lunes, 10 de junio de 2013

LA DICTADURA MUNDIAL (IV): Los antimundialistas “de izquierdas”



En los tres artículos anteriores de esta serie se han comentado algunas tendencias y fenómenos actuales, que presentan una convergencia de significado, apuntan a la instauración de un sistema de poder supranacional que habitualmente recibe el nombre de Mundialismo. Sistema que además del dominio del poder financiero internacional tiene una parte ideológica y social. Promueve en efecto la disgregación social, la degeneración, la caída de nivel moral y espiritual y, en definitiva, la destrucción de las tradiciones y las fuerzas que puedan ser de obstáculo a la extensión del Mundialismo a nivel mundial, su objetivo último.

Es precisamente el punto de unión entre estos dos aspectos el tema de esta entrada, y precisamente la colocación de los “Antimundialistas de izquierdas”. Es decir los movimientos que contestan el capitalismo financiero y sus aspiraciones a la tiranía mundial, pero por otra parte son culturalmente progresistas. Esto es pertenecen a esa vasta área cuyo fondo ideológico es el igualitarismo y el marxismo cultural, que promueve los fenómenos de degradación, decadencia y destruccion de las identidades comentados en la tercera parte con referencia al desafortunado país-laboratorio de Suecia.

No me refiero sólo a movimientos como los indignados,15-M  y similares, que representan una falsa contestación y una válvula de escape, a veces gestionada o financiada directamente por las mismas fuerzas a las que pretenden combatir. Especialmente estoy ensando en movimientos más serios y que en principio son verdaderamente antisistema, como Beppe Grillo y su Movimento 5 Stelle, a quien dediqué   este artículo en la revista Verbo y Acción.

Grillo es efectivamente “Antimundialista de izquierdas” porque inequívocamente pertenece a esa área cultural; así es sentido por la mayoría de sus seguidores, y para despejar dudas si las hubiera su primera propuesta parece que ha sido legalizar el aberrante “matrimonio” homosexual. Por otra parte explícitamente ataca el mundialismo, acusa a la clase política de estar vendida a los bancos y al poder financiero internacional. Por ejemplo en su comentario “Il club de mostri” contra el gobierno contranatura constituido en Italia – que ha visto a los partidos del sistema unirse contra su movimiento – se habla de hombres de la Goldman Sachs, y se critica a la ministra de Exteriores Emma Bonino, “mondialista y frecuentadora del Bilderberg”.

Estas consideraciones naturalmente – aunque Grillo se quede a mitad - no son nuevas en los ambientes realmente antisistema e identitarios. Podríamos pensar que Grillo se salva de que lo pongan como “fascista” sólo porque se sabe que es de “izquierdas” y cosas como su apoyo al “matrimonio” homosexual; aun así hay quien parece deseoso de ponerle esta etiqueta…

Creo que debemos conceder a  Grillo sinceridad en su oposición al mundialismo, pero el problema no es en este caso la mala fe, sino que pretende oponerse a ese poder aceptando la ingeniería social y la degeneración que las mismas fuerzas mundialistas promueven.

Pretende combatir contra un aspecto de la tiranía mientras acepta el otro. Pero ambos están unidos, el dominio mundial de los mercados y los bancos por un lado, por otro la degradación social y cultural, la prevalencia de fuerzas e ideologías que reducen la humanidad a una masa sin identidad y sin tradiciones, sin valores fuertes y manipulable. Esta es la debilidad fatal y el límite de todos los antimundialistas “de izquierdas” porque estos dos aspectos del mundialismo, que podemos llamar político-económico y social-cultural, están saldados de manera indisoluble.

Quienes pretenden combatir lo primero y seguir aceptando las ideologías que dan cuerpo al segundo no llegarán muy lejos. No por mala fe o falta de empeño, sino porque tienen la cadena medida y los movimientos limitados, como un perro maltratado que salta enfurecido para morder pero es siempre detenido por la cadena que tiene al cuello.

Así el malestar y la legítima furia por la crisis, el empobrecimiento, los daños más visibles producidos por la tiranía de los mercados, desembocan en los antimundialistas “de izquierdas” en una acción política que – aun sincera - está destinada a la más trágica impotencia a causa de las cadenas ideológicas del progresismo.

Para combatir realmente el sistema hay que arrancar estas cadenas. Quizá - seguramente – con la ayuda de los que nunca se dejaron domesticar y poner una cadena al cuello, los lobos que conservaron el instinto de la libertad, y que por este motivo tuvieron que echarse al monte durante los largos años del invierno mundialista.

8 comentarios:

León Riente dijo...

Interesante y enrevesado asunto.

La sinceridad de los "antimundialistas de izquierda" es algo políticamente no operativo. Lo importante es si sirven al régimen mundialista o lo obstaculizan y combaten.

Objetivamente los "antimundialistas de izquierda" sirven al régimen. Es más importante el ámbito cultural que el économico. Si en lo cultural sirven al régimen (promoviendo el marxismo cultural) da igual lo que hagan en lo económico.

Hice notar en una ocasión (en el artículo "¿Por qué la intelectualidad progresista ama a los inmigrantes?") el servicio impagable que los marxistas y progresistas en general hacen al régimen mundialista y a la burguesía liberal. Mientras los liberales van ejecutando su agenda mundialista en lo económico y social, los marxistas remueven los obstáculos (que tú mencionas) a la ejecución de esta agenda socioeconómica liberal. Y es algo que no lo pueden hacer los liberales, sino los marxistas, dada su extrama capacidad demagógica y la situación de hegemonía cultural marxista entre las masas en muchos aspectos de lo simbólico. También prestan otro servicio de la mayor importancia: presentarse como la oposición al régimen (en realidad pseudo-oposición), saturando el espacio simbólico en el que la auténtica oposición (lo que algunos llaman "fascismo") podría actuar.

Por lo tanto los "antimundialistas de izquierda" son exactamente mundialistas de izquierda.

Saludos cordiales Max.

Anónimo dijo...

Además los izquierdistas son mundialistas por naturaleza ya que según ellos se declaran internacionalistas, con esto queda todo dicho. Son una gran mentira y como bien se comenta utilizan los mecanismos necesarios para la degradación cultural y moral de occidente, de la degradación socio-económica ya se encargan los liberales, que es el otro brazo del mundialismo, obviamente los izquierdistas no harán una oposición efectiva, sólo simbólica para "quedar bien" frente a su conformista electorado.

Asclepio dijo...

La izquierda se considera revolucionaria en tanto se pone al lado del trabajador para defender sus intereses frente a la opresión de los ricos y poderosos enquistados en el poder en desmedro de su comunidad. La ÚNICA IZQUIERDA MUNDIALISTA ES LA MARXISTA, tanto fascismo, nacional-sindicalismo, nacionalSOCIALISMO son movimientos trabajadores, por tanto de izquierda aunque ,y SOBRETODO nacionales, no internacionalistas.
Marxista es mundialista, izquierdista no.

Max Romano dijo...

Asclepio

La izquierda de que hablas desde luego hace mucho que no existe o no es relevante, si alguna vez lo fue. Tú usas "izquierda" en el sentido de "revolucionario" pero eso es sólo un aspecto muy parcial.

El fascismo (en sentido amplio) fue de "izquierdas" porque fue revolucionario y se ocupó de mejorar la vida de todo el pueblo, fue de "derechas" porque al mismo tiempo fue jerárquico, exaltaba las tradiciones y los valores patrióticos y mlitares.

El hecho es que la alternativa entre "derecha" e "izquierda" es falsa porqe pertenece al interno del sistema que el fascismo combatió y que hoy, por el momento, domina el mundo. La tendencia histórica o nueva concepción del mundo que estaba detrás del fascismo pretendía superar esta falsa alternativa.

El fascismo (y este es el principio que hoy en día se debe propones, no los regímenes nistóricos) era A LA VEZ de "derechas" y de "izquierdas" pero partiendo de motivaciones totalmente diferentes a las que oponen "derecha " e "izquierda" en la falsa alternativa.

Me explico mejor.

El fascismo era de "izquierdas" porque mejoraba la situación de los trabajadores y de todo el pueblo, NO porque llevara a cabo "lucha de clases" (motivación marxista) sino porque una comunidad popular y nacional sana y fuerte exige proporcionar a sus miembros condiciones de vida dignas y oportunidades adecuadas.

El fascismo era de "derechas" en su defensa de la jerarquía, los valores familiares, militares, identitarios, NO para "mantener privilegios de una clase dominante" (motivacion reaccionaria) sino porque una autoridad fuerte hace fuerte la nación, unos valores sólidos protegen al pueblo de la decadencia y la degeneración.

Por tanto, cualquier cosa que entendamos por "derecha" e "izquierda" se trata de una falsa alternativa al interno del sistema, y la salida de la decadencia actual pasa por salir de ella, es decir en lo que a menudo se ha llamado "tercera vía". Pero no como una mediocre vía intermedia sino como una superación, que es a la vez de derechas y de izquierdas, pero según una lógica propia y opuesta radicalmente al sistema hoy imperante.

Asclepio dijo...

Evidentemente esa es tu interpretación y la de muchos. Yo me adhiero 100% a la postura de Farrerons en el sentido de que la izquierda es revolucionaria, sí, porque quiere devolver al pueblo trabajador su estatus de ciudadano de pleno derecho no de vasallo o esclavo de parásitos enquistados en el poder que enarbolan los mil y un dogmas para legitimar su parasitismo y sus privilegios sobre la comunidad. Y hoy más que nunca izquierda es el pueblo y eso incluye al empresario ya al trabajador ya que ambos son indispensables en el tejido productivo de la nación, la derecha en cambio es la burocracia vendida al sistema usurero internacional, los mismos usureros y los liberalistas empecinados en que todo se compra/vende cual mercancia, trabajadores (¿esclavos?) o paises inclusive.

Anónimo dijo...

La izquierda nunca ha sido revolucionaria no ha defendido a los trabajadores, el que conozca un solo ejemplo que lo ponga. Los conceptos(no ideologías) izquierda y derecha surgieron a raíz de la revolución burguesa de 1789 en Francia, con la clara intencionalidad de dividir a la comunidad y acrecentar el poder de las clases altas, de hecho a la derecha se solían sentar los aristócratas y a la izquierda los empresarios dueños de las fábricas(donde se explotaban a los trabajadores), con lo cual los trabajadores estaban exentos de representación, así se demuestra la falsedad del izquierdismo. El socialismo no tiene nada que ver con la izquierda, es una ideología surgida como defensa de los derechos y mejoras en la condiciones de vida de los trabajadores(ya Platón en la antigüedad habló de socialismo), lo que ocurre es que en su día para que el sistema domesticara a los trabajadores incluyeron en la izquierda el término socialista en todas sus variantes, todo el que profese una ideología proletaria y revolucionaria es enquistado en la izquierda, lo cual es algo más que absurdo. Además está demostrado como en los países donde gobierna y ha gobernado la izquierda se ha reprimido a las clases populares de igual manera que cuando gobierna la derecha. Llamar opciones de izquierda al fascismo, nacional-socialismo y nacional-sindicalismo no tiene sentido alguno por lo expuesto anteriormente, otra prueba más es que dichas ideologías son criticadas y perseguidas por la izquierda allá donde gobierna(al igual que la derecha).
Para implantar un sistema justo en todas sus facetas hay que superar los conceptos derecha e izquierda, es fundamental.

Frel dijo...

Y la izquierda está vendida también al sistema usurero internacional, ¿O no lo estamos viendo desde hace muchos años?. El concepto de izquierda que tú defiendes(que es el mismo que Farrerons)es un concepto diferente(obviamente positivo) al de la izquierda tradicional, a la que estamos acostumbrados a ver, esto es lo primero que tendrías que aclarar(aunque se intuya), el concepto de izquierda que tú propugnas lo es desde el punto de vista axiológico, no ideológico. Yo personalmente aunque se aplique la axiología(naturaleza de los hechos) no comparto calificar de izquierdas a dicho razonamiento, en todo caso me cuesta asimilarlo(lo llamaría de otra forma) y obviamente a la comunidad más todavía ya que el concepto de izquierda que siempre ha predominado es el otro, el que ya se conoce.

Anónimo dijo...

Alinearse en la derecha o en la izquerda, significa someterse al juego democratico. El nacional socialismo (a veces llamado Nacional-Racismo, por A. Hitler), es un movimiento totalitario, y como tal, no se puede definir ni como de izquierda ni de derecha, sino como "nacional", es decir "de todos y para todos los miembros del pueblo". Evidentemente, es "socialista", pero no es un socialismo de izquierdas, que es anti-patria, anti-tradicion, anti-identidad. El socialismo fascista es patriotico, y por tanto es autentico. El socialismo izquierdoso es falso. Solo hay que fijarse en la historia reciente del mundo. Solo hay que comparar los logros fascistas en defensa de los trabajadores, y compararlos con las condiciones laborales en los "paraisos del proletariado". Sin ir mas lejos, salvando las distancias con el fascismo, solo hay que comparar los impresionantes logros sociales en tiempos del General Franco, con las sucesivas reformas laborales que han ido degradando las condiciones laborales en España, a lo largo de la democracia.

"El marxismo representa el eficaz instrumento de la aspiracion judia con su tendencia a anular la significacion preponderante de la personalidad, para sustituirla por el numero de la masa...., encarna la aspiracion de un movimiento sindicalista que no sirve alos verdaderos intereses del obrero, sino exclusivamente a los propositos disociadores del judaismo internacional." A.Hitler

"Un patriotismo que no aspira sino al beneficio personal, no es patriotismo. Tampoco es nacionalismo el que pretende abarcar solo unas determinadas clases sociales.... Puede uno sentirse orgulloso de su pueblo cuando ya no tenga que avergonzarse de ninguna de las clases sociales que forman ese pueblo." A. Hitler.

"Una ideologia que rechazando el principio democratico de la masa, aspira a consagrar este mundo en favor de los mejores, esta logicamente obligada a reconocer tambien el principio aristocratico de la seleccion dentro de cada nacion" A.Hitler.

Los fundamentos del fascismo, son esencialmente distintos a los del marxismo. El marxismo es igualitarista, el fascismo es superhumanista. El fascismo no se agota en su proyecto social. El fascismo pretente elevar a la humanidad y crear un "hombre nuevo". El proyecto social fascista, tiene por objetivo crear una verdadera "comunidad" que desembocara en el aniquilamiento de las tendencias igualitaristas".

"En el fascismo, hay, antes que política, una dimensión estética, simbólica y existencial; un cierto saber hacer aristocrático consagrado al pueblo, que se decanta por el espíritu cultivando su cuerpo, que aclama triunfalmente a la muerte viviendo plenamente su vida, que experimenta la libertad en el seno de la comunidad. Ser fascista, es algo casi indefinible, un quid, una mezcla de activismo, de juventud, de combatividad, de misticismo...... Ser fascista, es poseer una voluntad de grandeza, de potencia, de belleza, de eternidad, de universalidad. Es adherirse a una lógica de fraternidad, de camaradería, de comunidad..... Es concebir la existencia como una lucha y una conquista, sin resentimientos. Es regalarse a sus camaradas, a su nación, a su ideal, justo hasta el sacrificio extremo. Sí, ser fascista es todo esto, y además, con un estilo, con una idea de la estética, con un gusto por el decoro. Es ser elegante y sonriente hasta el cadalso y más allá.”
Adriano Scianca

“La doctrina judía del marxismo rechaza el principio aristocrático de la Naturaleza y coloca en lugar del privilegio eterno de la fuerza y del vigor, la masa numérica y su peso muerto. Niega así en el hombre el mérito individual e impugna la importancia del nacionalismo y de la raza abrogándose con esto a la humanidad la base de su existencia y de su cultura. Esa doctrina, como fundamento del universo, conduciría fatalmente al fin de todo orden natural concebible por la mente humana.” A.Hitler