Como todos sabemos en la política actual el panorama es desolador, al menos en nuestro país, donde las únicas fuerzas relevantes son las diferentes corrientes del Partido Único, cuya falsa dialéctica es lo que nos venden como vida política. Este partido, que se presenta con diferentes nombres, es el Partido del Sistema, el de la sumisión a los poderes financieros y mundialistas, el partido de los vendepatrias y los enemigos de los europeos.
El
momento presente, sin embargo, es oportuno para comentar un poco lo que sucede
en España y Europa. Por un lado tenemos elecciones generales en España dentro
de una semana, por otra en Europa despiertan lentamente fuerzas de oposición real a los poderes establecidos; en
particular en Francia el Frente Nacional
ha dado un gran salto adelante, para horror y escándalo del Partido Único.
En
la segunda vuelta de las regionales francesas el Frente Nacional, a pesar de
los excelentes resultados obtenidos, no ha conseguido vencer en ningún
departamento porque las dos corrientes del Partido Único francés se han unido
contra la formación de Marine Le Pen y en la práctica han sumado sus votos. La
Gran Prensa del Partido Único –la única existente, siempre uno y el mismo
periódico, siempre uno y el mismo telediario con nombres y caras diferentes- se
ha regocijado por la “derrota” del “populismo” y la “extrema derecha”. Sin
embargo a los juntaletras del Sistema se les ve el plumero y no logran ocultar
el fenómeno del ascenso del Front
National.
En
realidad, uniéndose contra Marine Le Pen, la “derecha” y la “izquierda”
francesas han dejado muy claras dos cosas: que forman parte del Partido Único y
por tanto su falsa rivalidad es un engaño, y también que la única formación que
tiene un discurso político es el Frente Nacional: sólo ellos atraen, como un
imán, la hostilidad y la demonización por parte de la Prensa Única y de la
“sociedad civil”, que es el nombre en código para las distintas variedades de
putas del Sistema.
La
política es ante todo enfrentamiento, enemistad, si es que se trata realmente
de política y no sólo de poltronas. Se tocan temas importantes, de calado,
decisivos; no es posible considerar con simpatía ni amigablemente a un auténtico
adversario político: es un enemigo, no un adversario, y se trata de una lucha.
Estará sujeta a reglas, no es cuestión de acabar siempre a tiros; pero cuando estamos
en la auténtica política la hostilidad y la enemistad son obligadas.
El
Frente Nacional tiene sus limitaciones; leyendo su programa y sus principios se
notan cesiones y posiciones débiles, puntos ciegos, temas descuidados y otros
evitados como tabúes. Pero la política es el arte de lo posible, para llegar a
un resultado político e incidir en la realidad, sólo la intuición del político
de raza sabe dónde ceder y dónde no, manteniendo los principios y siempre con
vistas al largo plazo. Al Frente Nacional y los partidos similares en Europa se
les llama populistas, extrema derecha. Se
les llama “populistas” porque los pueblos los apoyan cada vez más, abandonando
a la casta política que los traiciona y sigue instrucciones de poderes
ilegítimos, que jamás nadie ha votado ni se han presentado ante la opinión
pública; ya sólo esto da la medida de la miseria de los partidos
autodenominados democráticos del
sistema. En cuanto a lo de “extrema derecha” cabe sólo comentar que cuando todo
está torcido y los torcedores de mentes dominan el discurso, quien intenta
enderezar aunque sólo un poco las cosas será siempre tachado de “extremista”.
En
mi opinión el programa del FN es bastante moderado y para mi gusto cede en
demasía en ciertos aspectos, y hay tabúes que no toca en absoluto pues –por
ahora- no se pueden tocar si se quiere tener una oportunidad. Pero en general su
línea es simplemente de sentido común y de cordura frente al extremismo –este sí- del Partido Único,
que parece dominado por la idea fija de destruir a Europa y a los europeos. En
el discurso del Front National encontramos
temas como la limitación de la inmigración y el freno a la suicida política de
puertas abiertas, la expulsión de los inmigrantes ilegales que es de cajón y la
norma en casi todo el mundo, la defensa de la soberanía monetaria contra la
dictadura de los mercados y la finanza, la regeneración de la educación
reintroduciendo el principio de autoridad, la disciplina y el mérito en el
sistema escolástico. Estos son temas importantes, los únicos temas políticos hoy
en día dignos de este nombre hoy en día, y el partido de Marine Le Pen los pone
sobre la mesa.
La
comparación con las fuerzas que aspiran a gobernar España es, claro está,
desoladora. En vano buscaremos uno solo de estos temas en los programas de los
partidos, hallaremos sólo un cúmulo de vaguedades y generalidades que no tocan ni
siquiera una de las cuestiones importantes. Los principales partidos en liza son
simplemente siglas, corrientes que van cambiando de nombre; cuando una
corriente está gastada y el público está harto, cuando existe el riesgo de que
empiece a buscar una alternativa, se saca del sombrero una sigla nueva; se
ponen ante las cámaras caras bonitas que no tienen nada que decir y nada que
proponer, cuya única función es mantener la representación escénica y crear el
espejismo de la novedad, para que los votos de un electorado harto y cansado permanezcan
dentro del Partido Único.
En
medio de toda esta falsificación cuidadosamente elaborada, en este juego de
espejismos ¿Cómo reconocer a quien es del Partido Único y a quien no lo es? Nada
más fácil. Los “debates”, los “enfrentamientos” y la “dialéctica” que se
permiten en los grandes medios de la Prensa Única, son siempre uno y el mismo
mitin, uno y el mismo espacio de propaganda electoral del Partido Único. La
Prensa Única encuentra siempre espacio para los suyos y les deja hablar,
mientras demoniza y oculta a quien está fuera, a quien propone un discurso de
verdad político.
En
toda Europa empiezan a despuntar los brotes de la liberación, sin embargo. España,
probablemente, será la última en despertar, pero también despertaremos. Los farsantes,
los felones y los vendepatrias del Partido Único empiezan a inquietarse y a
sentir sobre sus cuellos el soplo de aire mortal –para ellos- del despertar
europeo. Pero lo que a ellos les inquieta para nosotros es la esperanza del
futuro: que esos brotes geminen en una explosión de vida que será una nueva,
violenta, demoledora primavera europea de regeneración.
1 comentario:
Quizàs se echa de menos en España una alternativa polìtica determinada ...y tambièn que los dirigentes de èsa alternativa sean personas ,de alguna manera cualificadas... no aventurerillos sin oficio ni beneficio...curioso sobre todo tratàndose de opciones que rechazan el "igualitarismo" ...¿ustedes me entienden?.
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