Esta entrada es la última del ciclo "El Reino del Dinero" que he venido publicando durante este año y continúa la cuarta parte El nuevo feudalismo, que trataba de la toma de control del mundo por parte del poder del dinero, más específicamente de la creación de un nuevo feudalismo como el título indicaba. Uno podría de frente a esta perspectiva estar de acuerdo. Y muchos lo están en efecto, aunque no lo puedan decir abiertamente porque el engaño de la democracia se debe mantener. Alguien tiene que mandar en el mundo de todas formas y si esto trae prosperidad y estabilidad. ¿Porqué no?
Este debe ser el razonamiento de los defensores del mundialismo, de las élites mundialistas traidoras que ceden la soberanía de sus países: No de los tontos útiles se entiende, sino de quienes son conscientes del estado de las cosas. Tienen seguramente sus razones, como las tiene por otro lado cualquier grupo organizado, desde las pandillas callejeras a las bandas de narcotraficantes o los clanes mafiosos; de otra manera no serian grupos organizados, no sé si me explico. El problema surge cuando a los ladrones en vez de ahorcarlos se les permite dirigir el mundo. Se entiende que quien escribe estas líneas es radicalmente hostil a este nuevo feudalismo por varias razones, pero una de las principales es la fealdad del mundo creado por el dinero, fealdad exterior e interior, espiritual, de las personas.
Intentaré usar la analogía con la sociedad feudal para explicar lo que quiero decir. Como punto de partida debemos notar que en general las clases o grupos dominantes en una época determinan el carácter de esa época.
Como
en la Edad Media el predominio del caballero y del sacerdote imprimió un cierto
sello a aquel mundo, el feudalismo del dinero del que hablé en la entrada
anterior marca el carácter de la sociedad actual. Fomenta un cierto tipo de ser
humano y deja su huella inconfundible a todos los niveles, desde el carácter de
las personas a la vida cotidiana a la arquitectura, la cultura, el pensamiento
y el arte. Una huella inconfundible de degradación y vulgaridad, una caída de
nivel que acompaña inevitablemente el culto del dinero, del cual he intentado mostrar
–no sé con qué fortuna- su naturaleza de religión contrahecha en la tercera
parte de esta serie El opio del pueblo.
Casi
todas las religiones han condenado el afán de lucro y han visto claramente el
peligro que el dinero representa para el hombre, comprendiendo correctamente el
poder de dominio y destruccion espiritual que su misma naturaleza encierra.
No
es simplemente la cuestión de materialismo contra espíritu, del deseo de bienes
materiales y riqueza que siempre ha existido. Que también, pero aquí es algo
más profundo, tiene que ver con la naturaleza del dinero, con su carácter
abstracto y su particular cualidad. Algo que Massimo Fini ha sabido analizar
magistralmente en el libro que ha dedicado al tema, del cual he extraído
algunos fragmentos que estoy publicando en El Velo Rasgado. El primer texto
del ciclo fue Dinero (I): El estiércol del demonio. Allí
se mencionaba la opinión de Lutero sobre el dinero:
“El dinero es la palabra del diablo, por
medio de la cual crea todo en el mundo, exactamente como Dios crea a través de
la palabra de la Verdad”.
Estas palabras de Lutero son la descripcion más
acertada y más plástica que yo conozca del poder del dinero. El lector más religioso las puede
interpretar literalmente o casi, el de formacion o temperamento más laico puede
verlo como una imagen poética pero extraordinariamente precisa.
En
efecto y tomando prestada la frase de Lutero, la creacion operada por la palabra del diablo, el carácter del
mundo que ha producido la religion del dinero, lo podemos ver en cualquier
dirección en que miremos, en lo grande y en lo pequeño.
En
términos modernos podemos expresar lo que Lutero formuló en términos
teológicos, diciendo que el culto del dinero destruye todo lo que es noble y
elevado, cualitativo, espiritual, cualquier interés superior en el ser humano,
todo lo reduce a mercancía, a un cómputo de beneficios o pérdidas, a rentabilidad
que es el valor supremo. Modela a la base la pasta humana produciendo seres que
lo miden todo con el patrón del dinero y todo lo valoran en primer lugar desde
el punto de vista económico. Es fácil observar que esto ya es casi un reflejo
condicionado en el hombre medio de hoy, deformado en el carácter y en sus
mismos procesos mentales. Deformación que se expresa en la sociedad que siempre
es un producto y una imagen de lo que el hombre lleva dentro.
Esta
es la creación de la palabra del diablo en
la mente humana, la eliminación de todo interés superior y su reduccion a una
máquina de calcular. La degradación y la caída de nivel esta creación la
podemos ver simbolizada en sus producciones.
Como
las cosas entran por los ojos podemos comparar las catedrales góticas de la
Edad Media con los edificios y monumentos símbolos de la edad actual, los
centros históricos de nuestras ciudades medievales con las horribles urbanizaciones
y barrios dormitorio modernos, producto de la especulación inmobiliaria. No se
puede mostrar más claramente la incapacidad del mundo actual, gobernado por el
dinero, de producir una construcción realmente hermosa, artística, duradera.
Cierto
que hoy en día la técnica es capaz de producir condiciones mejores de vida para
todos y no hay nada malo en ello, pero con mayor motivo toda esta capacidad
productiva que la máquina nos ofrece, las posibilidades técnicas de los
materiales modernos, habrían podido producir creaciones superiores, hermosas,
elevadas. A mayor razón que en la Edad media o que en la Antigüedad, en que
cualquier gran obra debía ser construida penosamente, en tiempos largos y exclusivamente
con la fuerza muscular del hombre.
Si
no ocurre así no es por tanto por motivos técnicos, sino por pura y simple impotencia
espiritual. No es que no existan las personas capaces de hacerlo, los artistas,
es que en otros tiempos era una voluntad política o religiosa era la que
dirigía y dictaba dónde el trabajo humano había de emplearse. El dinero existía
y era necesario pero era un simple instrumento al servicio de otros fines.
¿Quién
podría hoy pagar una catedral de León
con vidrieras realizadas a mano por auténticos artistas? Nadie porque el dinero
no va en esa dirección. El dinero va a horribles montones de casas y
urbanizaciones, a coladas de cemento que destrozan el litoral, a cualquier
lugar hermoso donde la pezuña del especulador vea una oportunidad de beneficio.
Incluso sin remontarnos a la Edad Media podemos ver cómo la calidad de las
viviendas ha ido siempre a peor desde la época de nuestros padres, a medida que
la cultura del dinero y el beneficio como único valor se ha ido difundiendo y
dominando en la sociedad, y a medida que la política ha perdido terreno frente
a la economía. No es sorprendente esta degradación, porque cuanto más fuerte es
el poder del dinero más efímeras y de peor calidad son las cosas, que no están
hechas para durar sino para ser compradas y producir beneficios.
Si
pasamos al arte en general podemos ver también allí la creación de la palabra del demonio. La escultura
clásica, la pintura del Renacimiento, las obras inmortales de Bach, Mozart,
Beethoven, Wagner, todo ello viene de una época, de un mundo, de unos tipos
humanos que no medían el mundo con el dinero. También la simple cultura
popular, las danzas, las canciones tradicionales, todo ello salía directamente
del seno de los pueblos y de su íntimo sentir, tenía un carácter cualitativo, a
diferencia de los infames productos de la cultura de consumo actual, fabricados
en laboratorio, artificiales, según formulas que buscan exclusivamente obtener
el máximo beneficio.
Todo
ello es un testimonio de una época y un acto de acusación contra la degradación
de una cultura que hoy en día está reducida a un negocio más, dividida en una
cultura “popular” que no merece este nombre y es en cambio de masas, realmente miserable cuyo objetivo es sólo el beneficio económico
(y la manipulacion oculta, pero no es éste el tema del presente artículo) y una
cultura contemporánea “culta”, que es pura degradación y degeneración, sin
maestría ni arte, totalmente vacía cuando no una estafa pura y dura –ver la
entrada en este blog El rey desnudo y la señora de la limpieza-, esencialmente un
producto de lujo orientado mercado del esnobismo de las “élites”
actuales.
Esta
cultura “de élite” ciertamente no aspira al beneficio de una difusión de masas,
pero está ricamente subvencionada por el dinero, el dinero afluye allí. ¿Por
qué? Porque este arte degenerado es también de alguna manera una herramienta
para la destrucción y la degradación del ser humano, a través de la destrucción
del sentimiento de la belleza, de la armonía, de los criterios esteticos, de lo
que es sano y de lo que es enfermo. Es una herramienta de ingeniería social.
Remontándonos
sólo un siglo atrás, en los orígenes del cine tenemos grandes obras que eran
concebidas como arte y como transmisión de un contenido, que tenían ideas,
imaginacion, maestría. Hoy en día el cine es un producto comercial que para la
gran mayoría de producciones llamar basura se queda corto, además de ser una
vez más una herramienta de manipulación de primer orden, y especialmente de
difusión de la religión del dinero. Baste ver cómo de una película de éxito se
sacan secuelas hasta la náusea, es decir hasta que la gente se aburra lo
suficiente para que hacer la película cueste más que lo que recauda.
Si la
caída de nivel en todos los campos producida por el dominio del dinero es
evidente prestando atención a las realizaciones visibles y a la cultura, campos
en los que deja su inconfundible hedor y su marca, no lo es menos si pasamos al
campo de la ingenieria social.
Aquí
entramos en el campo de las hipótesis y de algo difícilmente demostrable pero
que me parece indiscutible: que muchas de las fuerzas que actualmente están
llevando a la sociedad por un camino de degradación y destrucción están
apoyadas por el poder del dinero, es decir subvencionadas por la casta de la
oligarquía financiera: Son las fuerzs en campo del nuevo feudalismo en sus maniobras
para su control de la sociedad.
El
antiguo feudalismo tenía sus ejércitos de caballeros que que combatían en campo
abierto, virilmente, según sus códigos de honor y su religión. El nuevo tiene
sus tropas de choque de lobbies homosexuales
que fomentan la desviación y quieren imponerla como normalidad, sus lobbies feministas que han convencido a
la mujer de que ser madre es degradante y han desvirilizado al hombre
reduciéndole a un payaso manipulado, sus lobbies
de la tolerancia que instilan el sentimiento de culpa por amar la propia
patria y al propia cultura, sus lobbies de
perversos educadores que destruyen desde la infancia los valores del carácter y
educan la mente humana para ser una papilla amorfa. Todo esto se puede resumir
con un pequeño abuso del lenguaje en la
lobby del marxismo cultural.
En
el Medioevo lucha en campo abierto y a la luz del sol, coraje físico, monjes
guerreros y caballeros. En el Reino del Dinero del nuevo feudalismo, lucha de Lenguas de Serpiente, de ratas que
evitan la luz, de gusanos en la oscuridad, de ponzoñas y venenos instilados en
las mentes poco a poco, de disolución interior del ser humano.
Que
detrás de las múltiples fuerzas que trabajan para la degeneración de la
sociedad esté la palabra del demonio me
parece bastante claro. Basta observar el poder que tienen, los recursos de que
disponen.
Para
realizar propaganda, para infiltrarse en la política, dominar medios y estar
presente en todas partes, orientar la cultura y dirigir la opinión pública se
necesita -además de dinero por supuesto- gente a tiempo completo y
subvencionada. Dinero y más dinero en grandes cantidades. Es aquí donde los
señores del dinero usan sus recursos, que obtienen gracias a nuestro trabajo.
Doble
insulto y doble humillación, que nos inflige la casta de sacerdotes de la
religión del dinero que administra el
estiércol del demonio y ha reducido el mundo a un estercolero. Gentuza que
vive de nuestro trabajo y se enriquece con él, para luego usar esta riqueza
contra nosotros, para envilecernos y degradarnos, para reducirnos a una masa
amorfa de seres interesados sólo al tamaño de nuestra cuenta bancaria, al
vientre y al bajo vientre.
Lutero
tenía razón.
Como
tenía razón el poeta Ezra Pound, el gran cantor del siglo XX contra el poder de
la Usura. Cierro esta entrada y la serie “El Reino del Dinero” con su espléndido
y bastante conocido Canto XLV que
expresa lo mismo que he intentado decir en esta entrada, pero en un lenguaje
bastante más artístico. Por algo era un poeta. Como el lector quizá sabrá, los
usureros no le perdonaron y pasó doce años en un manicomio americano, con el
pretexto de su apoyo al Fascismo en la segunda Guerra Mundial mientras residía
en Italia.
Ezra Pound
CON USURA
Con usura ningún hombre puede tener
una casa con buenos cimientosCada piedra cortada pulida y bien engarzada
Cuyo diseño sea protector
Con usura
Ningún hombre puede tener un paraíso pintado en los muros de su iglesia
Harpes et luz
O un lugar donde la virgen reciba el mensaje
Y el halo se proyecte en una incisión,
Con usura
Gonzaga no tiene ni herederos ni concubinas
Ninguna imagen está hecha para durar ni para que ayude a vivir
Sólo son hechas para venderse y venderse rápido
Con usura se peca contra la naturaleza,
Será tu pan como un harapo
Será tu pan seco como el papel,
No habrá abundante cosecha, ni harina fuerte
Con usura la propiedad nos divide
Con usura no hay demarcaciones claras
Y no hay hombre que pueda encontrar lugar par su morada
Al picapedrero se le quita la piedra
Al tejedor su telar
CON USURA
La lana no llega al mercado
Las ovejas no dan ganancia con usura
Usura es peste, la usura
Entumece la aguja en la mano de la doncella
Y detiene la destreza del hilandero.
Pietro Lombardo no fue por la usura
Duccio no fue por la usura
Ni Piero Della Francesca, Zuan Bellini tampoco por usura fue
Ni La Calunnia fue pintada.
No fueron por usura Angelico, no fue Ambrosio Praedis,
Ni puede haber una iglesia con un grabado en la piedra que diga: Adamo me fecit
No fue por usura San Trófimo
No fue por usura San Hilario
La usura herrumbra el cincel
Herrumbra a la artesanía y al artesano
Roe el hilo en el telar
Nadie transforma en oro su diseño,
El azur sufre de cáncer por la usura, el carmesí es imposible de bordar
El esmeralda no llega a manos de Memling
La usura asesina al niño en el vientre
Impide el cortejo entre jóvenes
Lleva impotencia al lecho, yace
Entre los recién casados
CONTRA NATURAM
Han traído putas para Eleusis
Los cadáveres han sido preparados para el banquete
Por pedido de la usura.
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