Mañana es 12 de Octubre, la Fiesta
Nacional de España. En los últimos años las celebraciones de esta fiesta y el
desfile militar han asumido un cariz bastante curioso por no decir surrrealista,
con un gobierno socialista plagado de elementos antiespañoles, el poder en
manos de la izquierda que ha odiado siempre la nación española y la misma idea
de patria, un presidente y unos ministros que sentían urticaria a la vista de
la bandera y de los uniformes. Impresentables que de mala gana asistían a los
desfiles militares porque no podían evitarlo, y que a un cierto punto han
debido aislarse de la gente para no oír sus abucheos.
Que los socialistas odian a España ha
sido siempre evidente, y una vez más nos lo confirma su reacción escandalizada a
las declaraciones del ministro de educación Wert que habla de “españolizar a
los niños catalanes”. Todo hay que decirlo, se trata de una elección bastante
infeliz de las palabras, pero por un motivo diametralmente opuesto al que ha
indignado a los antiespañoles. Tendría que haber dicho desintoxicar a los niños catalanes de la propaganda de los
nacionalistas que –ellos sí- quieren desespañolizarlos.
No es puede españolizar a quien es –hasta prueba contraria- español, lo que se
puede y se debe hacer es arrancar la educación de las sucias manos de los
nacionalistas que quieren inocular el odio a España y a lo español a los niños
catalanes.
Los antiguos romanos romanizaban, los rusos rusificaban los territorios conquistados
e incorporados a su imperio. Hablar de españolizar
significa aceptar el punto de vista de los nacionalistas que quieren hacer
pasar la impostura de una nación española que desde fuera domina a una nación
catalana y quiere asimilarla. El ministro ha caído en la trampa lingüística de
los nacionalistas catalanes; las palabras son importantes y deberían ser mejor
elegidas, sobre todo cuando las dicen los políticos, que hacen poco más que
hablar y hasta eso hacen mal.
Pero yendo a la sustancia, las
reacciones de los nacionalistas y la izquierda han revelado toda la bilis
antiespañola que llevan eternamente dentro.
La intención de que se respete la
voluntad de los padres que desean escolarizar en español, que los niños se
sientan orgullosos de ser españoles y catalanes, se demoniza y se lanza la demencial
acusación por parte del PSC de que “se
quiere introducir una división entre catalanes y españoles, entre buenos y
malos”. Tiene cojones la cosa, pues es exactamente lo que nacionalistas y
sus perrillos falderos del PSC han hecho siempre; es como el cerdo que acusa al gato de falta de limpieza. Se denuncian intentos de adoctrinar y se
recuerda la asignatura franquista de “formación del espíritu nacional” cuando
los socialistas, con sus mierdas de ciudadanía, y los nacionalistas con su
historia falsificada y su “inmersión lingüística”, lo que han traído a la escuela
no se puede llamar más que formación del
espíritu antinacional.
Naturalmente es precisamente éste el quid de la cuestión. Esta gente detesta a
España y por eso la formación del
espíritu nacional para ellos es
inaceptable, pero les parece estupenda la formación
del espíritu antinacional; aquí se les ve el plumero de la manera más clara
posible.
Aunque no se puede acusar al presente
gobierno de un odio ideológico, visceral a España como el de la izquierda, es
igualmente nefasto de distinta manera; por su debilidad, su insuficiente
reacción en defensa del país y de la unidad nacional, su mediocridad en todos
los campos y en particular su pequeñez como hombres de Estado, su falta del sensibilidad
por la nación y su significado.
Las anteriores no son palabras vacías y genéricas sino extremadamente concretas, porque han mostrado simbólicamente qué poco cuentan para ellos los valores de la patria, cómo la economía es para ellos el valor supremo.
Me refiero a la triste reducción del
desfile de las FFAA en el 12 de Octubre de este año, en el que no habrá ni
tanques ni casi vehículos militares ni aviones, excepto la Patrulla Águila al
final de la celebración. Por razones
presupuestarias, por los recortes, para ahorrar dinero. Precisamente un
millón ochocientos mil euros.
Pero se trata de la Fiesta Nacional,
de algo que tiene un gran valor simbólico, un acto que representa la nación, un
momento de agregación, significativo, en que el país recuerda a los caídos a su
servicio, en que sus Fuerzas Armadas desfilan delante de los ciudadanos.
En tal ocasión se debería hacer una fiesta por todo lo alto, sacar a la calle todo el material de que el Ejército disponga, hasta el último modelo de tanque o de vehículo blindado, helicóptero, avión. Y especialmente en el momento actual deberían haberse visto los tanques. No sólo en Madrid sino también en Barcelona y San Sebastián, pesara a quien pesara.
Y en caso de protestas o insultos a
la bandera o a la nación, en vez de antidisturbios un puñado de legionarios,
que se habrían bastado ellos solitos -a manos desnudas- para mantener el orden
frente a gente profundamente cobarde.
Pero muy al contrario se recorta en
lo único que no se debería recortar. Hasta con Zapatero los tanques se veían, aunque le provocara úlceras asistir a un desfile militar.
Pero donde no llegó la bilis antiespañola de aquél ha llegado la falta de sensibilidad
patriótica y de Estado de éstos, su ínfima estatura política y su concepción
aberrante de la nación como una empresa, ha llegado el gobierno de mediocres y
pusilánimes que no podría mostrar más claramente su indiferencia y su falta de
comprensión por los valores auténticamente políticos, de patria y comunidad, la subordinación de éstos a la economía y al
mercado.
No se pueden sacar tanques y aviones
porque no hay dinero, todo el dinero se necesita para pagar los intereses de la
deuda, todo va a los bolsillos de los prestamistas internacionales. El
significado simbólico es inequívoco: es el triunfo de la Moneda sobre la
Espada, la victoria del Usurero sobre el Guerrero.
No sé qué es peor, si el odio ideológico de origen marxista de la “izquierda” o la indiferencia de la “derecha” y su servilismo a los dictados de la economía.
Como conclusión de este artículo, un
breve comentario. Dejando bien claro que por su significado y los motivos que he explicado, la celebración de la Fiesta Nacional
debería prevalecer sobre consideraciones de presupuesto, hay que preguntarse
porqué sacar a la calle unos cuantos tanques y aviones durante unas horas debe
costar un millón ochocientos mil euros.
Lo siento pero no me lo puedo creer. Por mucho que cueste el carburante y el
mantenimiento, las horas de vuelo de aviones y helicópteros.
Seria oportuno que nos explicaran dónde
se va ese dinero. Si cada vez que se organiza un desfile hay que gastar tanto es
que hay una hemorragia de pasta, que se usa muy mal, que va donde no tiene que
ir, que hay algo raro que no cuadra. Y dicho sea de paso, no dejaremos tampoco de notar que este ahorro es seguramente
una fracción de lo que hemos gastado con nuestra (escasa) aportación militar en
la criminal agresión de la OTAN contra la Libia de Gadafi.
Otra cosa aún para concluir: si nuestro
Ejército es incapaz de sacar unos cuantos vehículos y aviones para un desfile, hemos
de sospechar que está impreparado y no es operativo, independientemente de su
consistencia sobre el papel. Si no tenemos dinero ni para sacar los tanques a a
calle, si no conseguimos organizar un desfile decente, hay que preguntarse cuántas
horas de vuelo hacen en realidad nuestros pilotos, cuánto entrenamiento reciben los militares
para aprender a utilizar el equipo que tienen, que no son mosquetes sino armamento sofisticado y tecnológico, cuántas prácticas reales llevan a cabo.
Debemos preguntarnos en definitiva si
tenemos unas Fuerzas Armadas dignas de este nombre y capaces de hacer la
guerra, que es para lo que están. No es un problema teórico: quizás llegue el
día en que los marroquíes piensen -o sepan- que pueden agredir a España sin que
la OTAN reaccione y estén en condiciones de ocupar Ceuta, Melilla y las Islas
Canarias.
En ese caso hipotético, estoy seguro de que si
algún chupatintas le dice al rey de Marruecos que no hay presupuesto para sacar
cuatro tanques a la calle, el día siguiente está limpiando letrinas en un
rincón perdido del desierto del Sahara.
Feliz Día de la Hispanidad a todos.
2 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=MDEUV0HeJCM&feature=g-logo-xit
Increíble como adoctrinan a los pobres niños catalanes...
Ese adoctrinamiento es penoso y sólo conduce a enfrentar a los pueblos de España unos contra otros, que en eso algunos están muy interesados, sacan buena tajada de ello, pero claro esos pobres niños adoctrinados son futuros votantes de esos farsantes que viven de la política.
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