Para esta entrada voy a tomar como punto de partida la marcha de ciclistas en pelotas que hemos tenido en Madrid el pasado fin de semana.
No es una novedad porque estas marchas “ciclonudistas” ya hace tiempo que se celebran en Madrid y otras partes. Aunque no acabo de entender el gusto de ir en cueros por la ciudad en bicicleta, imagino que hay gente para todo. El exhibicionismo seguramente tiene poco que ver, porque la mayor parte de los participantes daban un espectáculo francamente lamentable si no horroroso.
Pero sí que hay exhibicionismo aunque de otro tipo. Es exhibir una cierta mentalidad que presenta como una liberación la eliminación de cualquier pudor y es también exhibir el propio desprecio hacia el sentido del pudor de los demás. Algunos participantes se quejaban en la televisión de que los coches no respetan a los ciclistas, pero ellos mismos demuestran bastante poco respeto hacia quien no desea ver gente en pelotas por la calle.
El sentido del pudor es algo que prácticamente ha desaparecido. Al nivel más básico, corporal, es la ocultación en público de ciertas partes del cuerpo y de los actos sexuales. Los criterios del pudor son tan variados como las culturas humanas y las épocas históricas, pero creo que más allá de esta variedad hay un significado común.
En efecto, debemos observar que el pudor a este nivel es característica de la especie humana en oposición a los animales. Es decir que el considerar que ciertas partes del cuerpo en cuanto ligadas a la sexualidad y a la evacuación deben ser tratadas de forma particular, el considerar que la exhibición pública de actos sexuales es impúdica, es simplemente separar algo que es personal y privado de las miradas del resto del grupo, y un signo inequívoco de elevación humana sobre el nivel del animal. De consecuencia el significado profundo de la pérdida completa del pudor, el reivindicar esto como un derecho y una liberación, tiene el significado de una regresión hacia la animalidad.
Pero no es ésta la única forma del pudor. La contrapartida mental, interior, de cubrir la propia intimidad, es la discreción a la hora de exhibir y comunicar los propios sentimientos. Esto también es pudor y también está desapareciendo. Hay siempre algo de profundamente chabacano y vulgar en esta actitud –o manía- de querer airear la propia vida íntima a los cuatro vientos. Falta completa del sentido de la distancia, de diferenciar lo privado y lo público.
Como en el caso del pudor en la exhibición del cuerpo y la sexualidad, no se trata de que haya que cubrir algo porque esté mal, sea feo o haya que avergonzarse de ello. De ninguna manera. Es simplemente cuestión de guardar una distancia y de establecer una separación entre lo que me pertenece a mí, a mis seres queridos, a mis compañeros, etc…es decir una diferenciación que es propia de un nivel de conciencia superior y auténticamente humano. Por tanto, también en este sentido la falta de pudor marca una regresión de la conciencia a un estadio amorfo y primitivo. A nivel animal si no al de las hortalizas.
Además creo que en general cuanto más se ostentan y se exhiben como en un espectáculo sentimientos y emociones, menos auténticos son. Es decir que cuanto más se muestran en público estas cosas más falsedad hay. El límite de esta exposición impúdica y fraudulenta de sentimientos amañados lo tenemos en la prensa del corazón y en los programas de telemierda y marujeo.
Existe aún una forma de pudor que es la discreción en la expresión de las propias opiniones. No en el sentido de hacerlo de manera polémica o moderada –que eso es otro tema- sino en el de no hablar con suficiencia de lo que no se conoce, sin haberse por lo menos planteado los problemas y haberles dedicado un mínimo esfuerzo o reflexión, para formarse una opinión y poder adoptar una posición. Si el pudor es cubrir las vergüenzas, en este contexto y por analogía significa también cubrir la propia ignorancia, inexperiencia o falta de criterio sobre un tema. Evidentemente nadie está perfectamente preparado en todo ni puede tener una posición meditada sobre cualquier cosa, pero impúdico es reivindicar las “vergüenzas” de la propia insuficiencia e imponerlas a todos.
Esto está muy ligado a una variedad del narcisismo tan extendido hoy en día. A toda costa se quiere importunar a los demás con una exposición pública, no de opiniones o ideas, sino de sí mismo porque se considera la propia persona del máximo interés para los demás en general y se desea exhibirla. Esto también es en cierto sentido falta de pudor.
Resumiendo, aparte de la anécdota de los ciclistas en bolas, si consideramos el significado profundo de la desaparición del pudor en sus varios aspectos, se revela como una regresión y una caída de nivel en la conciencia humana. Un pequeño fenómeno degenerativo más que se añade a todos los demás que estamos viviendo.
Saludos del Oso.
5 comentarios:
Magnífíca y elocuente reflexión sobre el significado del pudor. Con su permiso, la publico en mi twitter.
N.B. En su estupendo blog se echan de menos los botones para compartir los artículos. Un saludo, Sr. Oso.
Gracias por la sugerencia, Ramiro. Cualquier consejo para mejorar le blog es bienvenido.
Le quiero felicitar por su blog, lo he leido con atención desde que lo descubrí casualmente en internet y desde entonces soy asiduo lector suyo.
Comparto plenamente sus valientes y atinadas reflexiones sobre las pestes de nuestra época como lo son las religiones laicas e ideologías como la ideología de género, la corrección política, la destrucción de la educación clásica y tantos otros.
Todos estos males están destruyendo a nuestra civilización y nos han sumido en un fétido ambiente de vulgaridad e imbecilidad colectivas.
Ante este desolador panorama ciertamente uno se siente muy solo, pero medios como su blog son una buena herramienta para mantener la higiene mental y la cordura, le animo a seguir escribiendo.
Con aprecio y respeto le saluda desde Venezuela un hijo de españoles,
Alfredo Vázquez
Esta es otra de las derivaciones de ciertos sectores progres.
No tienen pudor ni respeto, eso es obvio, lo que les mueve es la provocación y la "transgresión".
Todo lo progre realmente es regre, odian este mundo, pero viven de cojón en él(ninguno de estos es albañil ni trabaja en una fundición)
Como dice bien Alfredo Vázquez (a quien doy la bienvenida) a menudo uno se siente solo pero comprobar que no se está totalmente solo es importante.
El asunto de la transgresión es merecedor de un artículo por sí mismo. En general la transgresión por sí misma es índice de una falta de libertad y de un conformismo aunque sea al revés, pues significa que por dentro se está vacío y no se tiene nada que proponer, limitándose a ir a la contra.
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