domingo, 22 de julio de 2012

HASTA EL CUELLO, GOBERNADOS POR GENTUZA, EN MANOS DE USUREROS





Creo que ya está bastante claro que este gobierno no va a sacar a nuestro país de su difícil situación económica. Quien tuviera esperanzas de ello o simplemente hubiera votado PP impulsado por incontenible asco hacia el gobierno Zapatero –motivación que humanamente comprendo- ya se habrá desengañado. La ineptitud y total falta de personalidad de nuestro presidente salta a la vista: un mediocre que se limita a hacer lo que los mercados exigen, sin coraje y sin voluntad. Pero es que el sistema en que vivimos necesita, quiere políticos débiles y mediocres, porque en las cuestiones que importan no deben gobernar sino simplemente seguir instrucciones.     

Todos más o menos conocemos las medidas de ajuste que se están introduciendo y los recortes en todos los campos, medidas que van a recaer –ya lo están haciendo- sobre todos nosotros, y que en definitiva se resuelven en que vamos a pagar más por todo, vamos a pagar más impuestos y los servicios que el Estado proporciona van a ser menos y de menor calidad.

Se nos dice que todo esto servirá para reactivar la economía, crear empleo y salir de la crisis. Mentira.

Porque todo este dinero, que con estas medidas se extrae de la sociedad, desde luego no es para utilizarlo en ayuda del país, sino para pagar las deudas. La verdadera razón por la que nosotros vamos a pagar más por todo y el estado debe ahorrar, es que ya estamos endeudados hasta el cuello y cada vez tenemos mayores dificultades para pagar; este es el significado de la famosa prima de riesgo que sube y sube. Para tranquilizar a los mercados y convencerles de que somos solventes se les envía el mesaje adecuado, se les dice lo que quieren oír: que una parte cada vez mayor de la riqueza producida en el país se va a destinar a pagar los intereses de la deuda,  en vez de a las necesidades de los ciudadanos. De este modo –se espera- se podrán mendigar nuevos préstamos con alguna décima menos de interés.

Estoy convencido por tanto de que iremos a peor, de que no se creará empleo ni mucho menos y de que en pocos años estaremos como Grecia.

¿Pero de dónde viene toda esta deuda? ¿Por qué nos hemos endeudado hasta el punto de que nuestro país tiene que ser intervenido y perder lo poco que le queda de soberanía en materia económica? ¿Por qué estamos en manos de los usureros internacionales?

Las últimas entradas de El Velo Rasgado: Economía con textos de Maurizio Blondet, y algunas entradas en este blog, han sido dedicadas al tema del sistema monetario actual y la deuda que de manera inevitable genera. El sistema bancario extrae un beneficio por el dinero que pone en circulación llamado señoreaje, dinero que crea de la nada y presta a la sociedad. Esto ya de por sí es escandaloso, nos obliga a estar siempre endeudados y a pagar un tributo oculto por el uso de un instrumento que jamás debió ser privatizado.

Pero no se trata sólo de esto. Sin necesidad de señoreaje y de bancos centrales noe endeudamos muy bien nosotros solos y de manera irresponsable. Hasta 2007 España tuvo una prosperidad totalmente falsa, que no estaba basada sobre una economía verdadera, productiva, sino que era una gran burbuja, y como todas las burbujas mantenida sobre la nada, con dinero prestado en último análisis; una ilusión falsa de riqueza que no existe sostenida con el endeudamiento. Ahora todo eso nos pasa factura.

Pero aquí hay que entenderse. Si el especulador o el necio que quiere vivir por encima de sus posibilidades endeudándose hasta las cejas se estrella, es muy justo y este riesgo es parte del juego. Pero así no están las cosas. Creo no equivocarme mucho pensando que la irresponsabilidad de unos cuantos o de muchos que se han hinchado es la que nos ha endeudado hasta este punto y el perverso sistema económico en que vivimos, con la crisis, hace recaer los costes sobre todos cuando hay que pagar la cuenta. Es la vieja historia de los beneficios para algunos y las pérdidas para todos, pero diferido en el tiempo y camuflado para que sea menos aparente y escandaloso.

Pero no es sólo una gran deuda lo que nos aflige. También tenemos todos los parásitos y la enorme cantidad de sinvergüenzas que viven a costa de los demás, y en esto somos los primeros en Europa, incluso más que Italia que ya es decir. La abnorme cantidad de políticos, sindicalistas mantenidos, burocracias inútiles o dañinas, el absurdo derroche de las autonomías que multiplica funcionarios y cargos. Es como una pirámide invertida, insostenible, con una base estrecha formada por quienes trabajan, que mantiene una parte superior de dimensiones anormales, donde a menudo pululan además los anormales en sentido estricto porque no saben hacer otra cosa.

Pero como estamos viendo, no le meten mano de verdad a la sangría que supone el número de políticos y subvencionados, a la absurda multiplicacion por doce de las instituciones y a tantas otras cosas. Quienes sienten la tijera son los que trabajan, y estoy seguro de que también los recortes en el sector público no tocan apenas a los verdaderos parásitos. Lo que están haciendo es reducir aún más la base de la pirámide que, cada vez más estrecha, debe no sólo pagar los intereses de la deuda sino también seguir manteniendo a la misma gentuza que chupa del bote.

Con este panorama es totalmente evidente que la cosa no puede más que ir a peor y que por este camino no se va a ninguna parte. Lo que habría que hacer es reducir drásticamente la pirámide por arriba y ensanchar la base para que fuera una pirámide de verdad.

Es decir cuidar el interés de la nación, defender sus industrias y sus recursos, su capacidad de crear riqueza real, verdadera. Que es justo lo que no han hecho en nuestro país. La casta de sinvergüenzas se ha preocupado sólo de medrar y robar mientras han ido dejando que se perdiera una gran parte de las industrias que costó tanto construir; en tiempo, esfuerzo e inversiones del Estado, en educación y formación de técnicos y especialistas.

Todo ello tirado por la ventana porque no ha sido defendido como era el deber de los dirigentes. Con medidas proteccionistas y contrarias a los dogmas y las imposiciones del liberalismo económico cuando fuera necesario, como todos los países han hecho cuando les ha convenido.

He aquí el significado siniestro de tantos acuerdos y tratados, europeos e internacionales que imponen un fundamentalismo ultraliberal, que impiden a un país defender su soberanía y sus intereses. Algo que se resuelve en la destrucción de puestos de trabajo y de industrias nacionales porque ineficientes en el mercado global, es decir -traducido- incapaces de competir con mano de obra pagada una miseria o semiesclava.

Eficiencia del capital. Este es el principio supremo, que está por encima del interés de la sociedad y de las naciones. La humillación del interés nacional, que es de la sociedad y las personas que concretamente habitan un territorio, en nombre del interés del dinero y de quienes no son de ninguna parte porque su dios es el dinero y éste no tiene patria. 

Si a todo esto añadimos la destrucción del sistema educativo, base de la prosperidad de una nación y de su futuro, el espeluznante hundimiento de su nivel por culpa de la misma casta indigna, necia y mediocre, tenemos la última pincelada del cuadro y un más que probable negro futuro.

Quizá este artículo sea demasiado pesimista. Después de todo existe una salida posible. Un gobierno y fuerzas políticas que pongan por delante el interés nacional, que recuperen la soberanía monetaria para no permitir a los usureros internacionales gobernar la moneda que utilizamos. Que apoyen a la industria y la economía nacional radicadas en el territorio, que regeneren el sistema educativo sacándolo de las cloacas en que la demagogia igualitaria y buenista lo ha hundido. En una palabra que trabajen para le futuro del país.

La última parrafada hace la entrada aún más pesimista, porque lo que acabo de escribir es fantapolítica más que El Señor de los Anillos. Desde luego ninguno de los partidos importantes en la actualidad, ni lejanamente se aproxima a estos puntos de vista.

Y sin embargo, si no hemos de hundirnos, algo tendrá que cambiar, y estas ideas que hoy parecen improponibles quizás empiecen a ser aceptadas por un número creciente de personas, hartas de las mentiras y la propaganda del sistema, de sus embaucadores de profesión, de la farsa de la política tal como hoy la tenemos.

La alternativa es clara para la sociedad en que deberemos vivir y en que vivirán nuestros hijos: o una España tercermundista o una patada en el trasero a toda la gentuza que nos está hundiendo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que la nueva propuesta del PP va a ser la de que el Estado deje de financiar aquella enseñanza no básica (es decir, la universitaria y la formación profesional). ¡Como me alegro de no ser responsable de la catástrofe que vivimos al no haber votado ni al PP ni al PSOE!

Frel dijo...

Está claro, la solución es recuperar la soberanía frente a los poderes mundialistas que están enviando a la miseria a este país utilizando a una casta política corrupta hasta el tuétano que son sus mamporreros.
Tal como indica el texto de la entrada la emisión de la moneda y su distribución han de ser producidas por el estado, nunca han de estar en manos de la banca privada, de esta forma se evitaría que la economía de un país dependa de la usura de la alta finanza internacional, se evitarían crisis como la que estamos padeciendo.Por otro lado soberanía para tomar decisiones en materia económica que reactiven la industria ya que es el único sector que puede crear empleo de forma importante, decidir lo que se ha de producir, sin ser dirigidos desde organismos que a fin d ecuentas son tentáculos de la globalización como la UE y el FMI. Así pues ya sabemos cual es la solución, la única que nos puede salvar del abismo.

Frel dijo...

Otras de las medidas que hay que aplicar de forma urgente es el desmantelamiento del insostenible y derrochador estado autonómico, al igual que eliminar todo tipo de subvenciones a partidos, sindicatos, ong's, etc....Eliminar la mayoría de los coches oficiales(el país que más tiene del mundo, algo vergonzoso), reducir a la mitad el número de ayuntamientos(unos 8.000, casi el doble de los que tiene Francia), etc... Hay economistas que han hecho cálculos y aplicando estas medidas el estado podría ahorrarse alrededor de unos 120.000 millones de euros al año, algo que sería básico para amortizar en pocos años la brutal deuda pública que tiene este país.
Si no se toman estas medidas la situación va a ir a mucho peor, al final estallará.

Por cierto Oso, muy buen artículo.