Hace
casi un año publicaba en este blog la entrada
La marcha de las putas –no es que yo lo diga, se autodefinían
y autodefinen así- donde hablaba de ciertas manifestaciones de mujeres en
varios países del mundo para reivindicar sustancialmente el derecho a vestirse
como putas y no ser consideradas como tales. Observaba en aquella entrada que una auténtica puta es
por lo menos honesta a su manera y su juego está claro, por tanto está muy por
encima de esta masa de cretinas vocingleras, cuyo lema “La Marcha de las Putas” es en realidad una ofensa contra toda puta
bien nacida.
En efecto
una cierta manera de vestir tiene el significado de enseñar el cuerpo para
provocar al varón y lanzar un mensaje bien claro, pero a diferencia de la prostituta la “Slut” de las marchas lo que pretende es
echar en cara al varón su reacción natural ante un estímulo deliberado,
provocarle continuamente con el juego habitual del mirar y no tocar, pero con
la intención adicional al mismo tiempo de criminalizar su comportamiento y en
realidad cualquier iniciativa por su parte, llevando la cosa al terreno legal con
las acusaciones de molestias y acoso.
En
efecto el llamado acoso sexual, y
entramos en el tema de hoy, es un tema fundamental en la guerra contra el varón
y la masculinidad por parte del feminismo. Asistimos a la aparición de leyes
cada vez más draconianas para reprimirlo, que en realidad están destinadas de manera evidente a perseguir al
varón y a castrarlo mentalmente, a transformar en potencial delito cualquier
iniciativa suya y en definitiva a realidad a colocar al hombre en una posición
imposible haciéndole vivir en un chantaje permanente.
Asimiladas
por la sociedad las infinitas aberraciones, leyes injustas y persecutorias,
privilegios para la mujer que ya existen y no voy a repetir aquí, se pasa a al
siguiente nivel que supone el paso de todos los varones al estado de criminales
en potencia: el acoso sexual definido
de manera que cualquier hombre puede ser acusado de cualquier cosa, ser
arruinado con sanciones e ir a la cárcel. Este tipo de leyes son la próxima
frontera en el acoso y derribo al varón.
Un
ejemplo de lo que nos reserva el futuro lo tenemos en la ley que ha sido
propuesta en Francia y no puede que no tardemos en ver en España, como mucho lo
que tarde en llegar otra vez un gobierno izquierdista, si es que las
detestables pijas feministas del PP no la traen antes:
“Una mirada sucia
insistente, un piropo repetitivo que traspasa la línea entre el halago y el
insulto, un gesto ordinario que mina la dignidad del trozo de carne que
pretende cazar. Las palabras son balas mortales, erosivas como los gestos. Francia
ha diseñado los contornos de esa figura difusa que es el acoso
sexual, ese delito a veces de palabra que se esconde en la
insinuación, escuda su perversa intención en el inocente piropo e intimida
aprovechando la manga ancha que da la libertad de expresión, en
este caso mal utilizada”
Como
es evidente, leyendo ya ni siquiera entre líneas sino literalmente, se considera
acoso cualquier cosa que la mujer considere tal, cualquier cosa que la moleste.
Con notable mala fe o quizás un perverso sentido del humor, la autora del
artículo en El Mundo escribe que se
han “diseñado los contornos del acoso
sexual”. En efecto los contornos están diseñados y son clarísimos:
cualquier cosa que irrite a la mujer y que ella subjetivamente considere como acoso.
La
ley ha sido propuesta por dos ministras -aunque habrían podido ser igualmente
dos tontos útiles feministas-, la Ministra
de Injusticia y la Ministra de Persecución Antimasculina, por
usar nombre verdadero de sus cargos, y con toda probabilidad pasará porque los
hombres y muy especialmente los políticos son unos memos cobardes, sometidos a
una hipnosis colectiva o amedrentados hasta el punto de no ser capaces de
reaccionar o de oponerse a aberraciones como éstas.
Y
por lo que respecta a las mujeres, no sólo las feministas militantes sino la
mayor parte de ellas deben ser consideradas ya directamente enemigas del varón,
puesto que parecen estar de acuerdo con estas leyes persecutorias y las apoyan.
Más sobre esto al final de la entrada.
Atrás
queda el principio anticuado de que un delito debe estar definido clara y
objetivamente, que para respetar la ley uno debe saber qué es lo que constituye
delito. Ahora la definición del delito es el arbitrio femenino puro y simple; la
intención que ya apenas se esconde es poner a cada hombre en un estado de
indefensión constante, de modo tal que cualquier cosa que haga se pueda
utilizar contra él, o incluso aunque no haga nada.
¿Qué es una mirada
sucia insistente? ¿Cómo se define, quién establece el grado de suciedad o
insistencia? ¿Nos van freír a multas o a meter en la cárcel por mirar a una mujer?
¿Cuándo
se “traspasa la línea entre el halago y
el insulto”? ¿De qué depende, de que la mujer tenga un
mal día o haberla pillado en un mal momento? ¿De que la jueza misma tenga o no la
regla el día de la audiencia en el tribunal? ¿De que el juez sea o no un
gilipollas domesticado con el cerebro lleno de propaganda feminista y complejos
de culpa por ser varón?
¿Qué
significa un delito “a veces de palabra
que se esconde en la insinuación, escuda su perversa intención en el inocente piropo “? ¿Nos
van a procesar por las intenciones?
¿Vamos a ser considerados criminales por
un piropo que esconde una “perversa
intención”? ¿Quizás por la jueza feminista militante para quien todo varón
esconde una ”perversa intención”?
Claro
que también hay lugar para la indulgencia en la justicia feminista:
“Los que se pasen
de los límites establecidos tendrán que pagar multas de
entre 15.000 y 45.000 euros, dependiendo del grado del delito, y penas de entre
uno y tres años de prisión.
Las insinuaciones leves se sancionarán con el castigo más bajo”
Es
un alivio enterarse de que si la mirada no es muy sucia o demasiado insistente,
si el piropo es medianamente inocente y esconde una intención sólo ligeramente perversa
pagaremos sólo unos pocos cientos de euros o iremos a la cárcel sólo unos pocos
días o semanas.
Vamos
que si uno se encuentra en el ascensor a la vecina de casa con minifalda, la
mira un poco de reojo y le dice educadamente lo bien que le queda el peinado, aunque
se tenga la mala suerte de que se sienta ofendida y acosada, con un buen
abogado quizá uno no salga excesivamente mal parado.
Uno puede pensar que la ley está pensada para perseguir
casos graves y reales de acoso, que en la realidad las cosas no son para
preocuparse tanto, que hay que tener fe en la justicia y no hay que sacar las
cosas de quicio.
Pero en verdad, sacar las cosas de quicio es la obsesión de
pretender hacer leyes para regular todo, meter los tribunales en cada aspecto
de las relaciones humanas y de la vida. Pero es que además esta obsesión, ya
absurda de por sí, se convierte en infame cuando se aplica en una sola
dirección y sólo contra una mitad de la sociedad.
Acerca de la confianza que puede inspirar la justicia, lo
vemos ya demasiado bien con las leyes de violencia de género y de igualdad,
con los tribunales ideológicos contra el maltrato,
con el tratamiento infame hacia los padres en tribunales y en general la
indefensión legal de los varones, con la acción sistemáticamente antimasculina
de la justicia que sólo raramente, en los casos más escandalosos, llega a ser
mencionada por los medios.
Una ley en la cual el delito no está definido claramente
tiene evidentemente como finalidad no la de hacer justicia sino la de perseguir.
Una ley que establece el arbitrio como criterio, donde el delito tiene contornos
tan vagos y opinables puede tener un solo objetivo: los enemigos políticos o los
enemigos de clase; o más bien enemigos de
género como en este caso.
Estas cosas no son de hoy naturalmente. Recordaré aquí una
famosa frase de un estadista italiano de hace un siglo: “Con los enemigos las leyes se aplican, con los amigos se interpretan”.
Está muy claro en el caso del derecho hembrista quién verá las leyes aplicadas y quién las verá interpretadas.
En
definitiva éstas son las leyes que quiere la mujer de hoy en día y en las que se
revela en toda su plenitud: insoportable, arrogante, caprichosa, abyecta y
egocéntrica, que se niega a ver en sí misma el verdadero origen de la maldición
que lleva dentro y proyecta su crisis profunda en los hombres haciendo la vida penosa
para todos: para ella misma, para su compañero y para sus hijos, a los que
convierte primero en tarados habiendo destruido algo tan fundamental para ellos
como la autoridad paterna, y luego en parias de la sociedad con sus leyes antimasculinas.
Quien
piense que la anterior parrafada sea excesiva, que considere el tratamiento del varón por la justicia y que observe la actitud de las mujeres al
respecto, cómo hacen una piña para defender lo que consideran sus intereses; que se pregunte también cuál sería la posición de la mayoría de las mujeres ahora
mismo, en nuestro país, si se propusiera una ley así. O más bien cuando se
proponga porque es sólo cuestión de tiempo.
En
efecto aunque esta ley basura sea francesa y esté en una fase preliminar nos indica lo
que está pasando y cuál es la tendencia actual, el camino que ha tomado la
sociedad occidental, en un proceso que se desarrolla con una lógica férrea,
coherente, aplastante, pues es la realización de la agenda oculta del
feminismo.
¿Cuál
será el carácter de la sociedad del porvenir si nadie pone un freno a este
delirio? ¿Qué actitud deben asumir los varones ante esta situación? Visto el
carácter de enemistad antimasculina cada
vez más claro que tiene la acción de muchas mujeres en política ¿Se trata de la
bilis desbordada de un puñado de fracasadas y trastornadas en su odio contra el
varón, o al contrario tal enemistad es una línea que la mayoría de las mujeres
comparten por las ventajas que sacan?
No
tengo una respuesta firme a ninguna de estas preguntas. O quizá las respuestas
estén contenidas en estas tristes y proféticas palabras del gran escritor
y pensador rumano Emile Cioran:
"Ante el hombre y la mujer se abren dos
caminos, la crueldad y la indiferencia. Todo hace suponer que tomarán el
segundo, que entre ellos no habrá ni explicaciones ni ruptura sino que seguirán
alejándose uno de otra; que la pederastia y el onanismo, propuestos en la
escuela y los templos, conquistarán a las masas; que volverá una masa de vicios
abolidos y que una praxis científica sustituirá los espasmos y la maldición de
la pareja”
E. Cioran, 1952
Cioran veía todo esto hace 60 años. Podía
ver mejor y más lejos que los comunes mortales. Pero hoy en 2012 ya estamos más
cerca de este futuro que ha empezado a realizarse y también nosotros podemos
ver sus contornos con inequívoca claridad.
Cada vez menos un hombre, a menos que sea un completo
imbécil y un pringado, estará dispuesto a pisar el campo minado que es la
relación con la mujer, excepto de la manera más mercenaria y superficial
posible. Y ya no digamos formar una familia, algo que hoy en día significa saltar a
lo desconocido y ponerse una soga al cuello, estar a merced del capricho, los
cambios de humor y la inestabilidad femenina; todo ello para al final, con gran
probabilidad, entrar en las abultadas estadísticas de las familias rotas, ser
tratado como la mierda por la justicia y terminar amargado.
Toda la culpa no es del feminismo naturalmente. En una
sociedad hedonista que fomenta todos y cada uno de los vicios y el egoísmo más
desenfrenado, ¿Quién querrá asumir “la
maldición de la pareja” de que habla Cioran? ¿Quién estará dispuesto a renunciar a sólo una parte de sus caprichos de niño malcriado mamados desde la infancia y erigidos en ley absoluta?
Que la profecía de Cioran se cumpla o no depende al final de nosotros: nunca he
creído en determinismos y al contrario sí en la libertad humana. Pero está la
gran cuestión de la actitud de la mujer en general y su insistencia en este
camino.
En el blog de textos he publicado como complemento a esta
entrada el artículo de Massimo Fini La raza enemiga. Naturalmente con tal expresión Fini se refiere a la mujer.
¿Es
realmente la mujer una ”raza enemiga” del varón?
Ninguna
afirmación puede ser verdad al 100% y menos aún si tratamos del ser humano. Yo mismo
estoy casado y tengo dos hijas. Muchos lectores lo estarán también, tendrán
novias y amigas. Sería injusto además de falso considerar todas las mujeres como enemigas. Sin embargo una afirmación que es
correcta al 95% o al 99% es válida a todos los efectos prácticos, excepto la
salvedad de que cada persona concreta debe ser considerada por sí misma.
La
conclusión que debemos sacar en definitiva es una sola. El acoso sexual existe
y es realmente una emergencia social: el conjunto de leyes feministas sobre
molestias, acoso sexual y violencia, la discriminación positiva, en general el
derecho de familia, los tribunales especiales contra el maltrato...todo ello constituye un frente único y se configura como un auténtico,
perverso, de amplitud nunca vista, acoso sexual –o de género- contra el varón.
8 comentarios:
Excelente análisis, Oso.
Efectivamente, el feminismo, como derivado del marxismo que es, trastoca la oposición burguesía/proletariado por la de hombre/mujer, identificando a efectos prácticos el papel del proletariado con el de la mujer, de modo que por este acto la mujer se convierte en el sujeto revolucionario de la historia y bueno en sí mismo, con independencia de los hechos y las pruebas en contra.
A fin de cuentas todo esto no es sino fruto del triunfo de los propagandistas del marxismo cultural, tan nefasto en tantos aspectos.
Estas leyes tan regresivas y humillantes para los hombres está elaboradas para enfrentarnos hombre y mujeres con el objetivo final de minimizar al máximo la figura del hombre(llámenlo si quiere el patriarcado) y que nos odiemos entre ambos sexos. Obviamente esta forma de actuar divide más a la sociedad, ya sabemos a quien beneficia y por supuesto afecta seriamente al crecimiento de la natalidad entre la población autóctona, este es otro de los objetivos del sistema, mantenerla lo más baja posible para reducirnos al mínimo como pueblo.
El marxismo cultural es una arma del sionismo nefasta.
Además hay que darse cuenta como actúan con el tema del acoso, igual que con el tema de las leyes de ideología de género, la forma tan simplista y discriminatoria con que la aplican, la prueba está que a los hombres no nos dejan que podamos utilizarlas para defendernos, es decir, denunciar la violencia psicológica(e incluso física en algunos casos)con que las mujeres agreden y acosan a los hombres. Sólo se acepta el dogma contrario con la intención clara de machacar al varón hasta límites más que humillantes.
Friel, yo creo que el verdadero motivo de estas leyes, la raíz de las mismas, está en el alejamiento cada vez más mayoritario entre hombre y mujer, algo que tambien ejerce su papel en el control del crecimiento poblacional.
Que nadie se comprometa a nada y la familia desaparezca(esa maquinaria de engendrar gente que tan poco gusta a los políticos, los mamporreros de la superélite)
Casi tod ala ingenieria social tiene un objetivo claro: otorgar más poder al mercado y el control poblacional.
Hola, soy una chica que tiene problemas, tengo un profesor que en la primera clase me toco por encima de la rodilla, y despues me ha tocado a la altura de la cintura como tres veces, cada vez que puede se me acerca y se me queda mirando fijamente, es tan obvio que dos de mis compañeros se me han acerca y me lo han hecho notar. Le tengo miedo he dejado de ir a clases pero es algo que no puedo hacer siempre, no se como me ira en la calificacion final, capaz no apruebe. Lo que me fastidia de todo esto soy yo el no ser capaz de expresar mi desagrado, me pongo muy nerviosa me congelo, no se que dedir quiero gritar pero no puedo no se que pasa conmigo, me irrita no poder decir lo que siento.
Hola me gustaría saber como solucionaste tu problema, saludos
Fíjense en las lista de comentarios. Ya apareció el comentario de una feminista haciéndose pasar por estudiante abusada. Eso es para continuar con la victimización de la mujer y manipular la emocionalidad de los lectores. ¿Realmente esta mujer cree qué publicando este comentario va a solucionar su supuesto "problema"? Alcanzaría con denunciar el tema ante la directora del instituto al que asiste para que saquen del cargo al profesor y más aún si tiene testigos como afirma. No hay que dejarse engañar. Las feministas quieren embarrar la cancha con mentiras.
Jajajajaja esta feminista con su cuento de caperucita pero anda a lavarte la concha pelotuda, venite a Argentina que a ustedes las feministas las sacamos con una buena patada en el ojete......es mas me soprendio al conocer una chica francesa en Buenos Aires, la vi me acerque porque me gusto como mujer y sin conocerla le dije que linda que sos queres salir a tomar algo???? se quedo mirando y me dijo pero emmm asi me pedis no tenemos primero que bla bla bla bla....nunca me paso algo asi....la mire y le dije pero de que planeta venis??? queres que aparezca en un corcel blanco en armadura y te invite a dar un paseo por la luna???? pero que jodidas estan las europeas ahora entiendo un poco mas.....
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