viernes, 16 de diciembre de 2011

GOBERNADOS POR TRAIDORES


Es siempre algo arriesgado sacar conclusiones de pocos episodios aislados, pero a menudo estos hechos puntuales son un símbolo y un termómetro de lo que está pasando en nuestra sociedad. Y cuando se repiten una y otra vez es difícil no ver lo que significan. Para esto, naturalmente, hay que ser capaces de recordar, y no es casualidad que el sistema en que vivimos haga todo lo posible para impedirlo, anulando la capacidad de memoria en las personas, con una avalancha de estímulos e informaciones insignificantes para que vivamos, mentalmente, al día y nos olvidemos de las cosas.

Los episodios de que hablo, para que se entienda el tema de la entrada, tienen que ver sobre sucesos violentos, o al menos conflictivos, que de alguna manera tienen que ver con el tema de la raza. El tratamiento que los medios, la justicia y los poderes públicos reservan a estos hechos es tal que se puede hablar de un verdadero racismo antiblanco, de un doble rasero evidentísimo e infame en el cual la raza sí que importa, pues el comportamiento de los medios y las autoridades es totalmente distinto, según los agresores y las víctimas sean blancos o no. Hasta tal punto que se define una pauta bien clara, una política deliberada que las clases dirigentes de Europa llevan a cabo contra su propia gente. Podemos expresarlo diciendo que, según la verdad oficial de quienes nos gobiernan las razas no existen, pero por otra parte saben muy bien quién es blanco y quién no lo es, cuando se trata de  perjudicar a los unos y favorecer a los otros.

Es importante también no caer en trampas semánticas utilizando el lenguaje del enemigo. A veces se escucha la risible expresión racismo inverso o racismo al contrario para designar el racismo contra los blancos. Evidentemente quien así habla implícitamente da por sentado que el racismo verdadero, con denominación de origen, es el de los blancos contra los otros y el racismo a la inversa es un fenómeno marginal o de alguna manera reacción al racismo de los blancos.

No. La expresión racismo a la inversa forma ya parte del lenguaje, la propaganda, la mentalidad del racismo antiblanco, asume sus puntos de vista, utilizarla significa un cedimiento y una adopción parcial del punto de vista adversario.

Esta es una noticia reciente. Contiene también el enlace al vídeo


Se trata de una señora con su hijo que, por los motivos que pueda tener -quizá simplemente tenía un mal día o quizás estaba harta de muchas cosas- se pone a despotricar contra los inmigrantes, los negros y los asiáticos, en un vagón lleno de ellos. La policía ha tardado poco en arrestar a esta peligrosa delincuente -que al fin y al cabo no ha agredido físicamente a nadie- utilizando el vídeo grabado por el móvil de un ciudadano que –imagino- estará orgulloso de haber cumplido quién sabe qué deber cívico. El vídeo y la noticia han sido recogidos por todos los medios, y no he tenido la menor dificultad en encontrarlos en múltiples lugares.

Veamos esta otra también reciente. No la encontraremos en los grandes medios, sólo en el daily mail y en lugares "malditos" de Internet como Stormfront. La noticia está en inglés y también tiene un enlace al vídeo. Recoge una agresión de una pandilla de chicas somalíes contra otra chica, blanca. Aquí por lo visto nadie se ha rasgado las vestiduras hablando de agresión racista a pesar de expresiones cariñosas como “matad a la escoria blanca”


En este caso el juez ha puesto en libertad a las agresoras, que no pasarán ni un día entre rejas pues les ha suspendido una pena ya de por sí leve. El motivo de tanta indulgencia es que estaban borrachas y siendo musulmanas no estaban acostumbradas a beber.

Esto es lo que se puede esperar de la justicia políticamente correcta.

Apenas vale la pena comentar que, en España o en cualquier país, si me pongo ciego de alcohol y luego le parto la cara a alguien, difícilmente los jueces serán tan indulgentes conmigo aunque alegue que no estoy acostumbrado a beber. Y ya no digamos si además estoy con un grupo de amigotes y le pegamos a la primera morena que pase por la calle gritándole “matad a la escoria negra” y otras lindezas por el estilo.

Dejo a la imaginación del lector la que se iba a armar. Cárcel garantizada por bastante tiempo, además de una avalancha de artículos sobre el racismo y lo malos que son los blancos, manifestaciones, muestras de solidaridad y tolerancia militante en televisión durante una semana por lo menos.

Además del peso de la ley, que para unos cae ligero como una pluma y para otros pesado como el plomo, totalmente diferente es la importancia que se ha dado en los medios a las dos noticias. No entro a valorar el comportamiento de la señora del metro, pero como mínimo, diré que no merecía tanta severidad y mucho menos ser arrestada por esto. De hecho este tipo de cosas ni siquiera debería ser delito. Dejando de lado las formas, la señora ha simplemente expresado su opinión de que en su país hay demasiados inmigrantes y gente étnicamente no europea. Ya de por sí es aberrante que la expresión de estas ideas sea delito, estemos o no de acuerdo con ello. El que una persona pueda ser arrestada simplemente por esto da una medida de la dictadura políticamente correcta que vivimos.

Concedamos sin embargo por ahora que el comportamiento de esta mujer, su desahogo, en el contenido o en las formas, está feo. Aun admitiendo esto, me parece totalmente evidente que la agresión de la banda de somalíes es algo que está un poco más que feo, pero la tiranía de la corrección política y del racismo antiblanco no lo considera así.

Otra perla procedente del Reino Unido que recoge un blog español: un chico blanco subnormal que, tras un roce con otro chico pakistaní en el instituto de educación especial donde iba es denunciado con la acusación de racismo por la familia del otro.


Hay que precisar que la edad mental del chico es de cinco años, por lo cual ni siquiera comprendía de qué se trataba. Aunque comprendía de alguna manera que podia ir a la cárcel y ser separado de sus padres, lo que le produjo el efecto que es de esperar en un niño de cinco años.

Podríamos también comentar los recientes crímenes en Bélgica e Italia, que han producido una respuesta totalmente diferente en las instituciones. En el primer caso un árabe desequilibrado que mata a cinco personas, un acto que es tratado como delincuencia común; por ninguna parte oímos hablar de crimen racista, solo nos "tranquilizan" –por así decir- asegurando que no es terrorismo. En el otro un desequilibrado italiano que mata a dos vendedores ambulantes senegaleses y se suicida, crimen que inmediatamente ha desdencadenado reacciones políticas, manifestaciones y la campaña mediática sobre el racismo que nos podemos imaginar, además de una redada policial el día siguiente.

Se puede decir que todos estos son casos distintos y efectivamente lo son. En rigor todos los casos son distintos. Pero esto no significa que no exista un diseño global del cual estos episodios son indicios reveladores, trazos que nos ayudan a verlo.

Aunque estos hechos se refieran a países diferentes estoy consideándolos como parte de un cuadro único, porque el régimen de la corrección política que impera en toda Europa es el mismo y presenta idénticos rasgos. Las diferencias que indudablemente existen entre países son accidentales respecto al diseño global, el proyecto infame que es perseguido por élites traidoras y envenenadas por el marxismo cultural. Lo que diferencia unos países de otros es el grado de implantación de esta pesadilla totalitaria.

Si insistimos en que no se pueden comparar estos sucesos, se puede siempre hacer el simple ejercicio mental de invertir las partes. Hagámoslo imaginando que sucede en España.

Por ejemplo imaginemos una mujer negra que se pone a despotricar contra los blancos en el autobús. ¿Mostrarían la policía y los medios el mismo celo y la misma indignación? ¿Lo veríamos en los periódicos o se quedaría en un vídeo más del youtube? Y si fuera arrestada o perseguida podemos estar seguros de que no faltarían los artículos exculpatorios en los medios, mobilizaciones de guarros y antirracistas babosos justificando el desahogo de la pobrecita, exasperada por el racismo de los españoles. 

¿Se mostraría un juez español indulgente con una pandilla de niñatos blancos borrachos que golpease a una inmigrante? ¿Habría que buscar con lupa el vídeo en Internet o más bien nos lo meterían hasta en la sopa?

¿La justicia aceptaría a trámite y prolongaría durante meses el caso de un chico deficiente mental –negro o árabe o mestizo- acusado de racismo por la familia de otro chico deficiente mental –blanco- a causa de un roce entre ellos?

Preguntas retóricas naturalmente.

En España, en Reino Unido, en Francia o en Italia, todos estos casos y muchos otros siguen una pauta bien clara, tanto que requiere un deliberado esfuerzo para no verla. Una política dirigida desde arriba, de persecución y lavado de cerebro contra las poblaciones blancas. Podría continuar hablando del trato de favor para extranjeros y en base a la raza, en nuestro país y en otros, pero he querido limitarme al comentario de estos sucesos. Cada cual podrá integrar lo que he comentado con sus propias observaciones y recordar otros episodios. No por casualidad el racismo antiblanco es uno de los azotes sobre el cual tengo pendiente escribir un artículo general.

Nos han lavado tanto el cerebro con el tema del racismo, que somos ya incapaces de ver dónde está el verdadero racismo: en nuestros gobernantes y clases dirigentes. Y hablo de racismo en el sentido de trato vejatorio hacia una raza, en este caso la blanca, y trato de favor hacia cualquier otra. Éste es comportamiento y la política de nuestras élites.

Ya no se trata simplemente de propaganda y de una genérica, idiota e indiscriminada fascinación por todo lo que sea exótico y no europeo, alimentada  y fomentada por los medios. El racismo antiblanco en la propia Europa es ya política de Estado, práctica judicial, manipulación constante y desinformación, campañas desde arriba para que los blancos se sientan culpables por ser tales.

Los que gestionan este juego, nuestras élites, los intelectuales, los políticos, son los mismos que manipulan la opinión y la sociedad. Gente que teóricamente tiene la misión de guiar a su pueblo, trabajar por su interés y su futuro. Para eso se les paga, para eso la comunidad les mantiene y les permite vivir sin realizar un trabajo productivo. Esta es la teoría; en la práctica sabemos todos cómo están las cosas. Pero hemos llegado al punto de que no sólo no lo hacen, limitándose a robar y cuidar exclusivamente sus intereses de casta, sino que trabajan activamente contra su propio pueblo, por lo cual podemos hablar de traición, en el sentido más completo del término y por partida doble.

No importa si lo que hay detrás es un poder en la sombra que emana estas directivas o simplemente la mentalidad patológica del etnomasoquismo que, como una enfermedad degenerativa, ha surgido de la civilización occidental para destruirla poco a poco. Probablemente se trata de ambas cosas. Pero tanto en un caso como en otro caso el duro juicio que nuestras élites –por llamarlas de algún modo- se merecen es el mismo.

Traidores. Estamos gobernados por traidores que trabajan contra su propia gente.

6 comentarios:

schopena dijo...

Bueno y extenso el articulo.
Voy haber si hay algo más que poder decir.

Grupos de poder formulan programas estratégicos y actúan de la manera en que piensa servirán sus intereses específicos. Este poder lidera los esfuerzos para destruir los fundamentos de la raza blanca. Promueven y lideran en ambientes académicos la idea de que las naciones y las razas son entidades artificiales y el argumento del igualitarismo racial. La igualdad racial es presentada al público como un hecho científico, al que sólo se oponen los “fanáticos” y los “ignorantes”. Promueven la inmigración como arma y utilizan la propaganda como brazo ejecutor de los intereses de este grupo, que muy bien podríamos llamar gobierno invisible. Con la inmigración actual se pretende la destrucción de los pueblos y las naciones. “Los poderosos de este mundo seguirán imponiendo todas las técnicas conocidas, y, muchas más por conocer, para la manipulación e igualación de los seres humanos”. (Konrad Lorenz)
Con el mestizaje los pueblos europeos pierden su identidad y con esta la voluntad de oponerse eficazmente al destructor de las civilizaciones, y a los que pretenden un nuevo orden mundial. Como refiere Dostoievski: “Una decima parte de la humanidad mangoneará a las nueve restantes; estas nueve vendrán obligadas a perder la personalidad y convertirse en algo así como un rebaño”…

La mayoría de la gente no ven la realidad de todo esto, de este plan, porque no han racionalizado los hechos dispersos en conjunto coherente. Como un chiquillo juntando las piezas de un rompecabezas, la mayoría no ha conseguido aún completar la imagen. Y los que consiguen descifrarlo son intimidados con la decisiva arma moral acusándolos de racistas. Cuando en realidad el racismo como escribe Joaquín Bochaca “consisten en el mutuo respeto entra las razas y en la exigencia de ese respeto”. “Que ser racista no significa forzosamente odiar a las demás razas, sino aceptar el hecho de las diferencias existentes entre ellas, y admitir que todos los hombres tienen derecho igual al respeto de su persona tal cual es”. La desigualdad natural, tanto física como psíquica y ética, entre los hombres y las razas es un hecho natural e indiscutible. Pretender negar estas diferencias o forzarlas artificialmente por una nivelación forzada es un acto contra natura absolutamente inútil, que sólo sirve para igualar por lo bajo, por el inferior.
Alguien acusado de ser racista se puede enfrentar al descrédito, la intimidación o la cárcel. Por lo tanto hay que tener mucho cuidado con expresar la opinión que uno tenga con respecto a las razas y al racismo. Podemos correr el riesgo de ser malinterpretados. Como dice el profesor británico, C. Darlington: “La raza se ha convertido hoy en un tema tabú como lo era el sexo en la era victoriana”.
Como dices muy bien, cualquier sujeto perteneciente a otra raza, puede perfectamente ser racista con respecto a un blanco sin que en ningún momento sea sancionado o ni siquiera regañado.

Saludos

Anónimo dijo...

Un fantástico artículo. Sólo puedo añadir que los votantes que han puesto a esos políticos en su cargo son cómplices de la traición, sobre todo cuando ellos mismos critican los privilegios de los que disfruta la inmigración en toda Europa.

Frel dijo...

Muy buena la entrada Oso, describe a la perfección la lamentable situación actual sobre el tema, de la manipulación constante y de la criminalización del ciudadano blanco europeo cuando intenta en la mayoría de las ocasiones reaccionar ante una situación de la forma más natural(y no me refiero al incidente en el metro londinense). Todo esto no es casualidad como es lógico, forma parte de la conspiración globalizadora, además hay que darse cuenta que es un proceso uniforme en toda Europa, o sea, una prueba más que palpable. La clase política europea está a las órdenes de ese poder oculto que dirigen las élites económicas mundiales, son sus lacayos que para eso les financian las campañas electorales y todo lo demás...Incluso yo estoy seguro de que una parte importante de ellos(políticos) lo hacen en en contra de su propia voluntad, pero claro si quieren vivir de la política y darse la vida padre que se dan pues tienen que obedecer al amo y al mismo tiempo traicionar a su misma gente, algo totalmente injustificable. El hecho de querer uniformar a las masas mediante un proceso simultáneamente endófogo y mestizo pienso que es un arma de doble filo también para el sistema ya que si estos casos un tanto aislados se reproducen más asiduamente la reacción de la población autóctona puede ser inesperada y con unas consecuencias muy impredecibles, habría que ver hasta dónde se podrá aguantar una situación tan ilógica y represiva como la que vivimos, es cuestión de tiempo.

schopena dijo...

Nuestra civilización, la Civilización Occidental esta a las puertas de derrumbarse traicionada por los políticos que, en teoría, deberían defenderla. La facilidad con que están permitiendo la entrada de toda clase de inmigrantes, sin consultar a aquellos que se supone tienen que proteger, es de lo mas sospechoso. Esta política solo beneficia a los enemigos de Occidente: “Los bienes de los pueblos llegarán a ser tuyos tus hijos traerán desde lejos el oro y la plata de los pueblos. Extraños construirán tus murallas y sus reyes te servirán”. (Jeseja 60, 5-12)

Esta política de inmigración, jaleada por la prensa y demás medios de comunicación que han abandonado su función de servicio y su compromiso con la búsqueda de la verdad, esta acelerando el fin de la más grande de las civilizaciones existentes de la que depende la supervivencia de la Tierra. Como decía un tal Malú Kikuchi: “El periodista políticamente correcto, juzga antes de que los jueces pronuncien sentencia, opina con todo derecho, y desinforma por ideología o por omisión”.

Los políticos son, hoy en día, ridículos, corruptos, inmorales y algunos verdaderamente imbéciles. Son elegidos y colocados en situación de ser elegidos presidentes por los que verdaderamente gobiernan, luego las masas engañadas no hacen más que ratificar lo que ya estaba decidido. Hoy puede ser elegido para presidente un imbécil. En algún lugar leí: “Se puede escoger un idiota cualquiera pasearlo durante doce meses a través del país y hacer que salga elegido. Es cuestión de dinero”. Ejemplo del cual los españoles podemos presumir.

Además la mayoría de estos políticos tiene secretos inconfesables por los cuales son chantajeados y así utilizados. Por eso los que se reúnen en el G 20 no son otra cosa que algunos de los mayores ladrones de la historia de la Humanidad, y no tienen en sus decisiones, más autoridad moral que la que tendrían un grupo de gángsters.

Como decía muy acertadamente Marañón “¡Qué gentes! Todo es en ellos latrocinio, locura, estupidez. Bestial infamia de esta gentuza inmunda. Tendremos que estar varios años maldiciendo la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales, y aún no habremos acabado”.

Saludos.

Anónimo dijo...

Pero, el grave problema, es que hay una "conciencia social" mayoritariamente favorecedora del inmigrante. Cualquiera que, publicamente haga la menor alusión a su incultura, mala educación, falta de respeto, oportunismo ventajista, victimismo, etc, puede tener graves problemas. No solo en el terreno legal, sino a nivel popular.

Presencie, hace unas semanas, un incidente en una céntrica estación de Metro de lo más esclarecedor:

Un hombre joven, mulato, y al parecer caribeño. comenzó a proferir insultos contra un empleado de la cia que le solicitó que pagase su billete.

El sujeto, le tildó de racista con gran alarde de aspavientos, consiguiendo que la gente que les rodeaba, en su mayoria española, se pusiera a su favor.

La picaresca de estos individuos no tiene límites, y su capacidad para manipular situaciones es digna de los mejores actores. Pero, lo más grave, es la actitud de una mayoria de población haciendo causa común con su situación de "pobre marginado".

Ni que decir tiene que el tipejo se salió con la suya, al no querer el empleado -aún siendo asistido por un vigilante-impedirle el paso.Posteriormente se escucharon comentarios de satisfacción entre algunas personas, por haber impedido un "atropello a los derechos humanos de un pobre inmigrante de color".

Triste realidad, como acertadamente denuncias en tu artículo, pero: ¿que se puede esperar frente al lavado de cerebro que la gran mayoria de la población se ha dejado hacer?. Mientras esa "mentalidad estúpida y sensiblera" no cambie, todos los indeseables que han ido poblando nuestro país seguirán siendo los privilegiados de las mejores gabelas sociales, además de sentirse ventajosamente protegidos por la opinión pública.

Un saludo. LEG

Max Romano dijo...

LEG, no me sorprende lo que comentas, que es odioso y muestra el grado de lavado de cerebro a que hemos llegado. Si estamos gobernados por traidores es porque somos gilipollas y borregos en porcentajes "búlgaros", como dicen en Italia.

Esa gentuza que impidió al empleado del metro cumplir con su deber estará orgullosa y satisfecha de sí misma, pero seguro que ninguno de ellos se ofreció a pagar el billete del moreno, lo cual habría resuelto la situación y dejado a todos contentos.

Gracias también a los demás comentaristas que habéis puntualizado y desarrolado aspectos importantes del tema.