Hoy vamos ocuparnos de una cuestión bastante jocosa, al margen de esa inútil cumbre del clima que se está celebrando en Dinamarca. Naturalmente me refiero a la noticia siguiente, que tiene bastante miga:
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/12/09/ciencia/1260345390.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/12/09/ciencia/1260345390.html
Ya esta cumbre empezó con un slogan que debe ser uno de los más estúpidos jamás inventados: "Cuando la gente lidera, los líderes siguen". Demagogia barata que habrá salido de algún bromista con un retorcido sentido del humor. Porque en efecto esta frase, vista desde otro ángulo, es hasta verdad: si por "gente" entendemos quien maneja el poder financiero internacional, la casta de los banqueros cosmopolitas, y por "líderes" la clase política, todo cae en su sitio limpiamente. Quien haya pensado la frasecita y su "gente" deben estar doblándose de la risa.
Pero no es este el tema de hoy, sino las putas y su efecto en el calentamiento global del planeta; no creía que los escandinavos tuvieran aptitud para transformar todo en esperpento y farsa, habilidad poseída en sumo grado por los italianos. En efecto parece una comedia italiana: la alcaldesa feminista que distribuye panfletos animando a no ir de putas porque es más "sostenible" (!!!), el sindicato de putas que se lo toma a mal y ofrece servicios gratis...
Lo de las feministas es ya de risa: no es la primera vez que nos echan la culpa a los hombres del cambio climático, naturalmente presentando a las mujeres como sus víctimas, pero que uno contribuya al calentamiento global por ir de putas no se me había ocurrido.
Porque lo que uno pensaría es justo lo contrario: un sano revolcón es la actividad más ecológica y amiga del medio ambiente que exista. Actividad que no consume combustibles fósiles ni electricidad, no necesita una base industrial, produce exclusivamente residuos biodegradables, no requiere la tala de bosques...justo lo contrario de imprimir estúpidos panfletos feministas que habrán requerido la tala de bastantes árboles. Mucho más ecológicamente sostenible, además, ir de putas que trabajarse el tema de la otra manera: ¿Alguien ha calculado el impacto ambiental de los regalos, las cenas (a base de carnes y pescados, némesis del medio ambiente) la gasolina empleada en los desplazamientos, las flores cortadas (miles de hectáreas de cultivos donde podría haber naturaleza virgen)? ¿Las montañas destripadas para arrancar oro y piedras preciosas? No hay color. El impacto ambiental derivado de la satisfacción de los caprichos femeninos es devastante. Una cumbre del clima digna de tal nombre debería proponer la reconversión de todos los centros comerciales en puticlubs.
En fin, por donde se mire la cuestión, las feministas no se desmienten nunca en su odio hacia el sexo. Porque esta es la verdadera cuestión, la razón profunda de su empeño en erradicar la prostitución, independientemente de los pretextos con que quieren ocultar su obsesión, y sin que les importe mínimamente la opinión de las mujeres a las que quieren "salvar". Por la misma razón querrían abolir los concursos de belleza, y en general les molesta la exposición del cuerpo femenino. En el fondo les gustaría eliminar toda relación sexual entre hombres y mujeres; según las más exaltadas figuras del feminismo todo coito es una violación. Y desde luego han conseguido avinagrar y envenenar la relación entre hombres y mujeres en todo Occidente, en particular en nuestro país, como demasiado bien sabemos.
Un saludo del Oso a todas las putas de Dinamarca y del resto del mundo. Recurso imprescindible en la lucha por el medio ambiente.
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