Creo
que ya está bastante claro que este gobierno no va a sacar a nuestro país de su
difícil situación económica. Quien tuviera esperanzas de ello o simplemente
hubiera votado PP impulsado por incontenible asco hacia el gobierno Zapatero –motivación
que humanamente comprendo- ya se habrá desengañado. La ineptitud y total falta
de personalidad de nuestro presidente salta a la vista: un mediocre que se
limita a hacer lo que los mercados exigen, sin coraje y sin voluntad. Pero es
que el sistema en que vivimos necesita, quiere políticos débiles y mediocres,
porque en las cuestiones que importan no deben gobernar sino simplemente seguir
instrucciones.
Todos
más o menos conocemos las medidas de ajuste
que se están introduciendo y los recortes
en todos los campos, medidas que van a recaer –ya lo están haciendo- sobre
todos nosotros, y que en definitiva se resuelven en que vamos a pagar más por
todo, vamos a pagar más impuestos y los servicios que el Estado proporciona van
a ser menos y de menor calidad.
Se
nos dice que todo esto servirá para reactivar la economía, crear empleo y salir
de la crisis. Mentira.
Porque
todo este dinero, que con estas medidas se extrae de la sociedad, desde luego
no es para utilizarlo en ayuda del país, sino para pagar las deudas. La
verdadera razón por la que nosotros vamos a pagar más por todo y el estado debe
ahorrar, es que ya estamos endeudados hasta el cuello y cada vez tenemos
mayores dificultades para pagar; este es el significado de la famosa prima de riesgo que sube y sube. Para tranquilizar
a los mercados y convencerles de que somos solventes se les envía el mesaje
adecuado, se les dice lo que quieren oír: que una parte cada vez mayor de la
riqueza producida en el país se va a destinar a pagar los intereses de la
deuda, en vez de a las necesidades de
los ciudadanos. De este modo –se espera- se podrán mendigar nuevos préstamos
con alguna décima menos de interés.
Estoy
convencido por tanto de que iremos a peor, de que no se creará empleo ni mucho
menos y de que en pocos años estaremos como Grecia.
¿Pero
de dónde viene toda esta deuda? ¿Por qué nos hemos endeudado hasta el punto de
que nuestro país tiene que ser intervenido y perder lo poco que le queda de
soberanía en materia económica? ¿Por qué estamos en manos de los usureros
internacionales?
Las
últimas entradas de El Velo Rasgado: Economía con textos de Maurizio Blondet, y algunas entradas en este blog, han sido dedicadas al tema del sistema monetario actual
y la deuda que de manera inevitable genera. El sistema bancario extrae un
beneficio por el dinero que pone en circulación llamado señoreaje, dinero que crea de la nada y presta a la sociedad. Esto
ya de por sí es escandaloso, nos obliga a estar siempre endeudados y a pagar un
tributo oculto por el uso de un instrumento que jamás debió ser privatizado.
Pero
no se trata sólo de esto. Sin necesidad de señoreaje
y de bancos centrales noe endeudamos muy bien nosotros solos y de manera
irresponsable. Hasta 2007 España tuvo una prosperidad totalmente falsa, que no
estaba basada sobre una economía verdadera, productiva, sino que era una gran
burbuja, y como todas las burbujas mantenida sobre la nada, con dinero prestado
en último análisis; una ilusión falsa de riqueza que no existe sostenida con el
endeudamiento. Ahora todo eso nos pasa factura.
Pero
aquí hay que entenderse. Si el especulador o el necio que quiere vivir por
encima de sus posibilidades endeudándose hasta las cejas se estrella, es muy
justo y este riesgo es parte del juego. Pero así no están las cosas. Creo no
equivocarme mucho pensando que la irresponsabilidad de unos cuantos o de muchos
que se han hinchado es la que nos ha endeudado hasta este punto y el perverso
sistema económico en que vivimos, con la crisis, hace recaer los costes sobre todos
cuando hay que pagar la cuenta. Es la vieja historia de los beneficios para
algunos y las pérdidas para todos, pero diferido en el tiempo y camuflado para
que sea menos aparente y escandaloso.
Pero
no es sólo una gran deuda lo que nos aflige. También tenemos todos los
parásitos y la enorme cantidad de sinvergüenzas que viven a costa de los demás,
y en esto somos los primeros en Europa, incluso más que Italia que ya es decir.
La abnorme cantidad de políticos, sindicalistas mantenidos, burocracias inútiles
o dañinas, el absurdo derroche de las autonomías que multiplica funcionarios y
cargos. Es como una pirámide invertida, insostenible, con una base estrecha
formada por quienes trabajan, que mantiene una parte superior de dimensiones
anormales, donde a menudo pululan además los anormales en sentido estricto
porque no saben hacer otra cosa.
Pero
como estamos viendo, no le meten mano de verdad a la sangría que supone el
número de políticos y subvencionados, a la absurda multiplicacion por doce de
las instituciones y a tantas otras cosas. Quienes sienten la tijera son los que
trabajan, y estoy seguro de que también los recortes en el sector público no
tocan apenas a los verdaderos parásitos. Lo que están haciendo es reducir aún
más la base de la pirámide que, cada vez más estrecha, debe no sólo pagar los
intereses de la deuda sino también seguir manteniendo a la misma gentuza que
chupa del bote.
Con
este panorama es totalmente evidente que la cosa no puede más que ir a peor y
que por este camino no se va a ninguna parte. Lo que habría que hacer es
reducir drásticamente la pirámide por arriba y ensanchar la base para que fuera
una pirámide de verdad.
Es
decir cuidar el interés de la nación, defender sus industrias y sus recursos,
su capacidad de crear riqueza real, verdadera. Que es justo lo que no han hecho
en nuestro país. La casta de sinvergüenzas se ha preocupado sólo de medrar y
robar mientras han ido dejando que se perdiera una gran parte de las industrias
que costó tanto construir; en tiempo, esfuerzo e inversiones del Estado, en
educación y formación de técnicos y especialistas.
Todo
ello tirado por la ventana porque no ha sido defendido como era el deber de los
dirigentes. Con medidas proteccionistas y contrarias a los dogmas y las
imposiciones del liberalismo económico cuando fuera necesario, como todos los
países han hecho cuando les ha convenido.
He
aquí el significado siniestro de tantos acuerdos y tratados, europeos e
internacionales que imponen un fundamentalismo ultraliberal, que impiden a un país
defender su soberanía y sus intereses. Algo que se resuelve en la destrucción
de puestos de trabajo y de industrias nacionales porque ineficientes en el mercado global, es decir -traducido- incapaces
de competir con mano de obra pagada una miseria o semiesclava.
Eficiencia
del capital. Este es el principio supremo, que está por encima del interés de
la sociedad y de las naciones. La humillación del interés nacional, que es de
la sociedad y las personas que concretamente habitan un territorio, en nombre
del interés del dinero y de quienes no son de ninguna parte porque su dios es
el dinero y éste no tiene patria.
Si a
todo esto añadimos la destrucción del sistema educativo, base de la prosperidad
de una nación y de su futuro, el espeluznante hundimiento de su nivel por culpa
de la misma casta indigna, necia y mediocre, tenemos la última pincelada del
cuadro y un más que probable negro futuro.
Quizá
este artículo sea demasiado pesimista. Después de todo existe una salida
posible. Un gobierno y fuerzas políticas que pongan por delante el interés
nacional, que recuperen la soberanía monetaria para no permitir a los usureros
internacionales gobernar la moneda que utilizamos. Que apoyen a la industria y
la economía nacional radicadas en el territorio, que regeneren el sistema
educativo sacándolo de las cloacas en que la demagogia igualitaria y buenista
lo ha hundido. En una palabra que trabajen para le futuro del país.
La
última parrafada hace la entrada aún más pesimista, porque lo que acabo de
escribir es fantapolítica más que El
Señor de los Anillos. Desde luego ninguno de los partidos importantes en la
actualidad, ni lejanamente se aproxima a estos puntos de vista.
Y
sin embargo, si no hemos de hundirnos, algo tendrá que cambiar, y estas ideas que
hoy parecen improponibles quizás empiecen a ser aceptadas por un número
creciente de personas, hartas de las mentiras y la propaganda del sistema, de
sus embaucadores de profesión, de la farsa de la política tal como hoy la
tenemos.
La
alternativa es clara para la sociedad en que deberemos vivir y en que vivirán
nuestros hijos: o una España tercermundista o una patada en el trasero a toda
la gentuza que nos está hundiendo.
3 comentarios:
Parece que la nueva propuesta del PP va a ser la de que el Estado deje de financiar aquella enseñanza no básica (es decir, la universitaria y la formación profesional). ¡Como me alegro de no ser responsable de la catástrofe que vivimos al no haber votado ni al PP ni al PSOE!
Está claro, la solución es recuperar la soberanía frente a los poderes mundialistas que están enviando a la miseria a este país utilizando a una casta política corrupta hasta el tuétano que son sus mamporreros.
Tal como indica el texto de la entrada la emisión de la moneda y su distribución han de ser producidas por el estado, nunca han de estar en manos de la banca privada, de esta forma se evitaría que la economía de un país dependa de la usura de la alta finanza internacional, se evitarían crisis como la que estamos padeciendo.Por otro lado soberanía para tomar decisiones en materia económica que reactiven la industria ya que es el único sector que puede crear empleo de forma importante, decidir lo que se ha de producir, sin ser dirigidos desde organismos que a fin d ecuentas son tentáculos de la globalización como la UE y el FMI. Así pues ya sabemos cual es la solución, la única que nos puede salvar del abismo.
Otras de las medidas que hay que aplicar de forma urgente es el desmantelamiento del insostenible y derrochador estado autonómico, al igual que eliminar todo tipo de subvenciones a partidos, sindicatos, ong's, etc....Eliminar la mayoría de los coches oficiales(el país que más tiene del mundo, algo vergonzoso), reducir a la mitad el número de ayuntamientos(unos 8.000, casi el doble de los que tiene Francia), etc... Hay economistas que han hecho cálculos y aplicando estas medidas el estado podría ahorrarse alrededor de unos 120.000 millones de euros al año, algo que sería básico para amortizar en pocos años la brutal deuda pública que tiene este país.
Si no se toman estas medidas la situación va a ir a mucho peor, al final estallará.
Por cierto Oso, muy buen artículo.
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