cutre. Eso sí, el diseñador de vestuario y el mismo director se merecen un castigo corporal por haberle puesto a Sean Connery uno de los atuendos más horteras e impresentables que he visto en mi vida. Por si no se viera bien en la imagen de arriba aquí está el detalle:



Bueno, aparte de cosillas como ésta es una excelente película, bien construida y con bastante profundidad por el tema conductor y la manera de abordarlo. La realización podría ser mejor, el ritmo también, pero en definitiva lo principal no está ahí.

La ambientación es una Tierra desolada en la cual existe una sociedad de inmortales, que habitan unas zonas ("Vortex") inaccesibles para los escasos habitantes del exterior, que viven precariamente y que además son perseguidos y masacrados por los "Exterminadores", raza controlada por los inmortales y genéticamente seleccionada por un miembro del Vortex, cuyos verdaderos motivos se revelan al final de la película.

No se trata de una lucha de clases o del clásico guión de la rebelión de los oprimidos , según he podido leer en risibles comentarios y presentaciones de la película, sino de algo muy distinto.

El tema de la película es la relación de la vida y la muerte, la estrecha dependencia de una y otra, la necesidad de la muerte para que la vida pueda continuar. En el Vortex se ha desterrado la muerte y sus habitantes se han aislado de un mundo en crisis abocado al colapso, constituyendo una élite que se ha dado la inmortalidad y abandonando el resto de la humanidad a su destino. Los fundadores del Vortex han salvado todo el conocimiento y el arte del pasado, creando una sociedad en la cual los privilegiados se dedicarán al perfeccionamiento continuo, al cultivo de las artes y las ciencias, a la búsqueda del conocimiento en una utopía de felicidad eterna.

Esta utopía sin embargo se va revelando tras un cierto tiempo por lo que es: una condena y una negación de la vida, una interrupción del flujo y la alternancia natural de vida y muerte. El Vortex se va estancando y adquiere los rasgos de una tiranía de las cuales son víctimas los propios fundadores. Cualquier impulso vital y motivación real para vivir se extingue, la sexualidad desaparece y el ideal de progreso indefinido en la inmortalidad se revela un callejón sin salida y una trampa.

Porque el Vortex no permite elegir la muerte. Sus habitantes pueden morir, pero en poco tiempo un cuerpo regenerado se crea y el sujeto se reencarna con todos sus recuerdos. Tampoco puede ser destruido porque sus creadores se han precavido contra la posibilidad de que sus descendientes quieran renunciar a al inmortalidad. De modo que es una prisión y una condena, en la que una apatía general domina a sus habitantes, aunque afirmen vivir en el mejor de los mundos posibles y en una sociedad perfecta, engañándose a sí mismos y no reconociendo el secreto deseo de muerte que llevan dentro.

En efecto están en un círculo cerrado, del cual no pueden salir con sus propios medios, que sólo puede ser quebrado por un elemento externo que penetra en el Vortex, instrumento de profundas fuerzas, contra las que los creadores del Vortex han cometido el pecado, la injuria suprema de bloquear el flujo de la vida. De hecho las últimas secuencias, con el acertado uso de la música de Beethoven, comunican de manera muy sugestiva la idea central.

Espero haber transmitido lo suficiente de esta cinta sin haberlo contado todo, desde el principio hasta el final. Por si alguien se anima a verla.

No es sorprendente que la película no sea muy popular y produzca una reacción de rechazo en quien está imbuido de las ideas dominantes en el Occidente actual, que rechaza la idea de la muerte, pretende alejarla y esconderla en lo posible: el ideal del "Vortex" es uno de los motivos conductores de nuestra sociedad individualista; es el ideal racionalista e iluminista del paraíso combinado con la promesa tecnológica de la inmortalidad individual. Las tendencias y pulsiones que están a la base del Occidente moderno, llevadas a su extrema consecuencia lógica, constituyen el ideal del Vortex. Y esta película es una bofetada en la cara de esta concepción del mundo, porque nos dice que el Vortex representa la libertad sino la esclavitud, que detrás de ello no hay más que el vacío y un rostro distinto de la muerte, no aquélla que deja paso a la vida sino una muerte perenne y sin futuro, como la de los seres en las películas de zombies.

Sin más el Oso se despide hasta la próxima.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No he visto esa película, pero eso del tema acerca de la vida y la muerte me resulta interesante.
Ahora mismo me estoy acordando de la de "Blade Runner", donde los replicantes luchan por vivir más tiempo, cuando en la que describes sucede lo contrario, que los seres "perfectos" desean ser capaces de morir.

Max Romano dijo...

"Blade Runner", mucho más conocida, es también una de mis películas favoritas. En efecto trata el mismo tema desde otra perspectiva, complementaria.

Anónimo dijo...

Excelente análisis de la película y del mensaje. Ya tienes otro seguidor de tu blog. Un saludo.