La alarma cunde en la gran prensa, aquella que los
anglosajones llaman mainstream: es
decir los medios del pensamiento único, los
órganos de propaganda e instrumentos de control social en manos de esos estafadores
que pretenden llamar opinión pública a
su opinión publicada, que no son sino
las consignas de quienes pagan el sueldo a los que escriben.
Toda esta gente ha lanzado la alarma: la “ultraderecha” y la
“xenofobia” y el “populismo” avanzan en Europa. Artículos histéricos y
titulares risibles a menudo llenos de humor involuntario; parece que les hayan
dado cuerda a todos a la vez, a los opinadores oficiales cuya única obsesión es
quitar legitimidad a esa voluntad de rebelión que empiezan a mostrar millones
de europeos, a pesar de la vergonzosa manipulación de los medios y la campaña
masiva de lavado de cerebro; una voluntad de rebeldía y resistencia contra el
destino envenenado que les han preparado sus clases dirigentes traidoras.
Y es que en un sentido casi literal efectivamente les han dado cuerda a periodistas y políticos. Como se
hace con esas tradicionales cajitas de música que tocan la melodía que llevan
impresa dentro, siempre la misma. Luego el muelle se gasta y a veces incluso se
rompe, pero siempre hay disponible otra cajita de música como reemplazo.
El problema es que la música de las cajitas es agradable y
hermosa, pero el tema que tocan los políticos vendepatrias, en cambio, tiene el
hálito de la muerte: es la marcha fúnebre compuesta con las notas del odio
contra Europa y los pueblos europeos.
Ya lo dijo Mark Twain en el siglo XIX: “Si votar sirviera para algo, no nos dejarían hacerlo”. ¿Vale esta
máxima también hoy en día? Queremos creer que no y todavía lo creemos, a pesar
de todo. En Hungría un magnífico gobierno tradicionalista y patriota resiste a
las imposiciones y lucha por el futuro de su país; en Suecia que por cierto es
el país más lobotomizado de Europa, el partido Demócratas de Suecia ha obtenido
un resultado impensable hace pocos años. En Alemania el partido Alternativa por
Alemania avanza. En Italia también han empezado a reaccionar.
En toda Europa empiezan a surgir brotes de rebelión.
Es hora de que vayan tomando nota los señores juntaletras de
la prensa vendida a la corrección política, que también podemos llamar las señoras
prostitutas del sistema, pagadas para satisfacer a quienes tienen costumbre de
leer y no sólo de fornicar. Para millones de europeos ya no cuelan las mentiras
que sus proxenetas con corbata y forrados de millones les ordenan escribir. Las
palabras-policía ya empiezan a perder su fuerza: cada vez más se dan cuenta o
empiezan a sospechar que las expresiones “extrema derecha”, “populismo”,
“xenofobia” no significan nada; que son simplemente una manera de criminalizar
y deslegitimar la más que legítima, incondicional, innegociable e irrenunciable
voluntad de los europeos de seguir siendo europeos, de no perder su identidad,
de no convertirse una minoría en su propia tierra.
Quizá me equivoque pero soy pesimista. Pienso que Mark Twain
sigue teniendo razón hoy en día y que votar sirve, quizás, pero sólo hasta
cierto punto.
Lo que quiero decir que, si las cosas han de cambiar, probablemente
no sea de manera pacífica y ordenada. Pero no porque los partidos identitarios
sean “extremistas” o violentos. En absoluto. Será porque, cuando de verdad se
conviertan en una amenaza capaz de cambiar realmente las cosas, las propias
oligarquías que nos gobiernan recurrirán a formas de represión y control cada
vez más tiránicas; incluido también si es necesario el asesinato político y la
ruptura de las mismas reglas democráticas. Ahora bien, si llega ese momento
evidentemente todos los medios de lucha y resistencia serán legítimos, porque
nadie está obligado a respetar las reglas si el otro no lo hace.
Max Romano
Max Romano
2 comentarios:
Incluso en Brasil comienzan a despertar. Cuando lo haremos los españoles?
Excelente blog, comparto totalmente sus contenidos. AVE EUROPA
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